Saliendo de Nashkell. Noche.
Earhum, el intrigado explorador de la Marca Arg?ntea.
No hagas demasiado caso a las palabras de Pah Quall, Lissan. Siempre que tiene sue?o, se pone as?. Claro que es muy capaz de hacer lo que dice, su furia y su poder son terribles.
Lo cierto es que ahora que estaban a punto de salir, una ligera duda reconcom?a parte de su confianza en la chica.
De acuerdo, la historia que hab?a contado parec?a leg?tima y ten?a sentido. Adem?s, la hab?a atacado aquellos guardas. Si todo era una pantomima para atraparlos haciendo algo indebido, o simplemente para robarles, se hab?an tomado demasiadas molestias.
Suspir?, ser aventurero te hac?a ser desconfiado, era inevitable.
Hablando con Lissan, en un tono desenfadado, intent? que sus preocupaciones o dudas no se traslucieran en su actitud y se prepar? para lo que iba a venir m?s adelante.
?Te he contado aquella vez que tuvimos que rescatar a dos alocados j?venes de Sundabar de unos sanguinarios ogros que viv?an en una caverna semisumergida, en la Costa de la Espada?
El explorador empez? a contar la historia, como tantas otras veces, atento a lo que ocurr?a a su alrededor y a la espera de que la joven quisiera hablar de algo, por si quer?a darles informaci?n sobre su hermano, aunque supuso que preferir?a esperar a llegar.
Como siempre que viajaban de noche, mir? con sana envidia a Akaradrin y a Pah, que ten?an muchos menos problemas para viajar a la luz de las estrellas y la luna.
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Ahhh, las bellas tierras del norte. Te he contado ya c?mo es mi bonita ciudad?, y las bellas chicas que en ella habitan? :roll: