Autor Tema: La Muerte y el Invierno [DDI]  (Leído 98106 veces)

Falquian

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La Muerte y el Invierno [DDI]
« en: Mayo 25, 2004, 11:30:26 am »


INTRODUCCI?N

Invierno del a?o de la Magia Salvaje. Un gran temporal asola la Costa de la Espada. Muchos caminos han sido cerrados, y los que quedan abiertos pr?cticamente son intransitables a causa de la nieve y del bandidaje. La duraci?n del temporal, y una mala cosecha han colocado a muchas familias de campesinos en una situaci?n desesperada. Ello ha provocado que no pocos se echen a los caminos como manadas de lobos en forma humana que saquean todo a su paso.

En un tiempo tan inclemente como este, el poderoso se?or Herion de Vanghast va a desposarse con Iveta Montard, hu?rfana y rica heredera tutelada por sus t?os, los condes Desmont y Eilen Picard. Para sellar su compromiso, ambos se dirigen a la fortaleza-monasterio de Candelero, no muy lejos de la poderosa ciudad de Puerta de Baldur.

Muchas intrigas rodean este casamiento, tras el que se ocultan los mas viles intereses, y de cuyo drama ser?n part?cipes los personajes jugadores.
« Última modificación: Mayo 23, 2008, 11:26:53 pm por Falquian »
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Lo que su corazón reclama
Y blandiendo su arma entiende
Que morirá por lo que ama
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Falquian

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« Respuesta #1 en: Mayo 25, 2004, 11:33:25 am »
Poblado de Minanegra. Frontera norte Amm, mas all? de las Torres Gemelas 13:30

Con un gru?ido que podr?a significar muchas cosas, pero ninguna relacionada con la satisfacci?n, Earhum hizo a un lado su taz?n de estofado a medio comer y ech? un vistazo a su alrededor. La desvencijada posada estaba llena a rebosar de mercenarios que com?an de forma ruidosa y de comerciantes que miraban con una mezcla de prudencia y desprecio a sus rudos empleados. Guardias amnianos com?an aparte, haciendo el mismo ruido que los mercenarios, pero manteniendo una discreta vigilancia de los clientes del Ojo del Tuerto, la ?nica posada (y taberna) de Minanegra. No parec?a que hubiera nada fuera de lo normal en el ambiente, pero un viajero experimentado como el explorador pudo olfatear el nerviosismo y la tensi?n que flotaban en el local.

Era de esperar. El invierno se hab?a adelantado inesperadamente este a?o, y con una crudeza igualmente inesperada. Los augures y los sacerdotes se rascaban el cogote y miraban el cielo tratando de entender que es lo que hab?a fallado en sus predicciones y el resto de la gente apretaba los dientes y aguantaba lo mejor que pod?a. Los mercaderes que hab?an pensado regresar con las ?ltimas lluvias del oto?o se hab?an visto sorprendidos por las terribles nevadas, y su viaje de retorno al norte se hab?a vuelto terriblemente complicado. Las tormentas hab?an vuelto la navegaci?n s?bitamente arriesgada en la Costa de la Espada, y los caminos... Los caminos no estaban mucho mejor.

Con un suspiro Earhum clav? su mirada, sin poder evitarlo, en el harapiento grupo de refugiados que un sacerdote de Ilmater hab?a tra?do a trav?s de los pasos monta?osos. Todos ten?an un aspecto fam?lico y com?an con desesperado apetito, mientras su protector los contemplaba desde el extremo de la mesa. Si los comerciantes ten?an problemas, los campesinos no estaban en mejores condiciones. La sequ?a que hab?a imperado al otro lado de las monta?as durante el a?o anterior se hab?a unido por la destrucci?n de las ultimas cosechas por culpa de los sorprendentes temporales. El fr?o y el hambre hab?an empujado a la gente a la miseria y a la desesperaci?n. Muchos se hab?an echado a los caminos convirti?ndose en bandidos, lobos y chacales fam?licos sin nada que perder. Otros hu?an hacia el sur, con la f?til esperanza de dejar atr?s una miseria cada vez mas acuciante. Los pasos monta?osos estaban llenos de campesinos congelados que trataban de alcanzar Amn.

Mientras las autoridades de Atkatla y Puerta de Baldur se culpaban mutuamente del desastre, reforzaban sus fronteras y hac?an poco o nada por ayudar a los que mas sufr?an. Los mercaderes se ve?an obligados a viajar en grupos armados para defender sus beneficios, intentando al tiempo de sujetar las riendas de sus guardias, que padec?an hoscamente la poca paga y la dureza del viaje.

