Autor Tema: La Muerte y el Invierno [DDI]  (Leído 101945 veces)

Jurgen Heindall

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« Respuesta #90 en: Agosto 10, 2004, 12:40:13 am »
Refugio de monta?a 20:40.
Earhum, el explorador (que por fin descansa) de la Marca Arg?ntea.


El cansancio le llam? a gritos desde lo m?s profundo de su cerebro, mientras escuchaba la conversaci?n de sus compa?eros. Comi? algo de forma mec?nica, no por hambre, solo sabiendo que deb?a hacerlo. Su lengua no sent?a sabores, sus dientes hac?an su trabajo mientras los pensamientos vagaban cada vez m?s libres. Los m?sculos decidieron hacerse eco del agotamiento que su cabeza insist?a en hacer notar. Se relajaron y empezaron a protestar por el severo tratamiento al que hab?an sido sometidos. Justo cuando los hac?a entrar en calor, qu? desagradecidos!

El elfo hab?a contado una historia bastante fant?stica, claro que hab?a visto cosas mucho m?s raras en su tierra. Adem?s, nadie que no fuera un mago o hechicero llevar?a un rat?n metido en la manga. O sea que m?s val?a tenerlo en cuenta. Otra cosa era creer lo que dec?a, claro, pero desde luego s? era factible que le hubiera pasado eso.
De todos modos, esa historia no explicaba el por qu? se hab?an arriesgado tanto en plena tormenta. No esperaba que le contaran su vida a las primeras de cambio, pero si finalmente continuaban viaje juntos tendr?a que pregunt?rselo.
Por alg?n motivo un chiste intent? formarse en su cabeza, era de elfos con sabor a queso o algo as?, qu? cosa tan rara... empezaba a dormirse... no deb?a haberse acercado tanto al fuego.
Una voz muy seria dentro de su cabeza le dijo que alguien no estaban seguros all?, y que ?l deb?a estar entre las personas que hicieran guardia. Maldita conciencia... claro que ten?a raz?n. Abri? los ojos y dijo:

Lo siento, creo que me he quedado adormilado, me temo que no os he estado escuchando demasiado.
La perla gris, dice? Bueno, se?or, no sabr?a decirle en estos momentos... mejor preg?nteme por la ma?ana.

Levant?ndose de su sitio frente al fuego, continu? hablando, mirando a todos en general.
Creeis que ser?a buena idea montar una guardia durante la noche...? aaaah, qu? bien nos vendr?a un conjuro de alarma.
Hace mucho tiempo que no me encontraba taaaan cansado, maldita tormenta.


Mientras esperaba la respuesta, sus ojos y su mente buscaban un buen lugar donde dormir, incluso se imaginaba durmiendo, con una gran y beat?fica sonrisa, so?ando con las bellas chicas de su bonita ciudad...

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Ahhh, las bellas tierras del norte. Te he contado ya c?mo es mi bonita ciudad?, y las bellas chicas que en ella habitan? :roll:
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Te juzgaré porque tal es mi derecho de Príncipe, de Sangre y de Poder, pequeña sanguijuela desagradecida.

Hijogusano

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« Respuesta #91 en: Agosto 11, 2004, 10:08:36 am »
Cita de: "Eleomer el Adivinador"
Bueno, en mi visi?n pude ver una perla de color gris, abandonada sobre un lecho de nieve. Junto a la perla pasaba, llevado por el viento un velo blanco, similar al utilizado por las damas nobles. El velo era arrastrado por el viento hasta las puertas de un gran castillo, con sus torres en llamas. Sobre el castillo se alzaba la luna llena en todo su esplendor. Las puertas se abr?an para dejar entrar la delicada prenda, y tras ella cruzabamos nosotros dos. Despu?s la visi?n pareci? distorsionarse y oscurecerse...  algo o alguien pareci? interferir con el hechizo lanzado. El ultimo recuerdo que guardo fueron dos enormes ojos rojos abri?ndose, y el ronco gru?ido de una bestia sonando en mitad de una noche de tormenta. creo que esta ultima parte ya fue cumplida.
?Ustedes conocen la posada de la Perla Gris? ?que podriamos esperar de aquel lugar?


