Dia 5, Claro del bosque Arhondo
Una espesa manta de vegetacion era lo que decoraba aquel siniestro bosque nada mas entrar, cuando el grupo e dirigía al bosque arhondo, donde según Arghai, se había dirigido el vampiro con tal de encontrar su proposito.
El claro del bosque, de pocos cientos de metros de longitud y amplitud, permitía ver el claro en su totalidad, en la medida en la que las casas y otras construcciones no taparan la vista de los recien llegados.
Unas cuantas casas de madera, eran lo que principalmente amueblaban la aldea en si misma, quedando estas casas enfrente y al lado derecho de los visitantes, sobretodo. Mas a la izquierda, unos pequeños campos de conrreo, que cumplían mas la funcion de subsistencia que cualquier otra, y en el extremo, una torre de vigilancia en la cual colgaba el cuerpo destripado del vigilante druida de turno.
Acababan el claro unas cuantas tumbas al lado de los campos de conrreo, que cumplían la funcion de cementerio. En la entrada del mismo cementerio, unas cuantas tumbas habían sido recien cabadas, una cantidad de unas 10 mas o menos.
- Humm, vaya. Parece que he hecho cabar menos tumbas de las que tenía pensado utilizar dijo una voz misteriosa enfrente de los aventureros.
Una silueta, algo familiar para algunos de los aventureros, se dibujo en la penumbra de las antorchas que, colocadas en las esquinas de las casas, pretendían alumbrar razonablemente la aldea, que permanecía iluminada en gran parte de los puntos. Era de noche y la luz de la luna, permitía dislumbrar algo el resto de huecos oscuros de la aldea.
De la oscuridad, la silueta se movió dando un paso hacia alante, descubriendo que, efectivamente, como sospechaba alguno, se trataba del vampiro Edwin. Su blanca y gotica camisa hacía juego con su marmolecina piel, y contraste con sus oscuros ojos, pelo, y pantalon. Con un gesto galán de invitacion, movió la mano y la sacudió para que los aventureros dieran un paso al frente y pudieran charlar mas tranquilamente, de cara a cara.
- Veo que al final habeis venido... dijo el vampiro echando una mirada a los ojos a todos y cada uno de los recien llegados todos! concluyó el vampiro mirando a los ojos de kikyô.
Al final del pequeño correedizo que hacía la funcion de calle principal, separando las casa de los campos de cultivo y cementerio, reposaban los cuerpos aparentemente inhertes de vida de dos conocidos, Makar y Rakemitri, y otro solo conocido por la recien vuelta elfa, el alcalde de la aldea druida.
- Oh! mirais los cuerpos? dijo el vampiro sonrriendo con estruendos aires de superioridad. Les pregunté amablemente la informacion, y se hicieron los locos sin decirme lo que necesitaba saber, asi que tube que buscar otros metodos para averiguar donde estaba lo que buscaba, entendeis? dijo el vampiro mirando a los aventureros, con enfasis a la elfa druida.
- Bien caballeros, entregenme a la elfa y nadie sufrirá ningun daño dijo el vampiro mirando a la elfa con ansias ilimitadas. O quereis algo a cambio de ella? Os puedo dar lo que sea
Ahora, Kikyô, Tarrasque, Talis, Braamatho, Epix, Tusk, Vuur y Silvaar se encontraban cara a cara con aquel vampiro de mala muerte.
