Nindalf Firodest, Grafthon, posada “Dragón Verde”. 2 de Septiembre del 990 DC. Noche.
En pocas palabras, la carta nos dice que… -Nindalf bajó la voz para que el posadero no pudiera oírlo- debemos de robar el objeto que Arthorius Arthaim enviara con unos tipos, no dice quienes son, ni cuantos son, ni cuando salen, lo que si dice este trozo inútil de papel, es que no debemos de dañar el objeto en cuestión, y nos regala un lindo mapa –esto ultimo con tono de exageración- de donde están los puntos mas importantes de la ciudad, lo que me parece extraño, es que el pueblo, no tenga paredes, ni empalizada, ni nada, se puede salir y entrar de el sin que nadie se de cuenta.
Diciendo esto, miro a cada uno de ellos para ver las reacciones que estos tenían
Estaba pensando, en hacer grupos para ir a vigilar los alrededores de la casa de nuestro objetivo, me vasta con solo dormir tres o como mucho cuatro horas y estaré listo para cualquier cosa, si prefieren hacerlo solos, bien por ustedes, o separarse para hacer las guardias y abarcar mas territorio como gusten –mientras decía esto, rebuscaba con sus manos en los bolsillos de su chaqueta y saco cuatro silbatos-
Esta será la mejor forma de comunicación entre nosotros, en caso de que suceda algo, en esta posada yo tengo un caballo en caso de cualquier cosa o urgencia. La carta no especifica cuando saldrán estos tipos, lo que significa que pueden salir esta misma madrugada, o en la mañana o al día siguiente, de todas formas, me iré a dormir en cuanto salgamos de aquí para tomar la guardia lo antes posible, así que tendrán la mañana libre para comprar las cosas necesarias, y atención en esto, siempre y cuando no salgan por la mañana, así que compren algún caballo, mula y/o carreta para transportarnos a todos. Si necesitan dinero a mi me queda algo.
¿Alguna pregunta, duda, queja?
Y diciendo esto último Nindalf extendió la mano para coger algo más de comer.