Despu?s de estar mirando fijamente al fuego durante un rato, recordando sus tragedias personales, Hijogusano se qued? atento a la historia que el "adivinador" acababa de contar. En el pueblo de Hijogusano nunca faltaba alg?n adivinador de esos, lanzando huesos con runas sobre una bandeja de madera y tratando de saber qu? les deparaba el futuro. Lo ?nico que consegu?an adivinar era el tiempo que iba a hacer el d?a siguiente. Sol y calor.

Gir?ndose hacia Eleomer, Hijogusano se dispuso a contar su interpretaci?n de la "visi?n" que hab?a contado el mago, tras haberse asegurado de que las ?nicas sombras eran las que proyectaban sus compa?eros de viaje y que nada se mov?a en la oscuridad.

- Te dir? lo que pienso sobre esa visi?n que has tenido, mago. Lo m?s probable es que la perla esa de la nieve se le haya ca?do a alg?n viajero. Con esa perla compraste los favores de alguna mujerzuela y r?os de cerveza. Seguramente estabas demasiado borracho como para pensar en la locura que era meterse en medio de la ventisca donde os atac? el oso. De hecho, creo que a?n no est?s del todo sobrio. Ser? mejor que duermas la borrachera, los apestosos dioses del hielo puede que nos tengan preparado m?s fr?o por la ma?ana.

Dicho esto, se acurruc? para conservar el calor. Envolvi? su gran espada en una manta para evitar cortes innecesarios y se dispuso a descansar con un ojo medio abierto.
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S?lo hablo dos idiomas. Normal y con tacos

polux

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« Respuesta #92 en: Agosto 12, 2004, 07:40:16 am »
Eleomer el Adivinador: Refugio de Monta?a, frontera de Amn 20:45

Cuando contemplo el grado de atencion que habian puesto tanto Earhum como Hijogusano, la carita de ni?o curioso quien espera que le cuenten la respuesta de alguna adivinanza, paso a ser la cara de un manco que recibe de regalo unos guantes.

"Ya me lo temia, no deviera esperar mucho de ellos...". Penso para si, pero de su boca solo salio: Lo siento mis se?ores, no deb? importunarlos con mis palabras sabiendo lo fatigados que estais.

Les hizo una ultima reverencia, a pesar de que ninguno de los dos parecia estar mirandolo, fue a buscar unas raciones a su mochila y se sent?: Toma, aprovecha de comer, puede serque ma?ana quizas nos espere otra jornada tan agotadora como la de hoy. Se asomo su familiar por entre sus mangas y agarr? algunas migas.

luego de comer, poco tiempo paso para que Eleomer cayera en trance.
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Pascual_Jesus

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« Respuesta #93 en: Agosto 12, 2004, 12:39:58 pm »
Pah Quall, El Dru?da Semielfo. Refugio de la Monta?a, frontera de Amn 20:45

Pah suspir? despu?s de escuchar las breves y tajantes conversaciones. Francamente, no sent?a demasiado inter?s en las alucinaciones o visiones del brujo, pero si de alg?n modo dec?a la verdad, hab?a presentido el ataque del Oso. Y ese ataque hab?a sido bien real, pensaba el semielfo mientras observaba la destrozada coraza del enano.

Se levant? echando un buen vistazo a los durmientes y a aquellos que a?n estaban con los ojos abiertos, mientras recog?a un poco de comida y la mascaba lentamente.

- Tymora me rechaza su sonrisa de nuevo, creo yo- pronunci? con una carcajada- Est? bien, har? la primera ronda de guardias. Al menos yo no tengo fr?o por la virtud de Mielikki.

Adem?s, esperaba tener noticias de Pluma. Que descansasen bien todos. Dado que eran seis, las guardias ser?an muy cortas. Aunque los conjuradores necesitaban descansan del todo para recuperar su lucidez arcana. Sin contar las meditaciones, rezos o estudios que impregnaban el ser con la habilidad de desencadenadar sortilegios.

Pah sali? al exterior, d?nde a PLuma le ser?a m?s f?cil localizarlo. Su visi?n le permit?a en cierto modo moverse con relativa seguridad, aunque la noche era m?s oscura de lo normal debido a la ventisca que segu?a azotando con cruel fiereza.
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Falquian

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« Respuesta #94 en: Agosto 17, 2004, 11:47:01 am »
Refugio de la Monta?a, frontera de Amn

Las horas y las guardias se sucedieron sin novedad mientras la tormenta crecia, para ir perdiendo fuerza poco a poco hasta convertirse en una gelida brisa antes de las primeras luces. Cuando se despertaron y salieron al exterior de la caba?a, la nieve habia enterrado por completo las campanillas de Quall, pero las nubes se habia avierto lo suficiente para dejar pasar algunos rallos de sol. Al parecer el descenso hasta Nashkell seria mas apacible.

Un agudo chillido surc? el aire. Un grito que siempre sonaba a libertad y a desafio. Quall alz? la mirada y sonri? al ver descender a  Pluma en elegantes espirales. Con un ultimo aleteo de sus poderosas alas, el ave se pos? en los restos de la cerca de piedra que rodeaba la casa y comenz? a atusarse sus plumas, como si nada hubiera sucedido.
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Falquian

Pascual_Jesus

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« Respuesta #95 en: Agosto 17, 2004, 06:24:15 pm »
- ?Pluma!- proclam? el semielfo mientras posaba su mano sobre el musculoso cuerpo del ave, sin poder evitar sonreir.

- Me ten?as preocupado, amigo. ?Te has metido en l?os?.

Durin se uni? a ellos acercando el morro al ave, que se limit? a graznar una vez.

Pah di? un peque?o rodeo a la caba?a para ver si hab?a huellas recientes, mientras recog?o sus enseres, dando tirones a la cuerda, dobl?ndola y guard?ndola en su sitio en las alforjas de su montura. Pese atodo, no pudo evitar perder alguna campanilla... ya las sustituir?a en el futuro.

Salud? a sus compa?eros que se iban levantando, mientras el sol los imitaba.

Luego, limpi? de nieve un amplio fragmento frente a la caba?a mientras comenzaba a orar a Mielikki, su Diosa.
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Sarven

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« Respuesta #96 en: Agosto 17, 2004, 10:48:44 pm »
Tras desperezarse y mordisquear una hogaza de pan duro y algo de queso, Sarven sali? tiritando por el port?n de la caba?a mientras terminaba de ajustarse las cintas de la coraza. Con rapidez busc? un pedazo de nieve alejado de la caba?a donde el sol de la ma?ana estuviese presente, y se coloc? all? para que el calor le activase los m?sculos entumecidos.

Bebi? agua de su odre y sacudi? sus ropas, las cuales ol?an a madera quemada despu?s de pasar la noche en la caba?a. Inc? las rodillas en la nieve y comenz? a pronunciar una lenta salmodia entre dientes. Al cl?rigo no le costaba nada recitar aquellas sagradas palabras puesto que llevaba haci?ndolo m?s de diez a?os todas y cada una de las ma?anas de cada dekhana. Su mente se abstrajo mientras canturreaba, y se di? el placer de sentir como el Lord de la Ma?ana llenaba su cuerpo de beatitud y fortaleza. En esta ocasi?n pidi? ayuda con mas fuerza que nunca puesto que ?l y varias personas de buen coraz?n se encontraban en un serio aprieto.

Los seguidores de Lazhander rezaban sus plegarias al alba para que fuesen los primeros rayos de sol los que les llevasen la palabra de su Se?or.

