Nashkell. Noche. Posada del Viajero Errante.
Earhum, el explorador que escucha para decidir mejor.
Parec?a ser que no hab?a sido el ?nico en pensar en que hab?a que ordenar las prioridades de actuaci?n. Parec?a que empezaban a actuar como grupo.
Las palabras de Pah y Akaradrin se asemejaban a sus pensamientos. ?l tambi?n era seguidor de Mielikki y le preocupaba la actividad que los malaritas pod?an realizar all? cerca, y mucho m?s si hab?a lic?ntropos de por medio. Estar?a bien ayudar, ser?a una haza?a digna de ser resuelta.
Pero estaba el asunto del extra?o y escurridizo orco gris que persegu?an. Su odio hacia ?l era demasiado fuerte como para, simplemente, dejar de perseguirlo al encontrar algo de inter?s. Como parec?a que se esperaba que todos hablaran, y mientras esperaba a que trajeran algo de beber y comer, lo hizo.
Bien, parece cierto que esta gente precisa nuestra ayuda, su estado es miserable y las tormentas y agobios parecen sacadas de las ense?anzas de Talos y Auril, que Mielikki los distraiga con sus artes. El asunto de los lic?ntropos, esos de la Sangre Negra, que dec?s que son malaritas, creo que nos supera.
No, no me interrumpais, dejadme acabar. Ya habeis visto lo que nos ha costado derrotar a uno solo de ellos, todos contra uno, y no ha habido muertos porque Kelemvor no ha querido. No estamos preparados para luchar contra varios lic?ntropos, no tenemos las armas para ello. Adem?s... alguno de nosotros ha sido herido, y deber?a hacerse mirar esas heridas, ?no se transforman en bicho aquellos cuya sangre es derramada por los hijos de luna?
Por ?ltimo, deciros que mi decisi?n de cazar al deleznable orco es firme, y que lo har? yo solo si es menester. Lo m?s que puedo hacer es investigar la zona, para ver si el rumor de que hay orcos en las cercan?as es cierto, y averiguar si se encuentra con ellos o al menos estos tienen noticias de ?l. No es un orco que pase desapercibido.
Eso es todo lo que puedo ayudaros, al menos pasaremos juntos unos d?as m?s, buenos compa?eros.
Diriguiendose al mago elfo le dijo:
Siento no poder ayudarle m?s, pero mientras nuestros zapatos compartan camino, intentar? ser de utilidad y ayudar a protegerle... y si Mielikki quiere que el piel verde est? metido en este l?o con los malaritas ?entonces nuestras armas y nuestras ideas luchar?n juntas!
Tras hablar, mir? a Hijogusano, esperando que diera su opini?n. Al mismo tiempo, una sensaci?n de pena lo iba invadiendo lentamente. Parec?a que, a no ser que ese orco se hubiera juntado con seres igual de terribles que ?l, el grupo se iba a separar en pocos d?as.
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Ahhh, las bellas tierras del norte. Te he contado ya c?mo es mi bonita ciudad?, y las bellas chicas que en ella habitan? :roll: