Autor Tema: Anima: El Hijo de la Muerte [DDI]  (Leído 22251 veces)

Nindalf Firodes Troscard

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« Respuesta #15 en: Julio 06, 2010, 11:36:10 pm »
Nindalf Firodest, Grafthon, Taberna "Lobo Tuerto". Atardeciendo.

Eeeh… –preguntaba haciendo un ademán con la mano y giro de muñeca como si le ayudara a recordar- Galdram, ¿no?, si tanto apuro tienes por cortejar al la dama presente, te recomiendo que la dejes hablar sin interrupciones, por otra parte, Xavier se estaba presentando no es necesario que te lo comas con la mirada… y si tan caballero eres, ¿por que aun no respondes mi pregunta?, por lo menos Xavier comenzó a hablar, me gustaría escuchar al que tenga algo que decir al respecto, para mi esto es perder el tiempo y como dije antes si seremos compañeros en esta misión me gustaría saber que es lo que saben hacer, aparte de ser “caballero”, claro esta… -decía esto mientras le dirige la palabra a Galdram con una mirada inquisidora y algo molesta…

Y este desgraciado, ¿quiere que haga equipo con este tipo de personas?, con que loco me pretende embarcar a una misión suicida… -giraba la mirada al barón mientras pensaba esto, en el momento que llegaba el tabernero con las jarras de cerveza de Galdram-

Seguía lloviendo fuera de la taberna, pero el flujo de gente no bajaba y la algarabía menos aun. Cantos, gritos, risas y por que no mencionarlo, mucha cerveza. Pero este ambiente no afectaba a la mesa en la que Nindalf estaba sentado, como si no estuvieran ahí sentados.

Y bien alguien tendrá el placer de responder
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Nindalf Firodes Troscard »
Puede que en algun momento se malinterprete lo que diga... en el caso de hacer daño... lo siento no es mi intencion...ser sincero es mi esencia...(y cuando quiera hacer daño lo dire...jajajajajaja...)

Phoenix

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« Respuesta #16 en: Julio 07, 2010, 03:22:05 am »
Ellen Laviette, Grafthon, Taberna "Lobo Tuerto". 2 de Septiembre del 990. Atardeciendo.

El ambiente en esa mesa comenzaba a calentarse, y no de buena manera precisamente, la chica de negra cabellera miro hacia el vacio, sin inmutarse, por aquel “llamado de atención”, que el barón realizara antes, por la poca “educación.  Sin inmutarse y en realidad poco interesada por aquel, descuido, sigui con al mirada en aquel punto del bar, alternándolo entre borrachos lejanos, mientras el barón hablaba de lo que deseaba, y solo la palabra “compañeros”, puedo hacerla reaccionar, de manera que tuviera noción de los cuatro hombres que la acompañarían, con la mirada, lejana y aparentemente altanera, los miro uno a uno mientras el barón, hablaba.

Vayas especímenes con los que tendré que colaborar… aunque… ¿Sera totalmente necesario hacerlo?

El barón continuo un unas risas cerraron su parlamento, -Tzk- [/b]dejo escapar entre sus labios al escuchar al ser reírse, realmente incomoda por escucharlo.
Bajo la mirada, se dispuso a responder, pero se adelanto aquel tipo, que fue el que primero saludo

 Am…. Se…shil….. Shell…. ¡Shen!, definitivamente soy malísima recordando nombres.[/i]