El panorama era francamente desalentador. "Sobretodo si tu camino te conduce directamente a la frontera" pens? lac?nicamente Earhum mientras remov?a distra?damente las sobras de su estofado. Por tercera vez se pregunt? como demonios hab?a conseguido Oreja Cortada cruzar los puestos fronterizos sin ser detectado. Pensar en el jefe orco le revolvi? al explorador las entra?as. La odiosa criatura siempre encontraba una nueva forma de sorprenderle.

Intentando pensar en algo mas ?til, Earhum devolvi? su atenci?n a sus compa?eros. Todos parec?an haberse contagiado del ambiente de la posada, y com?an en un silencio vigilante interrumpido con pocas palabras.

Akaradrim com?a con fruici?n digna de su estirpe. Su origen sure?o parec?a obligarle a consumir grandes cantidades de licor para combatir el fr?o. No obstante, como sol?a pasar con los enanos, la bebida no parec?a afectarle de forma apreciable. No sabia gran cosa del enano, solo que una ma?ana coincidieron frente al Poste de las Recompensas en Atkatla y result? que persegu?an a la misma presa. El enano parec?a tener una extra?a obsesi?n con el estandarte de Oreja Cortada...

Junto a Akaradrim, el siempre silencioso Hijogusano com?a con calma sin perder de vista las mesas cercanas. Siempre tenso, siempre vigilante, el b?rbaro se hab?a convertido en la sombra de Earhum desde que el explorador le salv? de una daga emponzo?ada durante una pelea de taberna en un pueblo sin nombre, cerca de la frontera con Thezyr. Al igual que el enano, sufr?a en silencio los rigores del invierno y la nieve. Earhum nunca olvidar?a la primera vez que hijogusano vio una nevada. Sus ojos parec?an estar contemplando un milagro. No sabia gran cosa de los or?genes de su reciente compa?ero, pero a veces no pod?a evitar pensar en ello. Desde luego, ni su porte ni su forma de actuar eran los de un Calishita. Sin embargo, hab?a algo en su forma de vestir y de hablar que le recordaba a ese pueblo sure?o.

Por ?ltimo, el siempre sereno Pah Quall le sonri? de forma alentadora, intentando animarle. El druida siempre parec?a saber lo que pasaba por su cabeza. Desde que un veterano explorador los hab?a presentado, hab?a sido un buen compa?ero. Sin embargo, el semielfo no dejaba de ser un personaje enigm?tico. Sus modales y forma de actuar le recordaban poco a los circunspectos druidas que Earhum hab?a conocido antes pareci?ndose a veces a los de un hacendado agundino. Quall tampoco sol?a hablar de sus motivaciones, pero el explorador tenia la esperanza de que en alg?n momento acabara confi?ndole por que se hab?a echado junto a el a los caminos.

- En fin - coment? Earhum apartando definitivamente el estofado - Hay que decidir como y cuando cruzaremos el paso hacia el norte.
« Última modificación: Noviembre 03, 2004, 01:54:20 pm por Falquian »
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Falquian

Akaradrin

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« Respuesta #2 en: Mayo 25, 2004, 01:01:11 pm »
(sput!)(smurffff)

?Como? ?Cuando?
?Porrr el Forrrjador! Hay cachorros humanos muriendo de frio en el camino hasta aqu?, imag?nate como puede estar la cosa al otro lado de los picos con ese orco acechando. Cada hora perdida es una cuchillada de desesperanza...si por mi fuera, ya estariamos viajando. (Susurro) Solodejaquemeaprovisionebienparamantenercalientelacaldera. (fin del susurro)


(Mordisco, mordisco, trago, mordisco)

Deja ver...

Yo creo que deberiamos seguir el camino, no podemos permitirnos rodar monta?a abajo...ni nosotros, ni quien se encuentre a esa bestia.  
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\"Brindemos por las hachas y las muchachas!\"

Pascual_Jesus

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« Respuesta #3 en: Mayo 25, 2004, 02:52:13 pm »
Pah sonri? para s? al contemplar los modales del enano, tan diferentes a los de sus compadres ?lficos.

