24 de Septiembre de 2005, Calles del Puerto de Chicago, 00:15
Un hombre no demasiado alto, delgado y p?lido penetr? en uno de los callejones del puerto mientras prestaba atenci?n a una importante conversaci?n telef?nica, desapareciendo entre las sombras que proyectaban los almacenes y las partes traseras de los pubs y restaurantes de la zona.
Al cabo de aproximadamente un minuto emergi? del mismo callej?n un hombre algo m?s alto y corpulento, con un atuendo que parec?a llevar escrito "Federal" en todas y cada una de las prendas. Con cuidado cerr? y guard? el tel?fono m?vil que levaba en la mano, y se dirigi? hacia una furgoneta aparcada al otro lado de la calle.
Abri? con energ?a la puerta lateral, subiendo al veh?culo al tiempo que se dirig?a a sus ocupantes.
- Tranquilos muchachos, soy yo. Roy, arranca, vamos hacia el centro, al hotel Montoya Palace.
La reacci?n no se hizo esperar, y al cabo de unos segundos la furgoneta atravesaba las calles con una velocidad m?s que aceptable en direcci?n a su objetivo.
Charles sac? de nuevo su tel?fono y marc? con rapidez.
- ?Tony?... ?Qui?n demonios crees que va a ser en ?ste n?mero y a estas horas?... ?Has o?do algo acerca del tiroteo y las revueltas en el puerto y el Chicago Palace? Bien, pues no quiero que se airee mucho la cosa, una rese?a breve en las ?ltimas p?ginas y ninguna imagen... Es m?s que evidente que no, nada de eso llegar? a la televisi?n... T? eres inteligente y es tu negocio, ya se te ocurrir? algo para taparlo... He o?do que George Clooney est? en la ciudad, ya tienes con qu? llenar los malditos titulares...
Ten preparado todo el material al respecto, fotos, negativos, entrevistas, nombres, todo, alguien ir? a recogerlo de mi parte... Est? bien, eso es todo, saluda a Wendy de mi parte.
Colg? con un gesto de desagrado en la cara y volvi? a marcar otro n?mero.
- ?Collins?... Marlowe, necesito que me hagas un peque?o favor. Necesito que me env?es por fax todos los informes relacionados con el tiroteo y los disturbios de esta noche en "Los langostinos Plateados" y frente al Chicago Palace... Si, las declaraciones de los testigos sobre todo, as? como el nombre y la direcci?n de los agentes que se han ocupado del asunto. Tambi?n me vendr?a bien que asignases las investigaciones a alguien "poco competente", ya me entiendes... No me vengas con esas, s? que puedes hacerlo... No me jodas, ?prefieres que asuntos internos reciba las fotos?... Eso cre?a yo, en f?n, no te molesto m?s... Hasta pronto.
Esta vez guard? el tel?fono, seguro de que de momento el asunto no llamar?a demasiado la atenci?n. Cogi? su .38 y lo guard? en el bolsillo de su gabardina mientras se giraba para ver a sus hombres.
- Poneos ropa discreta y coged algo que no llame la atenci?n, a ser posible con silenciador, vamos a entrar en el y no quiero m?s p?nico ni m?s revuelo del que ya ha habido.
Roy, t? te quedar?s en la furgoneta, aparcado frente al hotel. Mant?n bien abiertos los ojos y av?sanos por radio de cualquier movimiento sospechoso. Los dem?s vendr?is conmigo.
Un minuto m?s tarde la furgoneta aparcaba frente al hotel, y de ellas descend?an cinco figuras poco llamativas, que entraron al hotel por separado y en breves intervalos.
El ?ltimo en entrar fue Charles, que tras pasar la puerta giratoria se dirigi? directamente hacia el mostrador de recepci?n, esquivando a un par de turistas despistados.
La recepcionista era una chica joven y de buen ver, que intentaba ocultar con un cuidado acento ingl?s lo que la placa con su nombre delataba.
- Buenas noches se?orita, ya sabe a que he venido. Hace escasamente quince o veinte minutos han llegado tres hombres en no muy buen estado. Necesito que me diga en qu? habitaci?n se encuentran, es importante.
- Lo lamento, pero no s? de qu? me est? hablando, y aunque lo supiera no estoy autorizada a dar informaci?n alguna acerca de nuestros clientes, se?or.
- Escuche se?orita... - se par? a mirar la placa, que rezaba "Rosa Hern?ndez - Receptionist" - Hern?ndez d?game de una maldita vez el n?mero de habitaci?n en la que se encuentran esos indiv?duos o me la llevar? a comisar?a por obstrucci?n a la justicia y estar? usted de vuelta en su maldito pa?s antes de que amanezca, ?me ha entendido?.
El semblante de la joven palideci? de forma repentina, y el labio inferior comenz? a temblarle de forma nerviosa.
- Si... S?, se?or... Es-est?n en la habitaci?n 217, se?or... y hace unos cinco minutos han subido tambi?n una mujer y un hombre aparentemente herido...
Marlow mostr? una amplia y conciliadora sonrisa a la muchacha antes de comenzar a hablar.
- Buena chica, gracias por la informaci?n - y d?ndosela vuelta se dirigi? a sus hombres, que esperaban sentados en el bar.
- Thomas, qu?date en recepci?n y aseg?rate de que la muchacha no avisa a nadie de nuestra presencia. Si ves que alguien sospechoso sube, d?imelo y avisa a Roy para que coja algo m?s pesado que lo que lev?is y subid con ?l. Los dem?s, venis conmigo, tenemos un cita en la 217.
Dicho esto se encamin? hacia el ascensor e hizo un gesto para que dos de los muchacho subieran por las escaleras. Seguidamente tom? el ascensor y subi? a la segunda planta y camin? hasta la puerta de la susodichahabitaci?n. Sac? su arma y golpe? tres veces con ella la puerta.
- Que nadie dispare a menos que nos ataquen directamente. En teor?a tenemos que proteger a esta gente...