Pensó mientras el ya mencionado hablaba, - al parecer tenemos un cobarde… no apresures juicios!!!, quizás…. Nah, da igual, el porqué, pero si no va continuar, será mejor que salga de aquí… - pensó mientras descruzaba su pierna derecha, para luego cruzar su pierna izquierda sobre la pierna derecha, apoyo su pica sobre su muslo, mientras acariciaba el bastón de esta. Fue entonces, que el chico que estaba a su lado, el del pañuelo, aquel que se había presentado como Nindalf, saltó dándose a conocer, Ellen lo miro de reojo -  bla, bla, bla, bla… Espero que lo que busca este Barón, sea de gran importancia- suspiro, cerró los ojos unos instantes, y un vozarrón del hombre con la capucha de oso se hizo presente, - “confianza”…. ¿Realmente este Barón, quiere que confiemos en cuatro desconocidos?, Maldición, si no fuera porque realmente, necesito de él, ni siquiera me habría dado el tiempo de venir…. Maldita sea, Barón de….- elevo sus ojos encontrándose con los del barón, dispuesto a insultarlo mentalmente lo encaro, pero un temeroso respeto por él tipo frente suyo la freno, trago saliva y dirigió su mirada hacia el resto de sus “compañeros”, estaba en ello, cuando se vio invitada a presentarse, por el tipo del cráneo de Oso, Ellen lo miro a los ojos dispuesta a contestar, peor un murmullo, se hizo escuchar, levemente, pero lo suficientemente alto como para interrumpirla y que el tipo del oso lo “enfrentara”, aunque el chico de la pañoleta roja no se quedo atrás, llamándole la atención al del oso, lo encaro de la manera más amable que pudo, mientras esto ocurría, Ellen movió su pica apoyándola a su lado haciendo que descansara apoyada en la silla, llevo la parte superior de su cuerpo hacia adelante, apoyando los ante brazos sobre la mesa, y dando un suspiro se apresuro a responder, antes de que siguieran con el pinponeo de intercambio de palabras.
- Así es, yo tendré el placer de responder…Veamos, si mi memoria no me falla… - comenzó, mientras dirigía la mirada a sus compañeros de mesa, uno a uno, - mmm… Nin…. Nindalf, - dijo mirando al chico de la pañoleta que se encontraba a su lado, mientras apoyaba su dedo índice en su mentón pensando; para luego seguir hacia el lado de él nombrando al siguiente- -  Xavier, She…. Shen, Y, El señor “caballero” – dijo sonriendo levemente-  – Gal… Galdram- dijo mirando a cada uno de sus acompañantes, mientras con su dedo índice los indicaba- Un…. Cual  era la palabra… ¡ah!, si, placer, Un placer conocerlos…  “creo” –pensó esa palabra mientras los miraba a los ojos uno a uno, --  me presento, soy Ellen… Ellen Laviette, De donde vengo es algo personal, para donde voy es un misterio, y que es lo que ha sido de mi vida, pues, es algo que queda en el pasado, ¿que hago?, Pateo traseros de infortunados individuos-sonrió levemente mientras movía su tobillo bajo la mesa y entrelazaba sus blancos dedos por su oscura cabellera empujándola hacia atrás, solo para lograr que un mechón negro rebelde, se lanzara como kamikaze hacia su rostro cubriendo uno de sus ojos.- Y eso es lo que por ahora, deben… o mejor dicho pueden saber de mi-

Continuo sonriendo levemente, casi por cortesía, para luego volverse al barón, la sonrisa desapareció de su pálido rostro y sus ojos celestes, se clavaron unos segundos en los del barón. - Creo que sabes mi respuesta desde mucho antes de que la pronuncie, mucho antes de que si quiera la piense, sin importar que respondan estos… caballeros, la mía no variara, solo dime, cuando debo partir.  
« Última modificación: Julio 10, 2010, 07:09:19 am por Phoenix »
Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.

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Nindalf Firodes Troscard

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« Respuesta #17 en: Julio 08, 2010, 07:54:29 am »
Nindalf Firodest, Grafthon, Taberna "Lobo Tuerto". Atardeciendo.

Para mi es suficiente con el echo de patear traseros, el resto de tu vida aun no me importa y no sé si me llegara a importar, por lo demás estas bien mientras seas de utilidad y no estorbes o ¿solo eres una cara bonita y un lindo cuerpo? –decía esto mientras se le venia a la mente, que podría congeniar con ella- si, podría ser, nos parecemos mucho, pero aun no llego a entender porque es tan arisca, no somos malas personas, o bueno eso es lo que pienso de los que están sentados en esta mesa, pero no debería tener motivos para desconfiar de nosotros, sabes una cosa, se lo diré… aunque no se como lo haré, ahí voy…
Sabes una cosa Ellen, deberías relajarte un poco… la verdad no tienes porque ser tan… Como decirlo, enojona… Aun no tenemos tiempo de hacerte algo malo como para que tengas esa actitud con nosotros… Guau, lo dije yo… Eso es un progreso… Lo siento pensaba en voz alta, la cosa es que deberíamos tratar de congeniar los unos con los otros, si vamos a embarcarnos en algo peligroso, lo primero será confiar, o poner de nuestra parte para que esto funcione… ¿Les parece bien? –mientras decía esto Nindalf veía como la cara de sus acompañantes de mesa se les transformaba entre desconcierto e incredulidad de lo que él decía-

-Sabes que Nindalf, deberías dejar que los demás hablaran.
-¿Por qué dices eso?, ¿estoy hablando mucho dices tu?
–se contestaba el mismo mentalmente.
-No solo eso, no crees que los demás quieren hablar y tu no los dejas…

Después de esta discusión mental entre si mismo Nindalf opto por guardar silencio para ver que ocurría en la mesa poniendo atención a sus acompañantes
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Nindalf Firodes Troscard »
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Phoenix

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« Respuesta #18 en: Julio 08, 2010, 08:11:56 am »
Ellen Laviette, Grafthon, Taberna "Lobo Tuerto". 2 de Septiembre del 990. Atardeciendo.

En silencio y algo desconcertada por la reacción de Nindalf, Ellen sonrió, le había hecho gracia el comentario que este había hecho, lo miro y movió sus manos sobre la mesa mientras él hablaba, y luego respondió.

Primero, no solo soy una cara linda y un lindo cuerpo acomodo su capa abriéndola un poco acomodando mejor los antebrazos sobre la mesa, para luego mirar a cada uno de sus acompañantes- no seré un estorbo, al menos no porque yo quiera, y si no me buscan el odio, soy arisca… por diversos asuntos, pero creo poder bajar un poco la guardia, ya que lo pones de ese modo, Querido Nindalf – sonrió levemente, “Te llamó enojona… si, pero tiene razón…¿Desde cuándo?, desde que me causo gracia el comentario- pensó auto corrigiéndose en silencio y en segundos, movió los dedos nerviosamente y luego entrelazo sus manos sobre la mesa.

-Entonces, aceptare el trato, bajare un poco la guardia- Dijo mirandolos nuevamente “¿segura de lo que haces Ellen?, no realmente… pero supongo que no me queda de otra… No me han dado razones para ser “enojona”, y si una guía de poder relajarme, al menos Nindalf… aún así… no te confíes… no totalmente… Al menos por ahora....”

Llevo su mano derecha a su frente ocultando su mirar unos instantes para luego pasar su mano por su cabello acomodándolo hacia atrás
« Última modificación: Julio 10, 2010, 07:09:37 am por Phoenix »
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Glaviar

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« Respuesta #19 en: Julio 10, 2010, 06:05:06 am »
Firas Valthiaer, Grafthon, Taberna "Lobo Tuerto". 2 de Septiembre del 990 DC. Crepúsculo.

“Pues, mi presencia podría llamar la atención de ciertos grupos de la Iglesia”… “Pues, mi presencia podría llamar la atención de ciertos grupos de la Iglesia”… “Pues, mi presencia podría llamar la atención de ciertos grupos de la Iglesia”…

Como despertando de un trance, el sujeto de capucha blanca se reclina sobre la mesa e interrumpiendo la plática, inquiere al Barón:

¿Por qué dijiste eso Barón? ¿Por qué tu presencia podría inquietar a ‘ciertos grupos de la Iglesia’? ¿Quién eres?

Mientras decía esto, la cara del hombre se iba descomponiendo paulatinamente, colocando una expresión grotesca, casi hilarante. A continuación, mira de reojo a los allí presentes, especialmente al Barón, y moviendo de manera inquietante sus dedos larguiruchos, enuncia con voz grave lo siguiente:      

Disculpen la interrupción, me preocupa saber quien es usted Barón y porqué quiere esto. Y sobre todo, porqué su presencia puede llamar la atención de la Iglesia. Si hay riesgos en esto, mínimamente debemos saber esa información. No preguntaré porqué reúne a un grupo de desconocidos para esta misión -y por qué específicamente nosotros- aunque tengo mis aprensiones. Sólo necesito que responda a lo anterior, nada más.