Pluma Veloz grazn? una vez mientras miraba al semielfo desde lo alto de una viga de madera. Los encargados del Ojo del Tuerto hab?an mirado con mala cara al ave de presa, pero Pah no hab?a tardado demasiado en convencerlos de que no ser?a un problema.

As?, cogi? un trozo de carne del estofado y lo lanz? al aire, cogi?ndolo el ave al vuelo. Pah se permiti? darle de comer como algo excepcional, no le gustaba considerar a Pluma Veloz una mascota, y no estaba en absoluto "domesticada", era un miembro salvaje de un mundo salvaje. Ella misma era la que prove?a de caza, aunque tal d?a como hoy no hab?a tenido suerte.

- ?sta me la debes, Pluma- le susurr? el semielfo a su compa?ero animal.- Hoy por t? y ma?ana por m?.

El ave se limit? a lanzar un graznido mientras deglut?a el trozo de carne, que hac?a girones con sus afiladas garras.

El semielfo se volvi? a sus compa?eros tras dar un sorbo a su jarra de agua.

- Creo que lo m?s r?pido ser?a seguir las rutas establecidas, aunque campo a trav?s encontrar?amos m?s pistas, la maleza podr?a retrasarnos.

Todos comprendieron que se refer?a a ellos, especialmente a Akaradrim, puesto que el Dru?da no ten?a el menor problema por moverse en la naturaleza, incluso a trav?s de los m?s cerrados espinos.

- El invierno se ha adelantado sin avisar. Incluso ha pilado por sorpresa a las aves- mir? de refil?n a Pluma Veloz, quien se limit? a ignrarlo mientras se atusaba las plumas- Si nos retrasamos mucho m?s, quiz? los pasos se cierren..

Mientras hablaba, sac? una l?mina de papel y esboz? un mapa de la zona. No dejaba de ser sorprendente que un rudo Dru?da utilizase m?todos tan refinados como aquellos.

Pah explic? a Hijodegusano lo que iba dibujando, de forma que el b?rbaro lo comprendiese.

Luego qued? expectante, sin mostrar signo alguno de impaciencia, todos sab?an que ?l no iba a tomar ninguna decisi?n. Era m?s un consejero que un l?der, y saltaba a la vista que sus poderes hac?an el invierno algo m?s anecd?tico que temible. Aunque se le notaba ciertamente preocupado.

Cuando le hab?an preguntado el d?a anterior qu? le parec?a el cambio de tiempo, ?l se hab?a limitado a lamentarse por los animales y plantas que sufrir?an el rigor del clima, apenas mostrando preocupaci?n por los campesinos.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Pascual_Jesus »

Jurgen Heindall

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« Respuesta #4 en: Mayo 27, 2004, 01:51:21 am »
Earhum, el explorador de la Marca Arg?ntea.

Definitivamente, el estofado no era la especialidad de esta "posada". Por alg?n motivo pens? en la comida que preparaba Regger cuando patrullaba el camino entre Argluna y Sundabar con la Compa??a de la Bota y la Espada. No hac?a tanto tiempo de eso, apenas un a?o y sin embargo parec?an haber pasado d?cadas.
Su arco y sus carcaj, junto con su mochila, descansaban a sus pies, aunque no se hab?a quitado su sempiterno camisote de mallas ni sus dos espadas a los costados. Todos pod?an ver que el camisote de mallas, en su parte frontal, ten?a un dibujo de unas botas de caminante sobre una espada horizontal. Sus compa?eros hab?an aprendido a no preguntar sobre el tema si no quer?an que se soltara a hablar animadamente horas y horas, contando batallitas sobre sus compa?eros y ?l limpiando de bandidos, batidores y orcos el camino que lleva de Argluna a Sundabar.

El enano daba su opini?n habitual, parec?a incluso m?s empe?ado que ?l en atrapar al orco, y Pah Quall opinaba, con profusi?n de medios y de esa forma tan suya, que lo mejor era seguir el camino habitual.
Lo que se preguntaba, mientras intentaba que su est?mago no se revelara contra ese estofado, era qu? habr?a hecho ese malnacido hijo de orca. Se atrever?a a viajar por los caminos? Si fuera as?, alguien tendr?a que haberlo visto, una figura fuertemente embozada y de caminar extra?o... es decir, el 90% de los refugiados que pululaban por la carretera... claro que ?l no ir?a en compa??a de humanos, imaginaba.
Adem?s, en una cosa el druida no erraba, el enano no podr?a viajar por la naturaleza al mismo ritmo que el resto, y el mal tiempo habr?a borrado las huellas que quiz? podr?a haber encontrado.
Se tom? unos segundos de reflexi?n una vez estuvo seguro que el druida hubo acabado y luego habl?.

