Dia 4, Bosque Arh?ndo (aldea), Noche....
Rakemitri, diplom?tica mientras no se le crucen los cables...
Tras levantar nuestro peque?o campamento, seguimos el rastro indicado por mi lobo durante dos d?as. La marcha era cansina, pero reconfortante. Salir de la ciudad y volver a los bosques, a los or?genes, eso s? que era lo m?o, poder campar a mis anchas, sin personajillos indudablemente inferiores a m? a los que tener que guiar en su ignorancia... No iba sola, sino con mi viejo compa?ero (?amigo?) Makar, pero con ?l sent?a que estaba con un igual... Estaba claro que con ?l formaba un formidable equipo, y la posibilidad de eliminarle en mi camino hacia la gloria personal no pasaba por mi cabeza. Ser?a una estupidez demasiado grande sacrificarle ahora cuando me hab?a prestado tantos servicios (y yo a ?l, de hecho m?s yo a ?l que ?l a m?, me atrever?a a decir); sin embargo, si en alg?n momento dejaba de ser ?til no tendr?a ning?n impedimento en quit?rmelo de en medio... No sol?a trabar amistad con compa?eros de aventura, normalmente mucho menos poderosos que yo, y, aunque pudiera sentir simpat?a por alguno de esos privilegiados por estar en mi compa??a, por lo general cuando obtuvi?ramos aqu?llo que busc?semos en nuestra aventura no me conven?a mantenerlos con vida, bien por resultarme molestos o bien porque no me interesaba que pudieran distribuir cualquier tipo de informaci?n sobre m?. Siempre hay que mantenerse apartada de cualquiera que pueda ser potencialmente m?s poderoso que yo[/color], eso era lo que pensaba. Siempre alerta Rakemitri, mant?nte siempre alerta a cualquier amenaza... Hab?a que tener cuidado; siempre habr?a alguien con ganas de matarme. Sin embargo con Makar no sent?a la necesidad de guardarme las espaldas. Me ca?a bien, y ten?a la certeza, dentro de lo que cabe, de que llegado el momento en que uno de los dos no fuera ?til para el otro, no usar?amos malas artes para luchar a muerte... O quiz? nos dej?semos con vida, pero bien lejos el uno del otro para no sentir la tentaci?n de pasarle por el acero. Qui?n sabe...
Ahora nuestro objetivo era a vida o muerte. ?Querr?a el vampiro unirse a nosotros? Ciertamente pod?a ser m?s poderoso que Makar y yo juntos... y eso era lo ?nico que pod?a desalentarme, tener que morir a manos de un chupasangre y quiz? convertirme en uno de ellos... En fin, si acepta, mataremos a la la elfa, a los Agundar, y a todos los ineptos que se han cruzado en nuestro camino hasta ahora, pero si no acepta estaremos atentos para combatir a muerte en igualdad de condiciones...
Vimos un poblado a lo lejos, y nos acercamos a ?l. A pesar de ser de noche, los agudos ojos de un centinela elfo nos vieron. "Alt? ahi!! No os movais!!" Una flecha se clav? en el suelo a escasos metros de nosotros. Ni siquiera me inmut?. Mira que es torpe... S?lo la mitad de mi sangre es elfa, pero si hubiera querido llamar la atenci?n de todo el pueblucho este te habr?a atravesado con una de mis flechas entre los ojos antes siquiera de que me hubieses visto, inepto..., pens?, sonriendo con malicia (pero intentando que no se percatase de ello el centinela). Nos paramos en seco para no tener problemas, y Makar tir? de las riendas del caballo, recost?ndose en la silla tranquilamente, quiz? esperando a que vinieran los guardias a 'charlar' con nosotros. Con toda la diplomacia y serenidad de la que pude hacer acopio, aunque en mi interior lo que me apetec?a era hablar con sorna al inepto arquero, apart? las manos lo m?s que pude de mis armas, como en son de paz, y con la cara vuelta al arquero dije:
- Tranquilo, centinela. S?lo somos viajeros buscando cobijo. Se nos hizo de noche y decidimos proseguir camino hasta encontrar donde reposar el resto de la noche. ?Nos negar?is vuestra hospitalidad o habremos de acampar en mitad del oscuro bosque en esta fr?a noche? Aunque ten?a mi cara vuelta hacia el arquero, mis ojos escudri?aban en las sombras en direcci?n al poblado, y vi el perfil elegante de un hombre que parec?a distinguido, al lado de otro personaje distinguido que me pareci? que podr?a ser el elfo jefe del poblado. ?Ser?s t? nuestro pr?ximo aliado o tendremos que bailar en la noche, amante de la luna? Deb?a de ser ?l, el gran adversario que busc?bamos; mi lobo raras veces se equivocaba al seguir un rastro. Entonces gir? mi cabeza hacia el vampiro, manteniendo la mirada fija en la direcci?n en la que ?l se encontraba, y sonre?. La partida ha empezado, jueguen sus cartas. ?Del lado de qui?n estar? la suerte esta vez?