Tras ese momento ?ntimo, Sarven regres? a las cercan?as de la caba?a, tranquilo, sereno y sabiendo que su petici?n hab?a sido tenida en cuenta.

-Se?or Durin, Se?or Pah, ?buenos d?as! Si todo est? correcto y ustedes viajan hacia Naskhell espero que no les importe contar con dos personas m?s. Estoy seguro que mi amigo Eleomer estar? encantado de viajar con ustedes. Por lo que a m? respecta, ser? un placer. Estoy listo para partir.
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Falquian

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« Respuesta #97 en: Agosto 18, 2004, 01:43:18 pm »
Refugio de la Monta?a, frontera de Amn, poco despues de amanecer

Ante las palabras de Quall, Pluma se limit? a seguir atusando con inmodestia sus plumas. Las aguilas eran muchas veces animales arrogantes, y Pluma no se habia sustraido nunca de esta particularidad de su raza... Con su actitud, Quall entendia, casi como si se lo dijera con palabras, "ningun lio, nada que no pudiera solucionar". Sin duda, tal y como el druida habia intuido, el poderoso ave se habia limitado a planer por encima de la tormenta, manteniendose asi a salvo.

Mientras el semielfo se reunia con su fiel compa?era, el resto de los ocupantes de la caba?a salieron parpadeando al exterior. Era hora de prepararse para el descenso a Nashkell. Con un poco de suerte, podrian pasar alli la noche.
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Falquian

polux

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« Respuesta #98 en: Agosto 18, 2004, 05:24:48 pm »
Eleomer el Adivinador: Poco antes del amanecer.

Desde que sali? de su trance las horas pareci?an haberse alargado para el. No podia dejar de sorprenderse de aquel grupo tan singular con el cual ahora se encontraba, mas a?n, seguia haciendo conjeturas acerca de la visi?n y del grupo que se encuentra ahora. "hmm... en ningun punto de mi sue?o me vi con este grupo, solo eramos Sarven y yo, quizas tengan algo que ver con el velo que nos dejo entrar, pero si fuera asi en vez de velo hubiera visto un martillo rompiendo las puertas de Candelero... Ya basta de seguir con eso, mejor ser? entretener mi mente en algo m?s instructivo".
Se acomodo junto con su libro de conjuros, comenzo a repasarlos y a estudiarlos, de vez en cuando cerraba los ojos y repasaba susurrando las palabras propicias.
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Pascual_Jesus

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« Respuesta #99 en: Agosto 20, 2004, 06:00:48 am »
- Buenas d?as Sarven- salud? animadamente el Druida

- Madrugando ?eh?- dijo se?alando al sol naciente mientras le gui?aba un ojo.-
Parece que tu Se?or se va a dignar hoy en mostrase su alegre cara. Me gusta eso. Hace ver las cosas desde otra perspectiva.
.

Se acerc? con aire confidente y le susurr? al o?do.

- ?Has llamado a mi caballo, "Se?or Durin"?

Mientras tanto, Durin, al parecer consciente de que hablaban de ?l le daba un empuj?n con el morro, que le hizo perder el equilibrio y despatarrarse por el suelo.

Pah se cruz? de brazos con aire ofendido y estall? en carcajadas
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Sarven

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« Respuesta #100 en: Agosto 23, 2004, 09:21:42 pm »
Al ver la c?mica escena que se desarrollaba ante sus ojos, Sarven intent? no reirse por respeto y educaci?n ante una persona que acababa de conocer. Sin embargo al ser privilegiado expectador de los estados por los que iba pasando la cara de Pah -sorpresa, enfado y alegr?a- no pudo evitar acompa?ar al medio elfo y romper en sonoras carcajadas. Era la primera vez en muchos d?as que Sarven se re?a tan abiertamente, y a juzgar por la amplia y relajada sonrisa de Pah, ?l se encontraba en la misma situaci?n.