Qu? os parece si nos aprovisionamos lo mejor que podemos y luego salimos a la carretera e intentamos hallar informaci?n entre los viajeros sobre algo que nos pueda ayudar? Adem?s, algo me dice que en esta taberna de mala muerte pronto se va a montar una ri?a entre mercenarios aburridos... y no quiero estar en el medio.

Tras decir eso, mir? a hijogusano, viendo que parec?a tranquilo, aunque eso no quer?a decir mucho, sab?a que pod?a enfurerecerse lo r?pido que pensara que alguien lo estaba insultando, y sus costumbres eran raras, de d?nde vendr?a? Desde luego, parec?a venir de un sitio con sol, eso seguro.

T? que dices, hijogusano? Y para los que pareceis de climas m?s c?lidos os recomiendo que os compreis mantas de invierno y dem?s. Ya os he dicho que por mucho que me mireis con cara de pena no voy a compartir las m?as con vosotros.

Tras decir eso gui?? un ojo al druida, esperando que la decisi?n se tomara pronto y la peque?a broma distrajera al b?rbaro de las mesas vecinas, no fuera a interpretar una mirada de alg?n mercenario bravuc?n como algo amenazador. Acariciando su capa y notando que aun segu?a mojada, esper? a que los dem?s hablaran, sinti?ndose algo inquieto en ese lugar con tanta gente.

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Ahhh, las bellas tierras del norte. Te he contado ya c?mo es mi bonita ciudad?, y las bellas chicas que en ella habitan?  :roll:
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Te juzgaré porque tal es mi derecho de Príncipe, de Sangre y de Poder, pequeña sanguijuela desagradecida.

Pascual_Jesus

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« Respuesta #5 en: Mayo 27, 2004, 12:20:25 pm »
Pah evalu? a Earhum mientras escuchaba lo que ten?a que decir. Pah se hab?a sorprendido por la afinidad que hab?a entre ambos. De lejos apenas se distingu?a sus figuras, con su camisote de mallas, su arco y su equipo.

Desde luego, Earhum se hab?a sorprendido por el aspecto del Dru?da, nada convencional, y es que Pah semejaba m?s un explorador que un sacerdote de Mielikki.

Pah se levant? a por un frasco de agua fresca, cosa que la mesonera agradeci?, pues se encontraba atareada con tanto refugiado.

Al rato regres? despu?s de haber husmeado discretamente entre los presentes, con la m?xima discrecci?n.
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Hijogusano

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« Respuesta #6 en: Mayo 27, 2004, 01:28:46 pm »
Por todas partes las sombras que lanzaba la chimenea parec?an vigilar a Hijogusano. Lo m?s prudente ser?a mantener la calma hasta que una de las sombras estuviera lo bastante cerca. Entonces esas sombras se iban a arrepentir de seguirle. Sangran como cualquiera, eso lo hab?a comprobado, as? que sangrar?an de nuevo. Ya estaba bien de comportarse como una mujer, escondi?ndose detr?s del plato de la comida... 3, 2, 1...

Cita de: "Earhum"
T? que dices, hijogusano? Y para los que pareceis de climas m?s c?lidos os recomiendo que os compreis mantas de invierno y dem?s. Ya os he dicho que por mucho que me mireis con cara de pena no voy a compartir las m?as con vosotros.


- Hermano Earhum, otra vez hablas con la sabidur?a de los antiguos. El fr?o que hace en estas tierras es mayor del que esperaba y se me van a helar las pelotas. Incluso dudo de que pueda despegar el culo de este taburete. Antes de que las ratas terminen de roerme los pies, ser? mejor que vaya a buscar alguna ropa de m?s abrigo. Alguien me acompa?a?

Levant?ndose con un crujido (no se sabe si de la silla o de sus huesos), Hijogusano se levant? con gesto cansado observando alrededor con su habitual mirada amable (en la que la amenaza de muerte estaba en un segundo plano).
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Pascual_Jesus

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« Respuesta #7 en: Mayo 27, 2004, 03:10:21 pm »
Pah se dirigi? a HijodeGusano nada m?s sentarse.

- Si no encuentras nada creo que tengo algo de abrigo en las alforjas- dijo refiri?ndose a su montura, al tiempo que le gui?aba un ojo.

- Aunque es mejor que esperes a que os cuente una cosa que he o?do por ah?.
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Pascual_Jesus

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« Respuesta #8 en: Mayo 27, 2004, 08:09:52 pm »
Espera hasta asegurarse de que sus compa?eros le prestan atenci?n, y con voz baja, s?lo elevando la voz lo justo para que lo que dice se escuche en su mesa, prosigue.

- He estado conversando con el Cl?rigo de Ilmater, ese de ah?- se?ala discretamente- Se llama Aderald, un buen tipo.

- No ha visto ninguna se?al del orco que buscamos, al parecer traer aqu? a los refugiados ya ha sido algo digno de elogio. Los caminos est?n embarrados y en muy malas condiciones, y han tenido una baja, uno de los integrantes de su partida desapareci? aparentemente atacado por alg?n tipo de bestia, aunque no se avist? nada fuera de lo normal, con la excepci?n del tempestuoso clima.

Hace una pausa mientras escucha el batir de las contras de la ventana a causa del fuerte viento.

- M?s al norte, el clima empeora, con ventiscas casi a diario y una actividad de bandidos anormal. Las autoridades parecen no hacer mucho al respecto,al menos en Nahskel, seg?n Aderald, aunque conoci?ndo la pol?tica Amniana no me sorprende demasiado.

- Compart? una copa con un refugiado, un tal Rinfurd. Dec?a que lo est?n pasando francamente mal, sin alimento ni cobijo frente a las inclemencias del tiempo. Manadas de lobos merodean por los caminos al escasear la caza, y se multiplican los ataques. Varias granjas han sido abandonadas. Pobres...

Pah pone gesto compungido, aunque sus amigos no saben si se lamenta por los refugiados o por los habitantes del bosque.

- Luego me cont? un extra?o rumor sobre un antiguo mago. Alguien a quien al parecer quemaron en la hoguera hace muchos a?os. Se dice que ha despertado y que es el causante de todo esto. ?Qui?n sabe? Quiz? en el Bosque de los Colmillos se cueza algo gordo.

- Sea como fuere, los pasos se cerrar?n muy pronto, as? que si vamos a seguir los caminos, deberemos hecerlo sin demora.

Pah apura de un trago su vaso de agua y mira a sus compa?eros, esperando que comenten lo que crean oportuno.
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Jurgen Heindall

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« Respuesta #9 en: Mayo 28, 2004, 12:07:10 am »
Earhum, explorador de la Marca Arg?ntea.

No se, no me gusta eso que dices de un desaparecido en la tormenta por una bestia, podr?a ser cualquier ser, aunque no estar?a mal que di?ramos cuenta de ella para hacer m?s llevadero el camino.
Sobre lo del mago quemado que es causa de todo, claro, claro, por supuesto, y seguro que es ?l quien hace agriar la leche de las vacas.
El mal tiempo puede ser causado por alg?n poderoso cl?rigo de Auril, que su g?lida majestad no nos considere enemigos, o por qui?n sabe qu? mago loco o astuto.


No quer?a que la intriga de lo del mago se aposentara en su mente. Un mago que vuelve a la vida y quiere vengarse? M?s que posible, desde luego cosas m?s raras hab?a visto y o?do. De todos modos sab?a que, siendo realistas, el grupo no era una gran amenaza para un mago tan poderoso o para qui?n fuera que estuviera causando este tiempo tan nefasto. Eso suponiendo que no sea algo absolutamente natural, claro.
Meneo la cabeza hacia los lados y aspirando aire profundamente dijo:

Yo digo que sigamos. Si no encontramos al maldito orco al menos habremos atravesado los pasos antes de que se cierren y podremos dedicarnos a cazar bandidos. Os digo yo que es un buen y noble trabajo; y a veces tiene su recompensa monetaria tambi?n :) . Adem?s, aqu? no me quiero quedar, eso seguro.
Entonces, qu?? Nos equipamos y nos vamos o alguien quiere decir algo o hablar con alguien m?s?


La taberna, con sus olores y su humedad y su gran cantidad de cuerpos en tan poco espacio le estaban dando nauseas... o eso o el estofado estaba librando la ?ltima batalla por salir por su boca.
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Akaradrin

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« Respuesta #10 en: Mayo 28, 2004, 11:26:48 am »
Akaradrin levanta las barbas del plato, y lanza una lenta mirada a toda la mesa.

?Por el martillo del Forjador, y por todas las chispas de la forja, si por fin estamos todos de acuerdo en algo, ser? mejor que lo demostremos!.

El enano sacude las migas de su t?nica carmes?, y empieza a ajustarse las piezas de la armadura de forma casi ceremonial mientras mira fijamente al explorador.

Compraremos las provisiones que consideres oportunas para el viaje por las monta?as, incluyendo mantas y capas gruesas de abrigo, no quiero bajas tontas, y tenemos muchas vidas que salvar...

Akaradrin lanza una fr?a mirada al semielfo.

...sean humanas o no. Y no querr?s que los lobos despierten el p?nico entre la poblaci?n y empiecen a cazarlos, ?verdad?

Muy bien, compa?eros...que se nos lleve la edad o la batalla, no el abrazo de Auril


Akaradrin recoge cuidadosamente la pesada hacha de cabeza ancha que descansa a sus pies, y la guarda a su espalda. Despu?s gira lentamente la cabeza hacia la puerta de salida, y mesa su barba.

Que nuestro explorador se encargue de informarse al detalle de la situaci?n del camino, y que piense cual es el mejor curso de viaje. Mientras, ir? a comprar lo que necesitemos. Ser?a un honor que alguien me acompa?ase solo para que este peque?o enano no tenga que hacer de mula de carga para todos (Ajum, ajum)y realmente inteligente si cada uno de nosotros pusiera una cantidad de oros para que podamos pagarlo todo.

No me mireis as?, alguien ten?a que llevar la iniciativa de una vez en este grupo de adorables vagabundos.

?En marcha!


Akaradrin respira hondo varias veces, como intentando retener el cargado clima de la taberna todo lo posible, y a continuaci?n avanza de forma en?rgica hacia la salida. En ese momento se para, y se gira en un movimiento seco.

?Y que alguien pague la comida!
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Pascual_Jesus

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« Respuesta #11 en: Mayo 29, 2004, 07:45:21 pm »
Pah observa con buen humor el estallido del enano. Al menos sabe lo que hace, aunque habr? que ver cu?nto tiempo mantiene ese ritmo.

- Muy bien, pero antes de nada he de asegurarme que Durin ha comido en condiciones- dice refiri?ndose a su montura, que dej? en los establos.

Pluma Veloz baja de la viga en la que estaba posado y vuela en c?rculos hasta aterrizar en el hombro del semielfo, que se inclin? ligeramente para
acomodar el peso del enorme ave.

Saludando con la cabeza, Pah sali? al fr?o exterior. Observa con cara de preocupaci?n el extra?o temporal y luego se dirige presto a los establos.
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Hijogusano

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« Respuesta #12 en: Mayo 31, 2004, 12:17:05 pm »
Con sus compa?eros levant?ndose, m?s sombras hab?an aparecido por la posada. Una cubri? r?pidamente el plato de Hijogusano, lo que hizo que su coraz?n se helara. Por un momento vio claramente una mano espectral pasando sobre la comida. A pesar de que no hab?a terminado de comer, de repente perdi? el hambre. Con cierto disimulo, recogi? el (evidentemente envenenado) plato y vaci? el contenido bajo la mesa. No quer?a evitar que alg?n incauto contrajera alguna enfermedad.

- Pamplinas y m?s pamplinas. Magos quemados en la hoguera, sacerdotes de la reina del hielo... El gran gusano que vive en el norte nos env?a su aliento helado como castigo por nuestros cr?menes, esto no tiene nada de humano (ni de humanoide, claro).
Va a ser mejor ir a buscar algo de abrigo antes de que termine por quedarme est?ril, la comida no calent? demasiado mi cuerpo.


Levant?ndose, Hijogusano se dirigi? hacia Akaradrin.

- Vayamos a conseguir esas ropas. Y s?cate la barba antes de salir, si se congela podr?a clavarse en tu tripa.
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Falquian

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« Respuesta #13 en: Mayo 31, 2004, 01:28:16 pm »
Posada "El Ojo del Tuerto" 13:50

Earhum se rasc? la bolsa y dej? una moneda sobre la mesa mientras sus compa?eros se dirigian a la puerta. Mientras apuraba las ultimas gotas de su jarra de cerveza lanz? un vistazo a la sala, intentando identificar alg?n compa?ero de ocupaci?n que estubiera por la zona. Sin embargo, entre la clientela del local no pudo divisar a nadie que mereciera su confianza. Con un suspiro se levant? de la mesa y cruzo la sala hasta la barra.