Luego de decir estas palabras, baja su mirada obligándose a callar, como alguien que sabe que ha hablado demasiado. Posteriormente, levanta la vista descubriendo su testa: el aspecto joven se diluía progresivamente en un semblante exangüe. La expresión taciturna de su mirar volviose ligeramente aflictiva. A pesar de ello, no declinó su actitud:

Y bien, ¿por qué dijiste eso Barón?
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Glaviar »
\"La tristeza no vuelve inteligente. En la tristeza estamos perdidos. Por eso los poderes tienen necesidad de que los sujetos sean tristes. La angustia nunca ha sido un juego de cultura, de inteligencia o de vivacidad.\"

Gilles Deleuze.

Barack Aurum Draco

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« Respuesta #20 en: Julio 10, 2010, 09:30:48 am »
El Barón, Grafthon, 2 de Septiembre del 990 DC. Anocheciendo.

El barón se descolocó por unos segundos ante la pregunta de Shen. Había olvidado que el trato no había sido "directamente" con él. Pero el hecho de recordar aquello, le hizo recordar también las palabras del "otro". ¿Funcionaría su artimaña? No tenía más remedio que probar suerte... suerte, que bella era esa palabra. El barón se levantó de su silla y se dirigió hacia el tabernero, pidió una ronda de la mejor cerveza (que era la peor en kilómetros a la redonda) y, cuando venía de vuelta se aseguró de pasar por la espalda de Shen.

-¿Quieres saber quién asesino a tu maestro?¿De quién se quería vengar?- le murmuró. Se sentó y le dijo - ¿Son esas razones suficientes para aceptar? Y, por cierto, el trabajo es de recuperación. No de robo, necesito que recuperen un objeto que me fue robado y que tiene un enorme valor sentimental para mi. Eso es todo.

De pronto comenzaron a presentarse los unos a los otros. La conversación seguía el rumbo que necesitaba. Aprovechaba el tiempo para repasar si había puesto en la carta todo lo necesario para la misión y calculaba las infinitas posibilidades de que alguno que otro se fuera. De pronto escuchó que Firias mintió descaradamente sobre su identidad, ¿Era esa la mejor manera de comenzar un trabajo en equipo?... Bueno, a él no le importaba demasiado, mientras los resultados fueran favorables.
Sin embargo, no contento con su espantosa mentira, alzó la voz de nuevo... y ahora, desde un comienzo, capto toda la atención del orondo hombre noble.

¿Por qué dijiste eso Barón? ¿Por qué tu presencia podría inquietar a ‘ciertos grupos de la Iglesia’? ¿Quién eres?

Disculpen la interrupción, me preocupa saber quien es usted Barón y porqué quiere esto. Y sobre todo, porqué su presencia puede llamar la atención de la Iglesia. Si hay riesgos en esto, mínimamente debemos saber esa información. No preguntaré porqué reúne a un grupo de desconocidos para esta misión aunque tengo mis aprensiones. Sólo necesito que responda a lo anterior, nada más.

Y bien, ¿por qué dijiste eso Barón?


El barón le miró, que alguien tomará en serio sus serias palabras era una de las posibilidades que había barajado, claro, pero no pensó que fuera "Xavier" quien las haría. Aunque algo molesto, esbozo su tétrica sonrisa mirando al joven.

-He de suponer que no te lavas bien los oídos... o que no sabes escuchar. He dicho que la razón por la que yo no puedo ir es porque soy muy débil ¿qué puede hacer un hombre gordo como yo en combate? Esa es la razón por la que los contrate a uds.. No necesito que maten a nadie, solo que recuperen mi preciado tesoro. Mi presencia, por otro lado, no llamara la atención de nadie... salvo talvez del hombre que me hurto el objeto, en tal caso prefiero mantenerme oculto. Espero haber dado una respuesta satisfactoria a tus planteamientos. - miró al joven Firas, como diciendo que el único relación con... pero a eso quien le importa.

-¿Por cierto... aceptarán el trabajo... y sus pagas...?

Tus palabras son convincentes, pero en este mundo ni siquiera de quienes tienes más cerca te puedes fiar. Acepto, pero ya sabes cual es el trato. Lo que tú sepas sobre ella, esa será mi recompensa. - Dijo firmemente Firias.

Shen no logro disimular su enojo. Movio la cabeza positivamente. Él aceptaba el precio de su venganza. Los otros tres habían aceptado antes de llegar si quiera. Los cinco aceptaron su trabajo. No le gustaban los planes, pero... esta había rendido sus frutos.

Extendió un papel sobre la mesa mientras decía - Son sus instrucciones. No me quiero ver envuelto en nada de esto, así que nos veremos cuando todo haya acabado. Lean la misiva una vez nos separemos. Tomen sus cosas y salgan de aquí... el alcohol y el fuego son mala combinación. Por eso, en las cocinas y posadas, de vez en cuando se provocan accidentalmente incendios.

El grupo salio un poco extrañado del lugar. En ese momento el tabernero botó accidentalmente una botella de licor, la camarera que llevaba las seis jarras de cerveza resbalo en el charco de licor botando cada jarras llena de cerveza. La caída produjo que botellas del mostrador cayeran al piso estallando y vertiendo el preciado licor. El liquido, en tanto, se acercaba a la cocina, mientras una hoguera calentaba la hoya que contenía la sopa que se serviría como cena. Una chispa salto al charco de alcohol y las llamas voraces prendieron con inusitada rapidez. El grupo cerró la puerta tras de si. El Barón ya se había largado. En fracción de segundo el Lobo Tuerto se convierto en un infierno, los hombres temerosos intentaron salir pero las puertas se trabaron accidentalmente. El Lobo Tuerto y todos quienes estaban dentro, perecieron producto de las llamas.

« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Barack Aurum Draco »
\"El poder del hombre no radica en lo que puede hacer por sí mismo, sino en lo que su voluntad obliga a hacer a los demás\".

Shen

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« Respuesta #21 en: Julio 13, 2010, 02:30:09 am »
Shen, Grafthon, en las afueras de la taberna "Lobo Tuerto". 2 de
Septiembre del 990 DC. Crepúsculo.


La lluvia caía con fuerza,  solo unos segundos salvaron al grupo de perecer por las llamas, al ver la monumental llamarada que consumía al lobo tuerto,   un grupo de aldeanos  comenzó a gritar, desesperados comenzaron a acarrear agua para apaciguar las llamas.
Un grupo de mujeres lloraba inconsolablemente, probablemente algún conocido se encontraba en aquel infierno…poco quedaba por hacer pero…

“qué demonios ha pasado,  como ocurrió esto…no puedo permitir que mueran de esa forma, tengo que intentar salvarlos, aun no es tarde”

Sin pensarlo dos veces  Shen  corrió  hacia la puerta,  al intentar abrirla se dio cuenta que esta se encontraba trabada.

“maldición… tendré que tumbarla…….”

Shen se colocó en una postura extraña, coloco su pierna derecha algo curvada, para luego  darse un impulso con la pierna izquierda y lanzar una potente patada en contra de la puerta.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Shen »

Nindalf Firodes Troscard

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« Respuesta #22 en: Julio 13, 2010, 05:24:14 pm »
Nindalf Firodest, Grafthon, en las afueras de la taberna "Lobo Tuerto". 2 de Septiembre del 990 DC. Crepúsculo.

Nindalf vio algo incrédulo que hacia Shen parado justo en frente de una taberna en llamas… y pensó– De cierta manera tiene razón, por que no eh de ayudar… la verdad mirando la altura del incendio y de la voracidad da un poco de miedo, de echo se prendió de pronto…

Shen, si quieres ayudar tiene que ser con la cabeza… no puedes meterte a la taberna a tontas y locas… dentro hay mucho licor… no se apagara con solo agua, debes esperar a que se consuma, y por la cantidad que yo vi, se apagara en un buen rato –le decía esto a Shen, mientras recogía un cubo con agua que había a su lado- Si tanto quieres meterte ahí, mójate con esto, no se si te alcance para sacar a las personas que quedaban dentro pero si las sacas de 2 en 2 no será tan difícil, mientras te conseguiré mas cubos con agua, y por cierto, usa el hombro y toma velocidad, te será mas fácil que con una patada…

Nindalf se giraba para mirar a los demás, mientras les preguntaba- ¿alguien mas quiere ayudar a Shen? –mientras otra idea cruzaba por la mente de Nindalf- Es verdad, necesitaremos mantas… -Se giro para ver si alcanzaba a algún aldeano, al cual tomo del brazo y le dijo – Trae mantas, muchas mantas, si alguien sale de ahí será en llamas… -Y vio al aldeano alejarse para entrar a una casa cercana-

Y bien, ¿alguien más va a ayudar? –Miraba Nindalf a sus acompañantes con una sonrisa en la cara-
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Phoenix

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« Respuesta #23 en: Julio 13, 2010, 05:45:43 pm »
Ellen Laviette, Grafthon, en las afueras de la taberna "Lobo Tuerto". 2 de Septiembre del 990 DC. Crepúsculo.

La taberna ardía con voracidad, las llamas se elevaban al cielo, mientras que el humo se expandía por el lugar.
El grupo miraba algo atónitos a Shen y Nindalf, mientras que los aldeanos se desvivían trayendo mantas y baldes de agua. Detrás de los otros dos, Xavier y el caballero, al figura de Ellen, se acomodaban la capucha mientras las palabras de el barón resonaban en su cabeza

Tomen sus cosas y salgan de aquí... el alcohol y el fuego son mala combinación. Por eso, en las cocinas y posadas, de vez en cuando se provocan accidentalmente incendios…. Accidentalmente…. Accidentalmente…  que se provocara el fuego justo después de nuestra salida, predicha a las ordenes de salir de ese lugar … ¿Coincidencia?.... No… no existen las coincidencias… solo lo inevitable. “

La Chica se volteo a ver a sus acompañantes, no sabía que harían Xavier y Galdriam, se abrió paso entre ellos y miro a Shen y Nindalf.

No deberían esforzarse… las cosas pasan por alguna razón… piensen en lo que el barón dijo, y se darán cuenta que esto…- miro el fuego en la taberna – era inevitable- sonrió levemente mientras acomodaba la capucha sobre su cabeza tapando su negra cabellera- ahora, es mejor que nos vayamos… tenemos otras cosas que atender – dijo mirado a ambos mientras estaba parada en medio de los otros dos. – si alguien, ha de salvarse y quedar vivo, eso será, con su ayuda o sin ella… así que no traten evitar lo inevitable, y sigamos con lo nuestro…
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Nindalf Firodes Troscard

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« Respuesta #24 en: Julio 13, 2010, 06:33:49 pm »
Nindalf Firodest, Grafthon, en las afueras de la taberna "Lobo Tuerto". 2 de Septiembre del 990 DC. Crepúsculo.

No deberían esforzarse… las cosas pasan por alguna razón… piensen en lo que el barón dijo, y se darán cuenta que esto… era inevitable –Escuchaba de Ellen esto, cuando, sin darse cuenta le respondió- Me doy cuenta de que tu no conoces a ese tipo, siempre anda con lo de suerte y calamidades combinadas… -Mientras decía esto se le cerro la mano en un puño, de pronto imágenes de su pasado le volaban frente a los ojos una rabia incontenible le tomo por sorpresa-

ESTE MUNDO NO PUEDE SER COMO EL QUIERE, LLEVO TRES AÑOS PERSIGUIENDO AL DESGRACIADO ESE, Y CUANDO LO TENGO, ME OBLIGA HACER EQUIPO CON UNOS DESCONOCIDOS, SI EQUIPO QUIERE… LO TENDRA DE MI PARTE… Nindalf cálmate… ella no tiene la culpa… -pensaba esto mientras se tomaba un par de segundos para tomar aire y calmarse-

Por lo mismo, debemos aprender a trabajar juntos… que sacas si dejas las cosas así, NADA… -carraspeo para no volver a levantar la voz- de hecho si… el saber que no hiciste nada para cambiar las cosas, ¿no te comería la conciencia? Si no quieres ayudarnos, perfecto, no te puedo obligar, sigue ese camino –levanto la mano empuñada y apuntando con un dedo indico a lo que se refería Nindalf- en la primera intersección dobla a la izquierda y veras la posada donde me quedo es las mas cercana y de precio moderadamente bueno… si te quedas a ayudarnos, consigue unos cubos con agua…

Giro para mirar a Shen- Shen yo también entrare, debemos hacerlo rápido… antes de que la taberna colapse
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Phoenix

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« Respuesta #25 en: Julio 13, 2010, 08:48:16 pm »
Ellen Laviette, Grafthon, en las afueras de la taberna "Lobo Tuerto". 2 de Septiembre del 990 DC. Crepúsculo.