-Parece que al escuchar mi error el "Se?or" Durin ha recordado su posici?n social y ha querido vengarse de tantos d?as sosteniendo su peso por los caminos, Se?or Pah. Gracias a Tymora que es usted liviano, si llego a ser yo quien cabalgase al buen Durin, me habr?a arrancado un brazo de un mordisco y me habr?a obligado a llevarle hasta Semphar en las espaldas.

Con una sonrisa ayud? al druida a levantarse.
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Falquian

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« Respuesta #101 en: Agosto 24, 2004, 10:11:56 am »
Refugio de la Monta?a, frontera de Amn, poco despues de amanecer

Reunir sus escasa pertenencias y calentar un reconfortante desayuno no llev? a los ocupantes de la caba?a mas de unos pocos minutos. Sentados cerca de las brasas del fugo se calentaron las manos con sus tazas de metal mientras charlaban de lo sucedido el dia anterio. Quall prepar? los arreos de Durin con la generosa pero torpe ayuda de Sarven y en poco tiempo estubieron listos para ponerse en marcha.

Earhum y Quall echaron un vistazo al cielo y al camino antes de inicial el descenso. Aunque el cielo seguia cuajado de ominosas nubes, no parecia amenazar tormenta, al menos no de inmediato. La nieve se habia congelado con el frio de la noche anterior y habia endurecido el barro del camino. Pasarian frio, pero descenderian con facilidad.

Iniciaron la marcha bastante animados, y proto dejaron atras las parderas cubiertas de nieve y los afilados riscos de la cima para encontrarse los primeros arboles. La ferocidad del invierno habia pelado los nudosos troncos de cualquier tipo de folla, he incluso los pinos parecian tristes y agarrotados, con muchas de sus ramas partidas y sus ramas cuajadas de carambanos de hielo. Quall observ? con preocupaci?n todas aquellas se?ales. Si bien el invierno siempre era una estaci?n cruel en estas alturas, nunca habia visto ninguno que lo fuera tanto.

A medio dia se detubieron a comer un bocado, calentandose de nuevo las manos alrededor de una peque?a fogata. Un poco de cecina y pan del camino y se pusieron de nuevo en marcha con renovados animos, pues todos anhelaban la cena caliente que les esperaba en Nashkell.

Antes de ver el pueblo, pasaron junto a los pozos mineros. Las excavaciones desiertas y las poleas abandonadas. Los trabajos parecian haber cesado hacia semanas y solo un par de guardias de aspecto desali?ado patrullaban el lugar, lanzandoles apenas una mirada suspicaz. Los alrededores estaban completamente pelados, y algunos tocones sobresalian todabia de entre la nieve. A Pah Quall no le pas? inadvertido que los arboles habian sido talados a toda prisa y por gentes poco expertas en el manejo del hacha.

Mas abajo se distinguia Naskell, al pie de la monta?a, con sus primeras luces brillando con la caida del atardecer. Hilachas de humo subian de las chimeneas de las casas... Sin embargo no eran tantas como deberian ser, y por las calles apenas se veian se?ales de transito. Solo el puesto de guardia amniano, un peque?o templo y el edificio de dos plantas que, seg?n recordaba Sarven, era la posada "El Viajero Errante", destacaban por encima del resto de las caba?as destartaladas que conformaban la poblaci?n minera.
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Falquian

Jurgen Heindall

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« Respuesta #102 en: Agosto 26, 2004, 10:16:18 pm »
Afueras de Nashkell. Atardeciendo.
Earhum, el explorador (que no para de caminar y caminar) de la Marca Arg?ntea.


Vaya pocilga... Las palabras salieron sin que Earhum pretendiera haberlas dicho en voz alta. La visi?n de los pozos mineros, su estado de casi total abandono y la l?gubre y desolada visi?n que ofrec?a Nashkell le hab?an hecho hablar en voz alta.