Unas pocas palabras con el posadero bastaron para veriguar lo que queria. Con un dedo mugriento le se?al? una mesa donde un grupo de mineros de aspecto cansado comia el "sabroso" estofado que servia ese dia el local.

- El viejo Baffels es el que mejor conoce los pasos monta?osos. Tiene una hermana en Nashkell y cuando era joven le azotaron un par de veces por caza furtiva. Se sabe los barrancos de aqui al otro lado de las monta?as mejor que el camino a su casa. Y eso que siempre consigue llegar... a pesar de lo que bebe.

La charla con Baffels no aporta demasiado a lo expuesto por Pah. Efectivamente, el paso es dificil de cruzar debido al mal tiempo, y al adelantarse la estacion fria, muchos depredadores se han visto sorprendidos por los temporales antes de haber acumulado suficiente comida para invernar. Asi que no conviene pasar noche sin encender una fuena fogata. El viejo tambien le indica al explorador donde estan los dos refugios que hay en el paso, un par de caba?as de piedra con techo de pizarra que los guardias amnianos intentan mantener utilizables echandolas un vistazo muy de tanto en tanto. Tras un apreton de manos, Earhum se despide del afable minero.

Calles de Minanegra 13:50

El frio mordi? la piel bronceada de Akaradrim cuando sali? al exterior seguido del corpulento Hijogusano. Sabian donde dirigirse, puesto que habian visto las tiendas a ambos lados de la unica calle del pueblo mientras buscaban la posada. En la parte delantera de ambos establecimientos habia toscos carteles anunciando el precio de las prendas de abrigo. Era facil adivinar que el duro invierno habia aumentado enormemente la demanda de ese tipo de prendas... y que los comerciantes habian sabido sacarle partido, a juzgar por los precios.

Establos de "El Ojo del Tuerto"

Quall arrug? la nariz al penetrar en los humildes establos de la tambien humilde posada. Siempre le disgustaba el poco cuidado que los due?os de los locales le dedicaban a mantener esta parte de sus negocios en un estado minimamente decente. El estiercol de toda la semana, el barro y el forraje se mezclaban en el suelo, en el que las botas del druida se hundieron casi una pulgada. Sin duda, Durin disfrutaria abandonando ese sitio piojoso. Al menos, su montura habia dado buena cuenta del forraje que le habian puesto, y nadie se habia atravido a hurgar en sus pertenencias. Con cuidado, Pah coloc? a Durin la silla de montar y acomod? las alforjas. Todo estaria listo para partir cuando los demas se reunieran con el.
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[size=84]Cobarde es el que no defiende
Lo que su corazón reclama
Y blandiendo su arma entiende
Que morirá por lo que ama
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Falquian

Pascual_Jesus

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« Respuesta #14 en: Mayo 31, 2004, 05:47:57 pm »
- Hola, chico- salud? Pah a Durin mientras le acariciaba el morro.

El corcel agit? la cola mientras lo observaba con sus ojos profundos.

Pluma Veloz salt? de su hombro y se acomod? sobre la cruz de la silla, su sitio favorito, en d?nde sus afiladas garras no da?aban a su compa?ero equino.

A Durin le hab?a costado aceptar a Pluma Veloz, como buen caballo amniano, le gustaba pensar que era el favorito de cualquier due?o, aunque Pah hab?a hablado mucho con ?l, cosa que sorprendi? a Durin pues era la primera vez que un dos-patras le dec?a algo coherente.

Sea como fuere, los tres hab?an pasado muchas aventuras juntos, y su relaci?n era muy buena, pese a la testarudez del caballo.

- Te voy a sacar de aqu?. Volvemos al camino..

Pah extendi? la manta sobre el caballo para protegerlo del fr?o, o al menos de sus peores efectos. Revis? las herraduras, no quer?a que el caballo sufriese, asegur? las alforjas y los enseres, y cogi?ndolo por las riendas se dispuso a reunirse con el grupo, esperando paciente en medio del pueblo, bien visible.

De cuando en cuando echaba un vistazo a los ocasionales transeuntes, el resto del tiempo contemplaba en silencio los cielos, mientras cariciaba la testa del caballo.
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