Autor Tema: La Muerte y el Invierno [DDI]  (Leído 102049 veces)

Jurgen Heindall

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« Respuesta #225 en: Diciembre 30, 2004, 08:34:22 am »
Nashkell. Noche. Templo de Ilm?ter.
Earhum, el explorador que a veces habla mucho para s?, de la Marca Arg?ntea.


Bien, objetivo cumplido. Mientras el noble enano pensaba en la tonter?a que ten?a Earhum metida en la cabeza, dejar?a otros pensamientos m?s oscuros y agobiantes.
La r?pida salida del l?der de los guardias (y al parecer tambi?n de la ciudad, si no de nombre s? de facto) lo sorprendi? a ?l tanto como al parecer sobresalt? a sus propios soldados.
Sorprendi? la turbia mirada y el posterior insulto y amenaza del cabo hacia el bardo.
La reacci?n del sacerdote no dej? de extra?arle. Siempre hab?a pensado que los hombres santos tendr?an ac?litos que limpiar?an el suelo por ellos, y m?s despu?s de semejante carnicer?a.
Durante un momento le pas? por la cabeza ayudarle, lleg? incluso a dar un paso hacia ?l, pero se par?. No estaba all? para limpiar suelos, y menos sin saber qu? hab?an hablado el druida y Verneil.

Se encar? a Pah, mientras se apoyaba en uno de los muros (uno limpio) e instintivamente abarcaba a todos los presentes en su campo visual.

Compa?ero druida, ?qu? te ha dicho el pato jefe? Por lo menos parece que no has hecho que nos arresten, je je. ?Y qu? habeis encontrado todos vosotros en el cuerpo del infeliz, algo de inter?s?

Era hora de empezar a saber qu? ocurr?a. Ya estaban solo ellos, y aunque el elfo no le resultaba aun de fiar, el bardo era como poco peculiar y a Salced?n lo que le hab?a visto hacer era limpiar y quejarse un poco, ninguno de ellos le parec?a amenazador o un colaborador de los guardias.
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Ahhh, las bellas tierras del norte. Te he contado ya c?mo es mi bonita ciudad?, y las bellas chicas que en ella habitan?  :roll:
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Jurgen Heindall »
Te juzgaré porque tal es mi derecho de Príncipe, de Sangre y de Poder, pequeña sanguijuela desagradecida.

polux

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« Respuesta #226 en: Diciembre 30, 2004, 06:49:48 pm »
Nashkell. Noche. Templo de Ilm?ter.
Eleomer el Adivinador.


Eleomer acomod? los viales asegurandoce de que todos estuvieran firmes y sin peligro de se vertieran, cerr? su malet?n y un ruido lo hizo sobresaltarse. Era el sonido producido por las botas de los soldados que rapidamente siguieron al Alguacil.

Cuando se retiraron los guardias miro a aquellos quienes quedaban dentro del templo, a aquellos indigentes que a?n lo miraban a ?l y a su grupo con caras asustadizas, as? como a Salcedin quien ya habia sido sobresaltado en gran manera hoy. Mir? luego, como se acerc? Eharum a Pah, as? se fue a ellos ya con sus cosas recogidas: "Disculpad mis buenos caballeros, me preguntaba si hab?ais encotrado algun lugar donde pasar la noche, idealmente alguna habitaci?n donde podemos conversar a solas, si me entendeis."
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por polux »

Hijogusano

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« Respuesta #227 en: Enero 03, 2005, 11:36:57 pm »
Sala de operaciones de Ilmater
Habitualmente la Furia B?rbara dejaba agotado a Hijogusano durante unos instantes. Sab?a que no era el ?nico, y sus compa?eros b?rbaros del desierto sufr?an efectos similares, no ten?a nada de lo que avergonzarse.

Sin embargo en esta ocasi?n el cansancio hab?a sido mayor que en otras ocasiones. Aturdido tras la muerte del monstruo, Hijogusano hab?a vagado por el templo en un extra?o estado de debilidad mental. Le hab?a parecido seguir oliendo la sangre cada vez de forma m?s intensa, incluso habr?a jurado que hab?a aparecido ante ?l el borracho que hab?a encontrado en la taberna, probablemente para burlarse por su debilidad. Las sombras crec?an y menguaban de forma ca?tica por toda la sala. Probablemente el enemigo estaba cerca y habr?a que golpear antes de dejarle envenenar su mente y la de sus amigos.

Sus amigos!! D?nde estaban!! S?lo ve?a a un grupo de brujos alrededor de una mesa, como si estuvieran degustando alg?n tipo de banquete ex?tico y repulsivo.

Los pensamientos del b?rbaro permanec?an nublados mientras se acercaba al grupo dispuesto a despedazarlos... si s?lo pudiera encontrar su espada curvada...
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Hijogusano »
S?lo hablo dos idiomas. Normal y con tacos

Pascual_Jesus

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« Respuesta #228 en: Enero 09, 2005, 08:53:51 pm »
Pah Quall el Imprescindible Dru?da Semielfo. Templo de Nashkell. Noche.

El Dru?da observ? a sus compa?eros mientras ?stos conversaban quedamente, incluso el grandull?n de Hijogusano parec?a tambalerse confuso en direcci?n al grupo.

Refren? con un gesto las preguntas del explorador mientras meditaba un momento, luego Eleomer propuso descansar y el Dru?da asinti?.

- Quiz? podr?amos regresar a esa posada y preguntar por unas habitaciones, o al menos un establo lo suficientemente amplio, me gustar?a... asearme y tenemos muchas cosas que discutir. Disculparme un instante, enseguida estoy con vosotros

El rostro del semielfo mostraba agotamiento f?sico y espiritual, pero la noche no hab?a terminado a?n, y el equilibrio estaba lejos de conseguirse.

Finalmente se arrodill? al lado de Salced?n y le puso la mano en el hombro.


- Estimado Salcedin, Hijo de Ilmater, parece como si tu Maestro hubiese dedicado especial atenci?n a esta Su Casa. Recuerda que las desventuras forjan el car?cter y que tu deber es ayudar a tus fieles a sobrellevar las pruebas que el Dios Quebrado espera que sobrellev?is. Recuerda que hasta la m?s delicada y min?scula de las semillas de mostaza pueden crecer para convertirse en un ?rbol poderoso y pr?spero.


Le mostr? el papel al sacerdote, con el grabado extra?o.

- ?Qu? podr?as decirme al respecto? Lo encontramos grabado en fuego en el chico, y anteriormente en un oso furioso y enloquecido, en las afueras. Parece haber una relaci?n con alg?n tipo de culto Malarita, por favor, queremos ayudar, dinos lo que sepas.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Pascual_Jesus »

Falquian

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« Respuesta #229 en: Enero 10, 2005, 11:21:51 am »
Nashkell. Templo de Ilmater. Tras caer la noche.



Salcedin escuch? las palabras de Pah Quall con semblante triste, mientras escurria el pa?o ensangrentado en un barre?o. Finalmente logr? componer un amago de sonrisa y se gir? hacia el agotado druida.

- Agradezco tus amables palabras... - los ojos enrojecidos del sacerdote recorrieron la figura del semielfo, deteniendose por un instante en el emblema que pendia de su cuello - ... servidor de Mielikki. No te preocupes, saldremos adelante. Cosas peores me toc? vivir en mis tiempos de vagar por los caminos. Aunque la verdad, a veces no puedo evitar pensar que, tal y como estan las cosas, creo que ni el propio Silvanus conseguiria hacer germinar ni una brizna de hierba, mucho menos un grano de mostaza.

Salced?n mir? a su alrededor con aire abatido, dejando que sus ojos vagaran por los destrozos que la lucha habia ocasionado en la sala. Voces ansiosas llegaban desde la nave del templo, inquiriendo con tonos lastimeros cual habia sido la suerte de la bestia que pocos minutos antes les habia aterrorizado. De repente, las cejas del sacerdote se alzaron, para fruncirse de nuevo en un gesto de disgusto. Tirado en el suelo, semi oculto bajo un cortinaje roto, yacia el libro que apenas unos minutos antes les habia mostrado a Eleomer y Sarven.

- Sagrado Ilmater, al menos no parece haber sufrido ningun da?o. - Con cuidado, el sacerdote alz? el pesado volumen del suelo. - Preguntas sobre ese malharado s?mbolo, mi buen se?or... pocas respuestas puedo darte, aparte de las que ya di a estos se?ores - y se?al? con un adem?n al elfo y al orondo servidor de Lathander. - El simbolo que habeis hallado no es otro que el de la Gente de la Sangre Negra, un siniestro culto malarita compuesto casi en exclusiva por licantropos. Por si nuestras desgracias fueran pocas, he aqui que al invierno le siguen los lobos habrientos... lobos que caminan sobre dos pies. - Sin mas, le tendi? el libro a Pah Quall y se arrodill? de nuevo para seguir limpiando.
« Última modificación: Enero 11, 2005, 09:31:39 am por Falquian »
[size=84]Cobarde es el que no defiende
Lo que su corazón reclama
Y blandiendo su arma entiende
Que morirá por lo que ama
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Falquian

Pascual_Jesus

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« Respuesta #230 en: Enero 10, 2005, 01:20:26 pm »
Pah Quall, lector de antiguos tomos.

- Gracias, Padre.

Repuso el semielfo mientras, tacituirno, se dispon?a a leer en el tomo todo lo relativo a dicho culto, tomando resumidas anotaciones en un pergamino. Hab?a veces en las que la informaci?n era poder. Habr?a que estar preparado para esas veces. Por si acaso.

Cuando termin?, asegur?ndose de saber todo lo que necesitaba, se reuni? de nuevo con sus compa?eros tras devolverle el libro y hacer un gesto de consuelo al sacerdote Ilmateriano.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Pascual_Jesus »

Falquian

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« Respuesta #231 en: Enero 11, 2005, 09:59:25 am »
Calles desiertas de Naskell, tras caer el sol.

Tras apretar con suabidad el hombro de Salcedin, Earhum fue el primero en salir al intenso frio que reinaba en el exterior. Sorprendido por la vertiginosa bajada de las temperaturas, el explorador norte?o se arrebuj? en su capa y observ? las calles cubiertas de nieve y barro, por las que no parecia circular ni un alma. Apenas unas pocas luces brillaban a traves de unas pocas ventanas, y el gelido silvido del viento invernal era el unico sonido que llegaba a sus oidos.

Sus compa?eros se reunieron de inmediato con el. Akaradrim con el rostro aun sombrio, Hijogusano aun un tanto aturdido, Sarven con todo el aspecto de haber sido superado por los acontecimientos, el recien conocido Nikos Vergara, y Eleomer con gesto meditabundo. Por ultimo, Pah Quall sali? al exterior y cerr? la puerta del templo a sus espaldas. Su fiel montura se acerc? al semielfo, rozando su hombro con su hocico. Como si hiciera por portavoz del equino, pluma se pos? con un reboloteo en el arz?n del caballo y lanzo un penetrante chillido, cargado de indignaci?n y frio.

Sin mediar palabra el grupo de aventureros puso rumbo a la posada de aquel triste lugar, hollando la nieve con sus botas de viaje. Desde el final de la calle, les llegaba el ruido amortiguado de aquellos que disfrutaban del calor de un buen fuego y un buen trago en el interior del Viajero Herrante. Animados por esa perspectiva, aceleraron el paso y no tardaron en traspasar el umbral de la confortable posada.

Un silencio un tanto tenso se instal? en la sala comunal cuando el abigarrado grupo de viajeros entr? en el local, sacudiendo los pies en el felpudo de alambre enrejillado para desprender la nieve. Pero apenas dur? un instante. La delgada posadera les salud? desde la barra, gui?andoles un ojo.

- ?El local invita a una ronda a aquellos que tengan algo digno de contar! - Dijo con desemboltura. Con un gesto les se?al? una amplia mesa vacia, situada en un agradable rincon cercano a la chimenea. Enseguida las conversaciones entre los parroquianos volvieron a la normalidad, pero pocos podian evitar lanzar a los forasteros miradas cargadas de curiosidad.
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Falquian

Pascual_Jesus

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« Respuesta #232 en: Enero 11, 2005, 07:19:04 pm »
Pah Quall el cansado Dru?da Semielfo. Posada del Viajero Errante. Nashkell, bien entrada la fr?a noche.

- Cada vez hace m?s fr?o. Se ve que Auril no duerme.

Coment? el semielfo mientras se frotaba las manos y se sentaba en la mesa (bueno, en la silla, ya me entendeis) cercana a la chimenea.

- Comida caliente, por favor... algo de carne si hay, pan, queso y... vino tibio, qu? demonios. Me parece que hoy me lo he ganado. espero que no sea una hora demasiado intempestiba, mi buena se?ora.

Solicit? a la mesonera que atend?a el local.

Luego se gir? evaluando la taberna en busca de los destrozos de la pelea anterior con la guardia y ese tal Nikos Vergara. Plane? la mirada por la mesa, mientras Pluma Veloz se posaba en la barra, al parecer ya acostumbrado al local.

Sus compa?eros de viaje, el buen Anakadrim, el fornido Hijogusano, el afable Earhum,... todos ellos buenos amigos y buenos guerreros. Mejores guerreros que el mismo Pah, sin duda. En pos de un orco fujitivo. Y que se encontraron en extra?as circunstancias con el Sarven y Eleomer, un Cl?rico y un Mago,... dos caras de una misma moneda... y ese viejo brib?n de Nikos, que se hab?a visto envuelto en todo sabe Tymora c?mo.

?Eran un grupo realmente? Ellos quer?an atrapar al Orco, mientras que los sort?legos quer?an llegar a su destino incierto en base a unas profec?as extra?amente relacionadas con este feo asunto de los malaritas. Y el trovador que aparece como si nada con qui?n sabe qu? motivaciones ultimas. La pelea, y ahora esto.

- Estimados camaradas- abri? el silencio- Creo que antes de nada debemos establecer nuestras prioridades. Me explicar? si no os importa.

Tom? un sorbo del agua que hab?a en la mesa.

- Cada uno de nosotros tiene sus propias motivaciones y metas, y seguramente se dispondr? a conseguirlas en el cercano amanecer... m?s las experiencias que he vivido estos ?ltios dos d?as me han hecho reflexionar sobre qu? es lo que yo mismo debo hacer.

- La providencia me ha tra?do a Nashkell en un momento sumamente delicado para la ecolog?a y la poblaci?n local. Estoy convencido de que este clima y esta carest?a es antinatural,... casi noto las zarpas de los Dioses de la Furia aplastando este lugar. El viento helado, los animales salvajes... y el s?mbolo de Malar...

Pos? el dibujo copiado del oso para que fuese apreciado por todos, y situ? a su lado el otro s?mbolo, el del chico y a su lado el que hab?a extra?do del libro del sacerdota de Ilmater.

- Mi Diosa, Mielikki, es enemiga irreconciliable de Malar. La sospecha de que Malaritas puedan estar operando en la zona me compromete profundamente, y casi tanto o m?s el terrible desequilibrio climatol?gico y ambiantel que padecen los humanos de la zona, y los m?s indefensos animales o plantas.

Se volvi? hacia Earhum.

- No s? si puedo irme tras ese orco. Me siento obligado a resolver esto primero. Por otro lado, no puedo permitir que ese orco vague impune a sus anchas. ?Qu? puedo hacer?

Hizo la pregunta extensible a los dem?s.

- Antes de discutir nada m?s o de decidir el cuerso de acci?n me gusatr?a saber vuestra opini?n. Aqu? est? pasando algo muy raro y maligno, y debo averig?arlo. ?Qu? har?is los dem?s? Y os recuerdo que un inocente ya ha fallecido... y quiz? alguno de nosotros podr?a haberlo acompa?ado de no haber sido abatida la Bestia con tanta premura y tan firme voluntad

Pluma Veloz pareci? entenderlo y se aline? junto a su compa?ero tras un breve vuelo desde la barra, y los mir? con sus ojillos de ave, moviendo la cabeza ladeada.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Pascual_Jesus »

polux

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« Respuesta #233 en: Enero 12, 2005, 04:04:36 am »
Nashkell. Noche.Camino a la posada.
Eleomer el Adivinador.


Durante el trayecto a la posada Eleomer segu?a arropado y meditando lo sucedido. No podia sacar de su mente la imagen de aquellos ojos rojos y las ultimas palabras de la bestia que habian abatido: "Volveremos... a vernos... elfo". Obviamente ahora, mas que nunca, necesitaba a alguien con quien poder confiar.

Mientras caminaba revisaba los rostros de aquellos que lo hab?an ayudado a vencer a la bestia:  Earhum, el explorador de las bromas pesadas quien no tituveo al enfrentarse con la bestia a pesar que no tenia los medios para hacerlo; Hijogusano, aquel de una mirada de un salvaje y con el espiritu a tono con su mirada salto al encuentro del licantropo; Pah Quall, el mas sensato de ellos; Akaradrim, aquel enano quien ya lo ha salvado dos veces; Nikos, el trobador de voz inspiradora; y Sarven, el ?nico al cual hab?a confiado hasta este momento. ?Querr?n ellos involucrarse en esto?

Eleomer no se dio cuenta cuando ya estaba en la puerta de la posada, ingreso con el grupo y se sento manteniendo su silencio, cabeza agachada y a?n absorto en sus pensamientos. Cuando lleg? la comida a la mesa un cosquilleo en su brazo lo hizo despertar, era su peque?a rata quien, al olor de la comida habia asomado su cabeza por la manga izquierda. Polux tomo un pedazo de queso de la mesa y empezo a darle de ?l.