Creo que aqu? no deber?amos detenernos demasiado tiempo. Parece como si se hubieran ganado las atenciones de Beshaba o Talona por el ambiente que transmite.
Podemos intentar conseguir informaci?n al menos, parece que hace tiempo que no llegan visitantes, eso hace a los parroquianos muy habladores. Hijogusano, procura no mirar a la gente TAN fijamente, recuerda que aqu? eso pone nerviosa a casi todos, igual es por el color de tu turbante, je je. A ver si alguien nos puede dar alg?n dato relevante de algo, ya sea del maldito y ladino orco o de esa extra?a visi?n que han tenido nuestros nuevos acompa?antes: el silencioso asesino elfo y el cruel y avaricioso mercader. :wink:


Esta vez al hacer ese comentario mir? directamente a Sarven y Eleomer, haciendoles part?cipes de la broma, con una mirada que dec?a, "tranquilos, es una broma de lo m?s inofensiva, ya os contar?".

Lo cierto es que pese a la mala pinta que ten?a todo lo que ve?a, se iba encontrando m?s y m?s animado. El descanso nocturno hab?a sido bueno, a pesar de hacer la segunda guardia; el fr?o no hab?a venido acompa?ado del terrible viento, y la tormenta del d?a anterior era cosa del pasado, a pesar de que sus secuelas se vieran durante todo el camino.
Un detalle a tener en cuenta adem?s era que las pieles habilmente "regateadas" por Akaradrin e Hijogusano hab?an cumplido su labor perfectamente. Esos dos hac?an buena pareja llendo de compras.

Los nuevos le preocupaban un poco. El sacerdote se notaba que intentaba integrarse con sus nuevos compa?eros, aunque ?l hab?a estado muy ocupado gu?ando el descenso de la manera m?s segura para el grupo, ayudado por Pah; el elfo sin embargo era m?s retraido y se notaba que los miraba con algo que no sabr?a decir si era extra?eza o desconfianza.
Hab?a que darle tiempo a ambos, tampoco se pod?a decir que hubiera sido muy amable el d?a anterior, pero no era el d?a de ser amable con desconocidos. Hoy era el d?a de volver a la "civilizaci?n", all? les invitar?a a algo y les preguntar?a por su historia, con m?s calma... pero solo despu?s de conseguir informaci?n sobre el orco, Perdici?n se lleve su alma, o sobre los extra?os sucesos que ocurr?an en estas tierras.
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Ahhh, las bellas tierras del norte. Te he contado ya c?mo es mi bonita ciudad?, y las bellas chicas que en ella habitan?  :roll:
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« Respuesta #103 en: Agosto 27, 2004, 08:27:09 am »
Eleomer el Adivinador: Afueras de Nashkell

El viaje habia sido algo mas tranquilo que la jornada anterior, pero aun as? no se sent?a tranquilo, por un lado la compa?ia de este grupo le hacia sentir mas protegido, pero por el otro no se sentia nada tranquilo. "hubiera preferido un grupo de exploradores elfos a esta gente". Se repetia a si mismos mientras daba unas miradas a esa gente nueva pensando que en cualquier momento pudieran utilizar a el como carnada para posibles bestias.
Cita de: "Earhum"
A ver si alguien nos puede dar alg?n dato relevante de algo, ya sea del maldito y ladino orco o de esa extra?a visi?n que han tenido nuestros nuevos acompa?antes: el silencioso asesino elfo y el cruel y avaricioso mercader.

