Dia 5, Torre de la Piedra, Villa de los Relojes de Piedra, 9:00
El amanecer del quinto dia habia sido algo fresco, y poco reconfortante tambien. El viento hab?a provocado como peque?os surcos de arena que habian entrado en los orificios nasales y auditivos de los aventureros, provocando una leve aunque nada peligrosa molestia. Nada que no se pudiera solucionar con una buena y canina sacudida. En realidad, de no haber dispuesto de tiendas de campa?a, probablemente la fria y fuerte tormenta noctura hubiese acabado con la vida de todos. Lo cierto era tembi?n, que al amanecer, no parec?a estar el paladin Brantix por ningun lado. Donde diablo se hab?a metido?
Los 4 dias de viaje hab?ian sido agotadores. El grupo habia decidido viajar durante la noche, que aunque mas peligrosa en cuanto a asaltos y monstruos, lo era en menos medida que las amenazas de la sed y la inanicion durante el dia. De haber viajado durante el dia, el calor hubiese agotado a los aventureros, obligandoles a beber el doble de sed, y pese a que algunos dispon?an de los medios magicos como para aguantar dicha amenaza, no lo disponian sin embargo para aguantar la amenazadora temperatura, ni mucho menos los potentes y calurosos rayos de sol, y el agotamiento fisico que ello comportaba. Gracias a dios, el explorador Ibn cay? en la cuenta de estos detalles, proporcionando un mas comodo viaje por los desiertos en las nocturnas noches de la basta y desconocida region de Anaurok. Desconocida incluso para Ibn, que no conoc?a en absoluto, muy profundamente la zona.
La primera noche fu? la mas facil de todas. Dunas, algun charco con agua y barro, tierra y millas. El segundo dia hab?a sido algo mas duro, el calor y el viento hab?a apretado un poco mas. Ibn, supo que se avecinaba una tormenta, y que no tardar?an demasiado en alcanzarla. El tercer d?a, el viento contra el que los aventureros lucharon, les di? una no se sab?a si grata o no, pero una sorpresa a fin de cuentas. Unos cuantos montones de huesos, armas oxidadas, cadaveres y ropajes, delataron como algun tipo de ejercito habia pasado por las zonas hac?a no demasiado tiempo. Tambi?n algunos restos de maderas, e incluso algun cuerpo de los mercaderes de la carabana. Estaba claro!! Dicho ejercito les habr?a saqueado la primera noche!! Sea como fuere, era una conclusion logica a la que todos los aventureros sin excepcion supieron llegar. La cuarta noche fu? apenas unas horas de camino hasta que se plantaron a apenas unas millas de la torre, por lo que decidieron acampar y pasar descansando el resto de noche, para entrar de d?a y que el asalto fuera mas comodo. Fu? tambien una inteligente decision porque durante aquella noche pas? tambien la tormenta que les hab?a estado amenazando un par de dias atras.
Lleg? el quinto dia y all? estaba la torre. Una enorme torre de tal vez 3 o 4 pisos hecha de piedra, con un gran reloj de piedra decorando la zona superior de aquella gran puerta de madera maziza. La torre estaba protegida tambien por un gran foso de agua que la rodeaba completamente, aunque un puente levadizo de madera parec?a dar paso a los aventureros. Las puertas estaban semiabiertas y el puente bajado.
Invitacion a entrar, tal vez?...