Mientras Pah hablaba polux alimentaba a su familiar como si no prestara atenci?n a lo que decia a pesar de que escuchaba atentamente.
Cita de: "PAh Quall"
Antes de discutir nada m?s o de decidir el cuerso de acci?n me gusatr?a saber vuestra opini?n. Aqu? est? pasando algo muy raro y maligno, y debo averig?arlo. ?Qu? har?is los dem?s? Y os recuerdo que un inocente ya ha fallecido... y quiz? alguno de nosotros podr?a haberlo acompa?ado de no haber sido abatida la Bestia con tanta premura y tan firme voluntad

La bestia a?n no ha sido abatida.
Respondi? Eleomer a?n alimentando a su familiar y sin levantar la mirada.
« Última modificación: Enero 27, 2005, 04:27:59 am por polux »

Jan Cantor

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« Respuesta #234 en: Enero 12, 2005, 01:24:46 pm »
Akaradrim,paladin enano del dios Moradin. Posada del Viajero Errante. Nashkell, bien entrada la fr?a noche.



El enano no seguia molesto.Era propio de su caracter el enfadarse pronto,pero calmarse tambien de manera rapida,y las bromas del explorador habian sido olvidadas.

Habia asistido en silencio,al resto de dialogos en el templo y ahora se dirigia hacia la posada en compa?ia de sus amigos.Su mente no dejaba de dar vueltas al tremendo dilema que se le habia planteado en el Templo de Ilmater:continuar con la caza del orco o ayudar a destruir al ser creador de la Bestia.

Su honor le compelia a ayudar a ese pueblo que sufria y a vengar la muerte del muchacho,pero habia dado su palabra de que capturaria a ese escurridizo orco y no podia faltar a ella.

Todo esto le reconcomia mientras entraba en la posada y se dejaba caer en uno de los asientos de la mesa cercana al fuego.Cuando vio que el druida pedia algo,le hizo un gesto para que le trajera una cerveza para intentar aclarar sus ideas,pero no sabia si le habia visto.

Pah Quall dijo:

Citar
Estimados camaradas.Creo que antes de nada debemos establecer nuestras prioridades. Me explicar? si no os importa.

- Cada uno de nosotros tiene sus propias motivaciones y metas, y seguramente se dispondr? a conseguirlas en el cercano amanecer... m?s las experiencias que he vivido estos ?ltios dos d?as me han hecho reflexionar sobre qu? es lo que yo mismo debo hacer.

- La providencia me ha tra?do a Nashkell en un momento sumamente delicado para la ecolog?a y la poblaci?n local. Estoy convencido de que este clima y esta carest?a es antinatural,... casi noto las zarpas de los Dioses de la Furia aplastando este lugar. El viento helado, los animales salvajes... y el s?mbolo de Malar...

- Mi Diosa, Mielikki, es enemiga irreconciliable de Malar. La sospecha de que Malaritas puedan estar operando en la zona me compromete profundamente, y casi tanto o m?s el terrible desequilibrio climatol?gico y ambiantel que padecen los humanos de la zona, y los m?s indefensos animales o plantas.

- No s? si puedo irme tras ese orco. Me siento obligado a resolver esto primero. Por otro lado, no puedo permitir que ese orco vague impune a sus anchas. ?Qu? puedo hacer?

- Antes de discutir nada m?s o de decidir el cuerso de acci?n me gusatr?a saber vuestra opini?n. Aqu? est? pasando algo muy raro y maligno, y debo averig?arlo. ?Qu? har?is los dem?s? Y os recuerdo que un inocente ya ha fallecido... y quiz? alguno de nosotros podr?a haberlo acompa?ado de no haber sido abatida la Bestia con tanta premura y tan firme voluntad

"?Vaya!El druida habla poco,pero cuando lo hace es como un sabio de Candelero...Ha dado forma a mi mismo dilema,aunque veo que ?l tampoco a llegado a una conclusion al respecto..."-penso el enano.El silencio lleno la mesa,mientras se miraban unos a otros esperando quien podria ser el siguiente en hablar.El mago daba de comer a un peque?o raton,y sin levantar la mirada dijo:

Eleomer dijo:

Citar
La bestia a?n no ha sido abatida


El enano abrio los ojos de manera desmesurada ante esta frase y dijo:

?Decis que todavia existen mas personas infectadas por el mal licantropo o que todavia el responsable de esto no ha sido destruido?...En fin,tanto da.Pah-Quall ha expresado con claridad mi propio pensamiento sobre el tema que nos ocupa.Mi honor me ata y me obliga a destruir el Mal que ha atacado esta aldea y a poseido a ese chico,pero mi palabra es sagrada y prometi que cazaria al orco costase lo que costase.Estoy atado por ambas y no puedo faltar a ninguna puesto que no me lo perdonaria.

