Pah Quall, frente al oficial de la guardia de Nashkell.
El semielfo se encar? al oficial, ejecutando un saludo local mostrando la deferencia adecuada a tal cargo en perfecto Khondazhano, con los modismos propios de Amn. A lo largo de su infancia hab?a aprendido cierta capacidad diplom?tica, un rasgo caracter?stico en los linajes mestizos como el suyo. El vivir entre Azhkatla y Shilmista tambi?n hab?a ayudado.
- Bienhallado, oficial. Me llamo Pah Quall, aventurero, al servicio de la Dama Unicornio y del vuestro. He llegado acompa?ado por mis valientes amigos a vuestra poblaci?n persiguiendo a un fugitivo de la raza orca.
Hizo un gesto amplio con el brazo incluyendo a todos los presentes, sin entrar en detalles.
- Tymora ha querido que nos encontr?semos en el momento justo en el lugar adecuado para impedir que este joven- se?al? el cad?ver- causase mayores destrozos de los que v?is, al desvelarse su naturaleza maligna bajo la forma de una maldici?n licantr?pica.
Mene? la cabeza apenado.
- Con gran tristeza nos vimos en la obligaci?n de abatirlo, con la convicci?n de que su deidad patrona lo acoger? en su seno, para descansar finalmente en paz.
Hizo un gesto sagrado, una presignaci?n.
- Varios de mis compa?eros han ca?do heridos en el singular combate, pero nos ponemos al servicio del orden y de la ley de la ciudad y del pa?s, para poder ayudar en lo que nos sea posible. Tymora nos sonr?a.
Pah intent? ganarse la confianza del oficial, lo ?ltimo que necesitaban era la oposici?n de las tropas. La guardia de Amn no era un rival deseable.