Ellen Laviette, Grafthon, Taberna "Lobo Tuerto". 2 de Septiembre del 990. Atardeciendo.
El ambiente en esa mesa comenzaba a calentarse, y no de buena manera precisamente, la chica de negra cabellera miro hacia el vacio, sin inmutarse, por aquel “llamado de atención”, que el barón realizara antes, por la poca “educación. Sin inmutarse y en realidad poco interesada por aquel, descuido, sigui con al mirada en aquel punto del bar, alternándolo entre borrachos lejanos, mientras el barón hablaba de lo que deseaba, y solo la palabra “compañeros”, puedo hacerla reaccionar, de manera que tuviera noción de los cuatro hombres que la acompañarían, con la mirada, lejana y aparentemente altanera, los miro uno a uno mientras el barón, hablaba.
Vayas especímenes con los que tendré que colaborar… aunque… ¿Sera totalmente necesario hacerlo?
El barón continuo un unas risas cerraron su parlamento, -Tzk- [/b]dejo escapar entre sus labios al escuchar al ser reírse, realmente incomoda por escucharlo.
Bajo la mirada, se dispuso a responder, pero se adelanto aquel tipo, que fue el que primero saludo
Am…. Se…shil….. Shell…. ¡Shen!, definitivamente soy malísima recordando nombres.[/i]
Pensó mientras el ya mencionado hablaba, - al parecer tenemos un cobarde… no apresures juicios!!!, quizás…. Nah, da igual, el porqué, pero si no va continuar, será mejor que salga de aquí… - pensó mientras descruzaba su pierna derecha, para luego cruzar su pierna izquierda sobre la pierna derecha, apoyo su pica sobre su muslo, mientras acariciaba el bastón de esta. Fue entonces, que el chico que estaba a su lado, el del pañuelo, aquel que se había presentado como Nindalf, saltó dándose a conocer, Ellen lo miro de reojo - bla, bla, bla, bla… Espero que lo que busca este Barón, sea de gran importancia- suspiro, cerró los ojos unos instantes, y un vozarrón del hombre con la capucha de oso se hizo presente, - “confianza”…. ¿Realmente este Barón, quiere que confiemos en cuatro desconocidos?, Maldición, si no fuera porque realmente, necesito de él, ni siquiera me habría dado el tiempo de venir…. Maldita sea, Barón de….- elevo sus ojos encontrándose con los del barón, dispuesto a insultarlo mentalmente lo encaro, pero un temeroso respeto por él tipo frente suyo la freno, trago saliva y dirigió su mirada hacia el resto de sus “compañeros”, estaba en ello, cuando se vio invitada a presentarse, por el tipo del cráneo de Oso, Ellen lo miro a los ojos dispuesta a contestar, peor un murmullo, se hizo escuchar, levemente, pero lo suficientemente alto como para interrumpirla y que el tipo del oso lo “enfrentara”, aunque el chico de la pañoleta roja no se quedo atrás, llamándole la atención al del oso, lo encaro de la manera más amable que pudo, mientras esto ocurría, Ellen movió su pica apoyándola a su lado haciendo que descansara apoyada en la silla, llevo la parte superior de su cuerpo hacia adelante, apoyando los ante brazos sobre la mesa, y dando un suspiro se apresuro a responder, antes de que siguieran con el pinponeo de intercambio de palabras.
- Así es, yo tendré el placer de responder…Veamos, si mi memoria no me falla… - comenzó, mientras dirigía la mirada a sus compañeros de mesa, uno a uno, - mmm… Nin…. Nindalf, - dijo mirando al chico de la pañoleta que se encontraba a su lado, mientras apoyaba su dedo índice en su mentón pensando; para luego seguir hacia el lado de él nombrando al siguiente- - Xavier, She…. Shen, Y, El señor “caballero” – dijo sonriendo levemente- – Gal… Galdram- dijo mirando a cada uno de sus acompañantes, mientras con su dedo índice los indicaba- Un…. Cual era la palabra… ¡ah!, si, placer, Un placer conocerlos… “creo” –pensó esa palabra mientras los miraba a los ojos uno a uno, -- me presento, soy Ellen… Ellen Laviette, De donde vengo es algo personal, para donde voy es un misterio, y que es lo que ha sido de mi vida, pues, es algo que queda en el pasado, ¿que hago?, Pateo traseros de infortunados individuos-sonrió levemente mientras movía su tobillo bajo la mesa y entrelazaba sus blancos dedos por su oscura cabellera empujándola hacia atrás, solo para lograr que un mechón negro rebelde, se lanzara como kamikaze hacia su rostro cubriendo uno de sus ojos.- Y eso es lo que por ahora, deben… o mejor dicho pueden saber de mi-
Continuo sonriendo levemente, casi por cortesía, para luego volverse al barón, la sonrisa desapareció de su pálido rostro y sus ojos celestes, se clavaron unos segundos en los del barón. - Creo que sabes mi respuesta desde mucho antes de que la pronuncie, mucho antes de que si quiera la piense, sin importar que respondan estos… caballeros, la mía no variara, solo dime, cuando debo partir.