Es egoista por mi parte,pero casi deseo que ese hijo bastardo del Tuerto Gruumsh,este tambien metido en ese embrollo de los malaritas,y asi pudieramos matar dos pajaros de un tiro.

Se?or Eleomer,contadnos todo lo que sepais para poder ayudarnos a tomar una decision.


Una vez dicho esto se volvio a sentar,algo avergozado por su discurso.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Jan Cantor »

polux

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« Respuesta #235 en: Enero 12, 2005, 02:35:32 pm »
Nashkell. Noche.En la posada.
Eleomer el Adivinador.


Cita de: "Jan Cantor"

?Decis que todavia existen mas personas infectadas por el mal licantropo o que todavia el responsable de esto no ha sido destruido?...En fin,tanto da.Pah-Quall ha expresado con claridad mi propio pensamiento sobre el tema que nos ocupa.Mi honor me ata y me obliga a destruir el Mal que ha atacado esta aldea y a poseido a ese chico,pero mi palabra es sagrada y prometi que cazaria al orco costase lo que costase.Estoy atado por ambas y no puedo faltar a ninguna puesto que no me lo perdonaria.

Es egoista por mi parte,pero casi deseo que ese hijo bastardo del Tuerto Gruumsh,este tambien metido en ese embrollo de los malaritas,y asi pudieramos matar dos pajaros de un tiro.

Se?or Eleomer,contadnos todo lo que sepais para poder ayudarnos a tomar una decision.



Eleomer alz? su vista  hacia Akaradrim.
Siento decirle mi buen salvador que lo ?nico que hemos matado fue a un pobre muchacho quien no ten?a control sobre su cuerpo. Yo pude percibirlo, alli no habia solo una criatura, habian dos seres, una fue al que matamos, un chico aterrorizado por lo que le estaba sucediendo y la otra es la verdadera bestia quien covardemente solo manipulaba aquel cuerpo.
Luego Eleomer agach? su cabeza y sigui? alimentando a su familiar mientras continuaba: Como consigui? aquella bestia hacerlo, aun no lo tengo en claro, pero durante la autopsia logr? conseguir una pista.
Eleomer corto algunos pedazos de pan y los dejo distribuidos en la mesa. Su rata sali? de su manga para alimentarse por si solo y as? poder seguir su relato sin distracciones.
Antes de lo sucedido Sarven y yo logramos conversar con el muchacho, el estaba muy lastimado y enfermo, el mismo sacerdote del templo nos conto que con sus artes no habia logrado mejorarlo, pero extra?amente mi buen sacerdote Sarven- se?alandolo -Pudo recuperarlo.
Alli el chico logro contarnos que fue atacado por un grupo de orcos, el no estaba solo, pero mataron a los demas... no, esperen, menciono que fue el capturado con un par de mujeres... si, luego le vendaron los ojos y alguien lo obligo a tomar una pocion. Estaba describiendonos lo que sintio al beber la pocion cuando experimento aquel orrendo cambio.

Eleomer cerro los ojos. Le parecio en ese instante poder ver nuevamente aquellos ojos rojos. Rapidamente los abrio, ya con un semblante mas asustado. hizo una respiracion profunda y continu?.
Aquello que me atac?, me conoc?a, y yo hasta ese momento solo conocia sus ojos... bueno, creo que el resto lo habeis presenciado ustedes. Lo cierto es que en la autopsia pude encontrar lo que yo creo que pueden ser unas peque?as muestras de aquella pocion que bebi?... Ma?ana tendre que analizarlas...
Esto ultimo lo dijo en voz baja casi murmurando y de all? se call? como si estuviera meditando, comenzo a recordar los procedimientos que habia aprendido en sus estudios de alquimista para asi ver cual era el mas correcto para ello.
« Última modificación: Enero 27, 2005, 04:31:33 am por polux »

Jurgen Heindall

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« Respuesta #236 en: Enero 13, 2005, 08:40:08 am »
Nashkell. Noche. Posada del Viajero Errante.
Earhum, el explorador que escucha para decidir mejor.