Las palabras de Nindalf, solo provocaron que la mirada de Ellen se endureciera, mordió su labio, y agacho la cabeza apretando su puño entorno a su arma – si harás equipo con unos desconocidos, y créeme que a nadie le agrada la idea, estoy segura que todos preferiríamos trabajar por separados antes de estar haciendo grupos unos con otros!- La mano de Ellen apretaba con fuerza el largo bastón de su arma “maldita sea... maldita sea!!” [/i] se decía a sí misma.

– Supongo que el irme solo hará que ustedes se demoren en llegar… y quiero que esta estúpida búsqueda comience ya, no me interesa en realidad todo esto, pero no tenemos tiempo que perder-
Diciendo esto, clavó ambas armas en el suelo, para luego quitarse su capa y capucha y lanzarla para que fuera usada como manta, miro a uno de los campesinos que atónito mirandola había quedado parado con un balde de agua y fue con él, le quito el balde de agua echándoselo al cuerpo

– sacare a las personas y nos iremos, quiero comenzar de una vez por todas-
dijo mientras pasaba por el lado de Nindalf – otra cosa… nunca más en tú vida, vuelvas a hablarme de esa manera- dijo antes de adentrarse a la taberna a sacar personas.
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Nindalf Firodes Troscard

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« Respuesta #26 en: Julio 14, 2010, 07:34:19 pm »
Nindalf Firodest, Grafthon, en las afueras de la taberna "Lobo Tuerto". 2 de Septiembre del 990 DC. Crepúsculo.

Nunca más en tú vida, vuelvas a hablarme de esa manera –decía esto Ellen, pero Nindalf no le prestaba atención, estaba embobado mirando a su acompañante, mientras pensaba- Y la tendré a ella de compañera, OH cielos, gracias Dios, si es que existe claro… oye desgraciado, déjate de pensar en mujeres, estas a punto de entrar a un incendio, mójate, y entra de una vez por todas…

Acto seguido, Nindalf se comienza a sacar su capa, capucha y a desprenderse de sus armas dejándolas a un lado de las de Ellen, e imitando lo que ella hizo, se mojo con un cubo con agua y se llevo otro en las manos cuando entraba…
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Glaviar

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« Respuesta #27 en: Julio 15, 2010, 09:11:48 pm »
Firas Valthiaer, Grafthon, Taberna "Lobo Tuerto". 2 de Septiembre del 990. Crepúsculo.

De pie ante aquella enigmática escena protagonizada por el fuego, se encontraba Firas contemplando de modo absorto e impertérrito. En sus ojos se reflejaba la lengua de fuego que consumía la taberna 'Lobo Tuerto'. También, como diminutas figuras, aquellos que intentaban hacer algo por rescatar a los infortunados que yacían en su interior.

Así ocurre, así ha ocurrido siempre. Sus esfuerzos por evitar lo inevitable, las extrañas coincidencias, una taberna incendiándose, ¡qué sino voluntades luchando unas con otras! Esto lo he visto muchas veces, ¿qué, quién me dirá a mí que no seguirá ocurriendo lo mismo?

En voz baja, Firas murmura lo siguiente:

Aquel tipo se fue y esto parece como un extraño presagio o una maligna estela que ese individuo deja tras de sí.

Dicho esto, reclina su cabeza hacia atrás para sentir la lluvia sobre su rostro. En tanto, discurre en su mente este pensamiento: El fuego se burla de la vehemente precipitación, del mismo modo que la sonrisa del Barón de los inútiles esfuerzos que realiza este grupo de perfectos desconocidos.  

