En alg?n lugar de... alg?n sitio. Anocheciendo.
Llylius Proyhd, un hechicero fuera de lugar.
El caballo. Ese animal hab?a salido con vida del ataque de aquellos enormes lobos de n?veo pelaje y heladoras fauces. Por lo que sab?a, era un recuero o herencia del padre del espach?n, por lo que dudaba mucho que lo ofreciera as?, de buenas a primeras.
Por supuesto, quien lo ped?a era alguien que ostentaba claramente el control de una manada entera de lobos, y lobos hambrientos, por a?adidura.
Si no fuera por el nerviosismo de la extra?a situaci?n, hubiera sonreido ante el inus?al tono de voz empleado por Thilgar, tan extra?o en ?l.
Justo cuando iba a abrir la boca una vez m?s, para proponer una soluci?n, la ni?a comenz? a hablar y sin motivo aparente dio media vuelta y se fue corriendo, como si algo estuviera pasando.
Esperando que lo que dec?a llegara a sus o?dos, Llylius grit? en el helado aire de la noche, rodeando su cara con el vaho del aire caliente que sal?a de su boca.
Ni?a, no te vayas, ??podemos ayudarte a cazar para alimentar a tu familia... NI?AAAAAA...!!
Mirando a sus compa?eros, en especial a Gabriev, les dijo:
En El Norte hay una ley no escrita que dice que cuando te piden sustento, hay que proporcionarlo en la medida de lo posible, o ayudar a procurarlo. Y si quien lo pide es alguien que, por extra?o que parezca, controla una manada entera de fam?licos lobos, deber?a tomarse al pie de la letra, ?no creeis?.
Mirando despu?s a la reci?n llegada la mir? con una de esas miradas que significan "y ya nos explicar?s qu? hacemos aqu?".
Deb?a ser cosa de la tensi?n sufrida desde que entraran en la casa del Devorador de Carne Humana, pero le daba la impresi?n de que la propia tierra, el aire, el fr?o... todo le era hostil, como si no lo reconociera como parte del lugar... ?se estaba volviendo paranoico?
-----------------------------------------------------------------------------------
No bebo para olvidar, me gusta el dolor. Bebo para poder soportar a gente como t?.