Parec?a ser que no hab?a sido el ?nico en pensar en que hab?a que ordenar las prioridades de actuaci?n. Parec?a que empezaban a actuar como grupo.
Las palabras de Pah y Akaradrin se asemejaban a sus pensamientos. ?l tambi?n era seguidor de Mielikki y le preocupaba la actividad que los malaritas pod?an realizar all? cerca, y mucho m?s si hab?a lic?ntropos de por medio. Estar?a bien ayudar, ser?a una haza?a digna de ser resuelta.

Pero estaba el asunto del extra?o y escurridizo orco gris que persegu?an. Su odio hacia ?l era demasiado fuerte como para, simplemente, dejar de perseguirlo al encontrar algo de inter?s. Como parec?a que se esperaba que todos hablaran, y mientras esperaba a que trajeran algo de beber y comer, lo hizo.

Bien, parece cierto que esta gente precisa nuestra ayuda, su estado es miserable y las tormentas y agobios parecen sacadas de las ense?anzas de Talos y Auril, que Mielikki los distraiga con sus artes. El asunto de los lic?ntropos, esos de la Sangre Negra, que dec?s que son malaritas, creo que nos supera.

No, no me interrumpais, dejadme acabar. Ya habeis visto lo que nos ha costado derrotar a uno solo de ellos, todos contra uno, y no ha habido muertos porque Kelemvor no ha querido. No estamos preparados para luchar contra varios lic?ntropos, no tenemos las armas para ello. Adem?s... alguno de nosotros ha sido herido, y deber?a hacerse mirar esas heridas, ?no se transforman en bicho aquellos cuya sangre es derramada por los hijos de luna?

Por ?ltimo, deciros que mi decisi?n de cazar al deleznable orco es firme, y que lo har? yo solo si es menester. Lo m?s que puedo hacer es investigar la zona, para ver si el rumor de que hay orcos en las cercan?as es cierto, y averiguar si se encuentra con ellos o al menos estos tienen noticias de ?l. No es un orco que pase desapercibido.
Eso es todo lo que puedo ayudaros, al menos pasaremos juntos unos d?as m?s, buenos compa?eros.


Diriguiendose al mago elfo le dijo:
Siento no poder ayudarle m?s, pero mientras nuestros zapatos compartan camino, intentar? ser de utilidad y ayudar a protegerle... y si Mielikki quiere que el piel verde est? metido en este l?o con los malaritas ?entonces nuestras armas y nuestras ideas luchar?n juntas!

Tras hablar, mir? a Hijogusano, esperando que diera su opini?n. Al mismo tiempo, una sensaci?n de pena lo iba invadiendo lentamente. Parec?a que, a no ser que ese orco se hubiera juntado con seres igual de terribles que ?l, el grupo se iba a separar en pocos d?as.
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Ahhh, las bellas tierras del norte. Te he contado ya c?mo es mi bonita ciudad?, y las bellas chicas que en ella habitan?  :roll:
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Jurgen Heindall »
Te juzgaré porque tal es mi derecho de Príncipe, de Sangre y de Poder, pequeña sanguijuela desagradecida.

polux

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« Respuesta #237 en: Enero 13, 2005, 02:15:23 pm »
Nashkell. Noche. Posada del Viajero Errante.
Eleomer el Adivinador.


Sus pensamientos fueron interrumpidos por las palabras de Earhum.
Cita de: "Earhum"
No, no me interrumpais, dejadme acabar. Ya habeis visto lo que nos ha costado derrotar a uno solo de ellos, todos contra uno, y no ha habido muertos porque Kelemvor no ha querido. No estamos preparados para luchar contra varios lic?ntropos, no tenemos las armas para ello. Adem?s... alguno de nosotros ha sido herido, y deber?a hacerse mirar esas heridas...
...Siento no poder ayudarle m?s, pero mientras nuestros zapatos compartan camino, intentar? ser de utilidad y ayudar a protegerle... y si Mielikki quiere que el piel verde est? metido en este l?o con los malaritas ?entonces nuestras armas y nuestras ideas luchar?n juntas!