Con rostro triste e imperturbable, Firas mira nuevamente hacia las llamas susurrando en voz baja:

Brotas como una planta maldita allí donde quiera que vaya…
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Barack Aurum Draco

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« Respuesta #28 en: Julio 15, 2010, 10:17:00 pm »
Grafthon, en las afueras de la taberna "Lobo Tuerto". 2 de Septiembre del 990 DC. Noche.

El cerrar de la puerta dio paso a un mar de llamas, mientras la siluetas desconsoladas de los aventureros veían como la taberna iluminaba la oscura noche y despedazaba la vida de los parroquianos.

Shen, en una fracción de segundo tomó la decisión de entrar a la taberna, intentó abrir la puerta sin resultado alguno, dio de patadas pero no consiguio más que dolor, su cara comenzaba a retorcerse de furia, de pronto Nindalf le ayudo con un empellón y el propino una última y certera patada. La puerta se vino abajo, pero dentro era un infierno... si alguien sobrevivía... llevaría una mala vida.

Firas y Galdram miraban con pesadumbre el actuar de sus compañeros. El Barón estaba inmiscuido en aquello, la lluvia no ahogaba las llamas y si lograban rescatar a alguien, de seguro moriría por la gravedad de las heridas, si es que no era asesinado por el mismo barón.

Ellen también se decidio ayudar. Junto con Nindalf y Shen rescataron una buena cantidad de cuerpos. La mayoría fue muriendo transcurridos los minutos: las heridas y quemaduras eran gravisimas y el médico del pueblo estaba inubicable. Los aventureros pensaron que eran demasiadas coincidencias. Podían imaginarse al barón riéndose de sus desesperados intentos.

Finalmente, y luego del arduo trabajo, lograron rescatar y estabilizar a una sola persona, de las muchas que habían allí dentro. La taberno se vino abajo entre estruendos mientras se iba poco a poco convirtiendo en cenizas.
Los aventureros vieron que la lluvia comenzaba a ahogar por fin el fuego, pero el daño estaba ya hecho, y sin lugar a dudas, era terrible.

Sin dirigirse palabra alguna salieron del lugar recogiendo sus pertencias. Talvez, solo talvez, no sabían siquiera donde dirigirse.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Barack Aurum Draco »
\"El poder del hombre no radica en lo que puede hacer por sí mismo, sino en lo que su voluntad obliga a hacer a los demás\".

Nindalf Firodes Troscard

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« Respuesta #29 en: Julio 21, 2010, 12:53:41 pm »
Nindalf Firodest, Grafthon, Caminando por el pueblo. 2 de Septiembre del 990 DC. Noche.

Exhausto, camina junto a sus nuevos camaradas, sentía aun la adrenalina correr por sus venas, estaba aun muy excitado y a la vez cansado, pensando con un leve meneo de la cabeza al caminar…

-Fue como una larga batalla, con una victoria moral, logramos salvar a alguien, por lo menos uno…

-¿Victoria moral…? ¿Que es eso? Y por cierto, uno de cuantos… creo que te falta mucho aun… conformista.

-Por cierto, ¿cuanto tiempo habrá pasado?, ya es de noche, quiero descansar en una cama, quizás en cuanto no lo volveré a hacer…


Ya que el grupo camina sin rumbo alguno, o al menos así lo veía Nindalf, pregunto a sus compañeros…

-Y si vamos a la posada donde me estoy quedando, solo por esta noche, claro esta, necesito dormir un poco y asearme, me siento… extraño… -decía esto mientras recordaba el atuendo de Ellen mientras discutían- Por cierto Ellen, ¿tienes mas abrigos, aparte del que tenias hace un rato? Conozco una tienda en este pueblo donde venden las más hermosas capas y atuendos de vestir… ¿Qué me dices?

-Llegando al cruce de enfrente nuestro, a la izquierda, ahí veremos la posada donde me estoy quedando –dijo, sin esperar respuesta-
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Nindalf Firodes Troscard »
Puede que en algun momento se malinterprete lo que diga... en el caso de hacer daño... lo siento no es mi intencion...ser sincero es mi esencia...(y cuando quiera hacer daño lo dire...jajajajajaja...)