Eberk Truenomartillo. Bosques al noroeste de los Valles. 1376 CV. 17 de Mazho. De noche.El enano terminaba de comer su pan, mientras observaba a Ocelote que, al parecer infructiferamente, intentaba descifrar lo que ponía el famoso monolito. El druida se le había perdido de vista hacia un buen rato, sin embargo no valía la pena preocuparse por él, después de todo estaba en su "ambiente", aunque de seguro de donde venía la niebla no era tan molesta.
Pensaba en ello cuando, de las profundidades mismas del bosque un largo aullido rompió el silencio reinante. Los ojos del enano chispearon como brazas, el aullido era para él como el sonar del cuerno de batalla, se llevo la mano diestra al hacha que fue desenfundada raudamente y la siniestra al escudo, mientras se levantaba de un salto. Los ojos del enano escrutaron alrededor, pero la espesa niebla le impedia ver claramente. A eso se sumó un presentimiento: algo en el ambiente había cambiado, aunque no sabía decir que.
De pronto, entre la niebla y los árboles logro discernir una silueta. La figura humanoide se percató de los aventureros y grito algo en una lengua que el enano no pudo descifrar, al tiempo que el cuerpo se desplomaba en el suelo. El enano avanzo con paso firme hacia el lugar, de pronto se dio cuenta que también Ocelote se acercaba. No presto atención a las palabras del pícaro, sus ojos buscaban incesantes el origen del aullido pero no lo encontraban.
-¡Trecky, si puedes volar ven hacia aquí, si no puedes grita! ¿Dónde estas? gritó el hechicero, que intentaba atraer al pequeño murcielago que llevaba de mascota.
El druida tampoco estaba por ningún lado ¿Cómo demonios la situación se había tornado así de caótica?
-
Forjador, no nos abandones nada más comenzar nuestra aventura - susurró el enano, mientras apretaba con fuerza su escudo y su hacha, el acto le lleno de confianza y gritó -
¡Seas lo que seas, atrevete a aparecer aquí, que me encargare de hacerte morder el polvo! - Al terminar la frase, miró a la figura encapuchada, seguramente Ocelote ya había hecho las preguntas pertinentes, no era necesario que él las repitiera.
-------------------------------------------------------------------------------------
"No cuentes las veces que te has caído. Sino que la fuerza con que te has levantado."Ulfgar, primer maestro de Eberk Truenomartillo.