A pesar que en un principio Eleomer no habia sintonizado con las bromas del explorador, sabia que ?l era un brazo fuerte.
Mi se?or Earhum, como os dije, el muchacho fue atacado por orcos, las marcas que ten?a era por el enfrentamiento que tuvo con ellos. Ademas, no es que sea perito en esa raza pero, ?A donde podr?a dirigirse aquel orco que persiguen sino es reunirse con sus s?miles? ?O tene?s una pista mejor que esa?
Ahora si os preocupa el hecho de que el orco este unido a esas criaturas de Malar, sepa usted que yo puedo hacer que sus armas puedan herir a esas criaturas, ?Cierto mi buen Salvador Akaradrim?
- Dirigi? una mirada al enano, luego continu? -Ademas, la transformaci?n que sufri? aquel chico no es como yo habia leido de estos seres, es distinta, mas a?n por el testimonio del muchacho... Es posible que su mordedura no transmita aquella maldici?n.
Y espero que eso sea as? - penso para si mientras acariciaba donde habia sido mordido por el licantropo.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por polux »

Hijogusano

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« Respuesta #238 en: Enero 18, 2005, 11:09:25 am »
Posada calentita, alg?n indeterminado momento de la noche
El fr?o de las calles hab?a permitido a Hijogusano despejarse, aunque a menudo daba la impresi?n de que nunca estaba completamente centrado. Sus compa?eros a menudo le dirig?an alguna mirada preocupada como asegur?ndose de que siguiera en sus cabales. No era la primera vez que lo hab?an visto deambular alrededor de la hoguera armado con su espada y murmurando incoherencias en medio de la noche. La delicada salud mental del b?rbaro del desierto parec?a a punto de quebrarse como una ramita bajo los pies de un pesado camello.

Durante el trayecto desde el maloliente templo de salced?n, a trav?s de las malolientes calles y llegando a la maloliente posada, Hijogusano hab?a meditado en silencio sobre los diversos asuntos que a menudo ocupan la cabeza de los b?rbaros. Comer, beber, dormir con un ojo abierto...

Las palabras de Earhum, pr?ctico como siempre, hab?an devuelto la cabeza de Hijogusano de nuevo a centrarse en cosas realmente importantes.

Dirigi?ndose al mago tras dar un peque?o sorbo de vino coment?:

- El explorador tiene raz?n, elfo. Aqu? est?n metidas fuerzas demasiado poderosas para una panda de mortales como nosotros. Aunque pueden vivir cientos de a?os, los elfos estirais la pata como cualquiera si os atizan con suficiente fuerza entre las cejas. La verdad es que con suficiente fuerza no importa d?nde os aticen, estoy seguro de que con un poco de tiempo podr?a romper todos los huesos de tu flacucho cuerpo... ?por d?nde iba? Ah, s?. Yo he venido hasta aqu? persiguiendo un maloliente orco. Eso es algo que puedo palpar, y desde luego espero palpar a base de bien. Malar, tormentas m?gicas, j?venes embrujados y cultos a la bestia van m?s all? de lo que necesito en estos momentos. La muerte del chico es lamentable, he visto c?mo la maldici?n que le atac? lo descuartiz? de forma repugnante y no tengo intenci?n de mezclarme en semejantes asuntos sobrenaturales. ?Qu? puede mi acero contra semejantes monstruosidades?

Sigui? dando peque?os sorbos al vino mientras miraba de reojo al rat?n asqueroso al que alimentaba el elfo.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Hijogusano »
S?lo hablo dos idiomas. Normal y con tacos

Falquian

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« Respuesta #239 en: Enero 24, 2005, 03:00:45 pm »
Posada el Viajero Herrante. Naskell. Tras caer el sol.

Mientras los aventureros debatian sobre los pasos que debian tomar a continuaci?n, una timida y escualida figura femenina se aproxim? ellos desde las sombras que parecian cubrir las esquinas de la sala. Desde lo profundo de una capa de lana manchada y raida, la joven mendiga lanz? una mirada avida a los tazones con comida caliente que se mezclaban en completo desorden con las jarras de cerveza y los pedazos de pan, cubriendo la mesa de aquellos extra?os forasteros. Por fin, pareci? vencer sus tituveos y se aproxim? hasta la desvencijada silla donde Earhum se encontraba sentado. Se ech? la capucha acia atr?s, dejando al descubierto su pelo pajizo, casi blanco, y lanz? una mirada cargada de tristeza al explorador norte?o



- Perdone se?or... no se enfade... solo quiero hablar con usted un momento... - dijo con una debil vocecilla.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Falquian »
[size=84]Cobarde es el que no defiende
Lo que su corazón reclama
Y blandiendo su arma entiende
Que morirá por lo que ama
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Falquian