Eleomer respondio a sus palabras con una sonrisa fingida, para luego de que hubo desviado su vista volvio a poner el rostro serio.
Alzo su vista contemplando las casas que se divisaban: "Vastante mal trecho se nota este pueblucho, por lo visto minero... que se ve alli, un templo, seg?n parece, pareciera lo mas respetable del lugar."
Se acerca a Sarven y le comenta en baja voz: Disculpe mi buen sacerdote, ?qu? tal si nos acercamos a aquel templo para ver si tienen algo de informaci?n acerca de Candelero y de la forma de llegar? Puede que all? nos puedan dar una luz acerca de como entrar o, por ?ltimo, alguna indicio de lo que podemos encontrar en la Perla Gris. supongo que podrian recibir a unos viajeros cultos como nosotros a estas horas.
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Sarven

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« Respuesta #104 en: Septiembre 13, 2004, 12:18:00 pm »
Sarven se ruboriz? al escuchar las palabras de Earhum.

-Disculpe se?or, pero poco tengo de mercader, de Hecho jam?s he acumulado nada de riqueza m?s all? de lo justo y necesario para sobrevivir, ya que la militancia religiosa me impide la colecci?n de monedas y otros tesoros mundanos. El ?nico punto de uni?n que tengo con esos crueles y avariciosos mercaderes, como los calishitas que de tanto en tanto aparecen por Aguas Profundas, es el tama?o de la panza.

El cl?rigo se esforz? en seguirle la broma al explorador, si bien el deprimente y sucio ambiente de Nashkell le quitaba la ya de por s? escasa alegr?a y las ganas de hablar.  

Mientras caminaban por las heladas calles sin pavimentar, Sarven giraba la cabeza en todas direcciones, observando con angustia las destartaladas casuchas y los sucios lugare?os sentados junto al quicio de las puertas, como si no tuviesen nada que hacer aparte de lanzar inquisitivas miradas. El cl?rigo contrast? mentalmente esta dejada aldea con el esplendor de las calles del Distrito Norte en Aguas Profundas. Aquella comparaci?n lo sumi? a?n m?s profundamente en la angustia, deseando con fervor estar de vuelta en su celda y abandonar volando los leprosos muros de este reducto de la pobreza y el estancamiento.

Sin embargo, dedujo, algo tendr?a que estar pasando en el l?gubre lugar para que las minas permaneciesen paradas y la guardia amniana patrullase con desidia las irregulares calles. Posiblemente esta pobre y astiada gente necesitasen ayuda. Pens? en alguna forma de ayudarles, y tras meditarlo, resolvi? que habr?a que investigar un poco m?s las peculiaridades del pueblo para poder tomar una determinaci?n.

Eleomer, susurr?ndole, interrumpi? sus divagaciones:

Citar
Disculpe mi buen sacerdote, ?qu? tal si nos acercamos a aquel templo para ver si tienen algo de informaci?n acerca de Candelero y de la forma de llegar? Puede que all? nos puedan dar una luz acerca de como entrar o, por ?ltimo, alguna indicio de lo que podemos encontrar en la Perla Gris. supongo que podrian recibir a unos viajeros cultos como nosotros a estas horas.


Con voz pausada y abstra?da, contest? al elfo.

-Es una buena idea, seguro que los piadosos y sufridos ac?litos de ?lmater tienen algo que contarnos acerca de Candelero y la Perla Gr?s, y acerca del deprimente estado de este lugar.

Alzando la voz, se dirigi? al resto de la comitiva.

- Se?ores, ese picudo edificio de dos plantas es El Viajero Errante
- levant? el brazo se?alando- Ser?a bueno que nos hosped?semos al menos una noche all?, no s? que les parecer? a ustedes. Eleomer y yo debemos resolver ciertos asuntos personales en el templo de ?lmater, una vez que hayamos terminado, acudiremos a la posada. Ser? solo unos minutos. Ojal? nuestros destinos contin?en recorriendo el mismo camino, ya que su compa??a y ayuda est? siendo muy grata.

El cl?rigo se despidi? del grupo y acompa?? a Eleomer en direcci?n al templo. Sus objetivos personales los hab?an obligado a dejar moment?neamente a los nuevos conocidos, pero Sarven quiso dejar claro que ser?a un tan solo por un momento y que quer?a continuar junto a esas personas que le hab?an salvado la vida.
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