Nashkell. Noche. Templo de Ilm?ter.
Earhum, el explorador que intenta aclararse, de la Marca Arg?ntea. Earhum hab?a vivido el combate de una forma frustrante. Hab?a o?do historias sobre lic?ntropos que mataban grupos enteros de personas sin que estas lograran herirlas de gravedad. Este parec?a que iba a ser el caso, ya que nadie parec?a ser capaz de hacer que brotara la sangre del enemigo, salvo los m?gicos con sus conjuros. Y encima el sacerdote lo tira al suelo... menos mal que finalmente todo acab? bien. Menos para el muchacho, claro.
Todos los hechos posteriores los vivi? desde un mutismo interesado.
En primer lugar porque le resultaba curioso que por segunda vez en dos d?as coincidieran con el elfo y el sacerdote en id?nticas circunstancias: siendo atacadas por extra?as bestias. ?Y encima esta se transformaba en humano al morir!
No compart?a la profunda pena del palad?n por el muerto. Hab?a visto demasiados y sab?a que en un combate era inevitable matar, que de no haber respodido de esa forma ahora ser?an ellos los cuerpos tendidos en el suelo. De todos modos, no pod?a evitar sentir pena por el joven usado por un oculto malvado para sus fines, sin culpa de nada.
Ayud? al palad?n a recoger algo el desorden, sin apartarse demasiado de donde se hac?a la autopsia pero sin entrar. No por asco o miedo, si no por saber que su puesto no era ese. Despu?s de un combate as?, Hijogusano a veces se mostraba violento durante un tiempo, y era mejor tenerlo controlado. Adem?s, el palad?n pod?a necesitar hablar, nunca se sab?a...
Espero que no esten haciendo nada de lo que luego se arrepientan-dijo dirigiendose al explorador.No discuto los motivos del mago,y confio mucho en el druida,pero ver el aspecto del buen Salcedin,me hace dudar.Esperemos a ver que sucede
Bueno, yo de momento no conozco lo suficiente a ese mago paliducho y su amigo el sacerdote empujador. Pero lo que s? es innegable es que tienen enemigos poderosos. Se acerc? hasta ponerse justo al lado del enano.
Ya sabes que no lo digo por miedo ni nada similar, pero me pregunto hasta que punto nos interesa inmiscuirnos en sus problemas. Antes de que el enano respondiera, le interrumpi?.
Ya se que parece algo en lo que deber?amos ayudar, pero te recuerdo que venimos persiguiendo a ese orco gris desde hace cientos de kil?metros, y hay motivos para pensar que puede estar en la zona. Simplemente planteo que deber?amos establecer prioridades, nada m?s.Bajo su actitud a veces fr?vola, hab?a un esp?ritu forjado en la lucha contra la adversidad y los enemigos que tanto abundaban en la Marca Arg?ntea. Hab?a aprendido por experiencia, muchas veces de forma dolorosa, que multiplicar el n?mero de enemigos era contraproducente, y que concentrar recursos en una misma tarea era mucho m?s productivo.
Todo esto, mi buen palad?n, a no ser que se demostrara que nuestro escurridizo orco est? metido, de alguna forma, en este asunto de seguidores de Malar, que Sel?ne lo mantenga lejos. Eso simplificar?a mucho las cosas en cuanto a decisiones, aunque nos complicar?a la vida a la hora de darle caza a ese extra?o bastardo.
Por cierto, ?crees que es de fiar ese bardo que nos ayud? en el combate y que antes parec?a querer ayudar en la posada, aunque de esa forma tan peculiar? Mi intuici?n me dice que podr?a ser una ayuda, muchos bardos son de buen coraz?n y les gusta ir de aventuras para inspirarse.Mientras hablaba le hab?a hecho un gesto a Hijogusano para que se acercara a la conversaci?n, a la espera de que el resto de la gente saliera de esa sala.
Cuando el Alguacil habl? se mordi? la lengua para no responder de una forma que sab?a que no era la adecuada en esos momentos. No quer?a estropear la habilidad de Pah en convencer al oficial de que no eran una amenaza para la estabilidad del lugar.
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Ahhh, las bellas tierras del norte. Te he contado ya c?mo es mi bonita ciudad?, y las bellas chicas que en ella habitan? :roll: