Fosfoforo

Partidas => Partidas por Foro: Otros juegos => Mensaje iniciado por: Glaviar en Julio 30, 2010, 11:00:28 pm

Título: Anima: Un giro vertiginoso del destino [DDI]
Publicado por: Glaviar en Julio 30, 2010, 11:00:28 pm
(http://img716.imageshack.us/img716/1734/meretriz.jpg) (http://img716.imageshack.us/i/meretriz.jpg/)

Arkángel, Palacio del Emperador, 23 de abril de 957 DC, madrugada.

22 de abril
Los rumores de la muerte del Emperador Lascar Giovanni eran ciertos y aquel niño, su propio hijo, había sido el verdugo. Nadie podría creer semejante versión, cualquiera aquí en palacio sabe que el cerdo de su padre lo obligó a asesinarlo. Pues bien, ¡este infeliz hizo que la dinastía más poderosa que ha pisado Gaïa y que ha reinado durante siglos, llegara a su fin!

Estuve en el pasillo principal cuando aquel pequeño era llevado por guardias reales fuera de la habitación donde yacía inerte su padre. Más allá de aquel incidente, una cosa ha llamado profundamente mi atención, perturbando mi alma: en el exacto momento en que se encontró aquel niño frente a mí, detuvo inesperadamente su andar posando su mirada en mis ojos. Fue como si hubiese podido leer mis pensamientos. Aquello me inquietó realmente. ¿Y qué? Lo único que hubiera descubierto es todo el odio y asco que sentía por la aberración de su padre.

Mientras escribo esto sigo intranquila por esa situación, el temor no me ha abandonado en todo el día… no puedo conciliar siquiera el sueño. Aunque intenté olvidarlo y restarle importancia a ese evento que, a ojos de cualquiera es una insignificancia, más me doy cuenta de que esto no va a pasar. Su mirada, me es imposible olvidarla. Aquel niño quedó huérfano y de una forma espantosa, pero… ¡qué significan esos ojos!… Estos sentimientos me confunden, realmente estoy desesperada.

He logrado entender que este niño está fuera de mi comprensión, que él no pertenece a este mundo…
 


Diario de notas de una meretriz* de la corte de Lascar Giovanni.

*Mujer que prestaba servicios amatorios al fallecido Emperador. Se encontró muerta en su habitación la madrugada del día posterior a la muerte del Emperador Lascar Giovanni. Estaba colgada con las sábanas de su lecho, sin ojos y mutilada de la lengua. Todo apunta a que fue suicidio. El caso fue cerrado sin brindarle mayor importancia.
Título: Capítulo I - El resplandor
Publicado por: Glaviar en Agosto 03, 2010, 08:14:23 am
(http://img821.imageshack.us/img821/4474/playadelparquenacional.jpg) (http://img821.imageshack.us/i/playadelparquenacional.jpg/)

Selva de Itzi, costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC, algunas horas después del amanecer.

La tranquila marejada arrastra a una débil embarcación hacia las costas de Xiappv, una de las islas que componen la región sur de Itzi. Pareciese como si la nave hubiese luchado terriblemente en un mar ajeno a este calmo oleaje. El barco encalla suavemente en una playa que extiende delante de sí un magnifico cuadro de parajes majestuosos, donde el verdor reina por doquier y con matices variopintos.

Del interior de la nave se observa una silueta imponente. Parece contemplar desde su posición el admirable paisaje que se presenta con esplendor ante él.

Selva de Itzi, arribo próximo a las costas de Ixpatill, 15 de noviembre de 989 DC, atardeciendo.

Los cielos rojizos dieron paso a nubes oscuras que cubrieron la puesta del sol. Los vientos del sur y del poniente inquietaron las aguas, lo cual no presagiaba una buena navegación. De un momento a otro, sin graduación alguna, una tormenta empieza a azotar a una embarcación que se encontraba en altamar, cerca de las costas de Ixpatill, en la región sur de Itzi.

La nave no aguantaría mucho en esas condiciones, el oleaje arremetía contra la embarcación rompiendo olas con inclemencia sobre la cubierta del barco. Mientras ello ocurría, una tromba de agua comenzó vertiginosamente a crearse gracias a los poderosos vientos que alimentaban el torbellino.

(http://img844.imageshack.us/img844/4790/tormenta.jpg) (http://img844.imageshack.us/i/tormenta.jpg/)

Repentinamente, una potente luminosidad cubrió aquel prodigioso y terrible espectáculo de la naturaleza, borrando la oscuridad en que la tormenta había sumergido a aquella nave.
                               
                                        ●●●●●●●●◊●●●●●●●●

La fuerza del brillo había desaparecido, aunque sus efectos permanecieron por un breve lapso de tiempo. Los ojos de los tripulantes de la nave se recuperaban poco a poco y observaron como la tormenta había desaparecido junto con la poderosa irradiación lumínica. La luna resplandecía tenue y parcialmente sobre las tranquilas aguas, aunque algunas nubes oscuras la cubrían pasajeramente. Se avizoraban cercanas las costas de Ixpatill; todo estaba muy sereno, sin embargo, parecía que algo más había ocurrido.

Selva de Itzi, interior de Xiappv, cerca de la costa sur, 27 de julio de 957 DC, al filo de la medianoche.


Una figura se mueve velozmente por la selva, siguiendo el sendero que demarca un río. De pronto, un animal salvaje bufa entre la espesa vegetación haciendo sonidos con sus patas traseras y con los resoplidos que emite sobre la húmeda tierra. La sombra que se desplaza con movimientos ágiles gira raudamente la cabeza percatándose del animal: se trataba de un jabalí gigante.  

La bestia corrió furiosamente tras la veloz figura, quien con movimientos ligeros amagaba las embestidas del animal. Por alrededor de un minuto y medio se mantuvo esta carrera que acabó con la figura lanzándose al agua desde una pequeña cascada y un jabalí furioso que resoplaba y rechinaba mientras observaba de lo alto cómo se escapaba su fugitivo invasor.

(http://img204.imageshack.us/img204/237/roenlaselvadexiappv.jpg) (http://img204.imageshack.us/i/roenlaselvadexiappv.jpg/)

La figura sale del agua y camina un par de cientos de metros hacia el sur, deteniendo de repente su marcha: en actitud de escucha atenta y olfateando el aire, parece darse cuenta de que estaba cerca del mar. Efectivamente, después de caminar un trecho llega a una playa iluminada tenuemente por una luna obscurecida por negras nubes en el cielo. La figura se tiende sobre la arena, mirando hacia el mar. Transcurridos unos instantes una potente luz cubre la oscuridad de la noche con un manto resplandeciente; acto seguido la potente luminosidad desaparece dejando en penumbras nuevamente el lugar. La figura restregaba sus ojos, en tanto trataba de divisar algo: la luz había sido tan poderosa que veía puntitos rosados por doquier, mas no lograba distinguir nada. Luego de unos minutos, consigue estabilizar su sentido óptico y divisa en el horizonte un barco que se acercaba.

Al momento de ver la embarcación, corre velozmente hacia la espesura del bosque, trepa un árbol y desde allí permanece silenciosamente vigilando la llegada de la nave. Su postura y actitud parecían indicar que su expectación era máxima, tal vez no quería perder detalle de lo que estaba ocurriendo o de lo que iba a ocurrir.
Título:
Publicado por: Amdukia en Agosto 03, 2010, 09:26:19 am
Jake H.M., Barco “Black Beast” a las costas de Ixpatill, 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), atardeciendo.

Las olas arremetían en la parte de estribor empujando al barco a la costa de la isla, y el viento de un momento a otro casi raja la primera vela. En todo esto Jake afirmándose en una de las barandas de la proa y sujetando su sombrero escuchaba los gritos de su compañero William W. como un murmullo
Que tormenta mas extraña, lo bueno que hay tierra a la vista- pensaba esto mirando a la costa, cuando un rayo enceguecedor le remueve la cabeza, causándole un pequeño dolor pero al mismo tiempo ve la costa y se pregunta - ¿que es eso?-Miren! ¿que es eso? ¿Lo vieron?
Mientras decía esto algo impresionado se acerca el pequeño Bel  diciéndole –lo que hubiera sido déjalo para mas tarde, ¡No ves que hay mas mar en el barco, que barco en el mar! ¡Toma tu posición y escucha las ordenes del capitán!-y se aleja con una cubeta llena de agua.
Jake aun impresionado tomando una de las cuerdas –Estoy seguro ver la tierra en otra posición, que extraño todo esto, no me da muy buena espina-Ha que dolor! sintiendo una pequeña clavada en la cabeza.
Desde ahora comienza escuchar y seguir las órdenes del capitán…
Título:
Publicado por: Barack Aurum Draco en Agosto 04, 2010, 01:35:44 am
William Ward. "Black Beast" a las costas de Xiappv (Ixpatill), 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

En un breve espacio de tiempo las tranquilas aguas del Mar del Dragón se volvieron tempestuosas y agitadas, los clementes vientos del sur se agitaron y se convirtieron en vendavales sin compasión; el océano y el cielo se rugieron como poderosas bestias antes de comenzar una lucha a muerte. Y en aquella majestuosa escena del poderío del mar y del cielo navegaba, o al menos intentaba hacerlo, un pequeño navio de dos palos.

William miró al cielo contemplando su poder. Las olas se estrellaban continuamente a estribor y el agua comenzaba cubrir la cubierta. Con todo, el joven capitán Ward se mantenía sereno, 18 años de piratería hacían de esta tormenta un puente a sus recuerdos más que una preocupación real.

Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.*


Las estrofas salieron de su boca casi por inercia. El capitán Robert solía cantar esa canción en tiempos de tempestad y, de cierta manera, la ocasión le parecio propicia para, al menos, tararearla. El fuerte viento se hizo sentir en una de la velas que casi sede ante la arremetida de Vendaval, el dios de los vientos huracanados. Por suerte, habia tierra cerca.

- ¡¡¡Fenrir, Jake, Belphegor!!! - gritó con todas sus fuerzas para hacerse escuchar - ¡¡¡Anclaremos aquí hasta que termine la tormenta!!! ¡¡¡Plegad las... - Un relámpago lo enmudeció y lo encegueció, sin embargo no parecía un relámpago común y corriente. Algo extraño había en toda la situación. De pronto, el viento dejo de soplar con la fuerza de hacia unos momentos. William levantó la vista restregándose los ojos... No podía creer lo que veía: la tormenta había desaparecido tanto, o más, abruptamente de lo que había arreciado.

- Qué carajo significa esto... Tormenta y bonanza de la mano, es como si Ishkur estuviera tomandonos el pelo... o nos dijera que nuestra travesía llega hasta aquí por hoy...

- Chicos... descansaremos en esta costa hoy. Mañana decidiremos que hacer... Hay algo que no me gusta en todo esto y no quiero tentar a la suerte. - muchas preguntas se agolparon en su cabeza, pero lo primero era poner al Black Beast a buen resguardo y, bueno, lo mismo para sus tripulantes. - ¡¡¡Plegad las velas!!! ¡¡¡Soltad el ancla!!!- Gritó cuando se hallaban cerca de la costa.

William miró al cielo, la luna estaba hermosa y el mar reflejaba aquella hermosura con serenidad.

La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul.*


Volvió a tararear una estrofa de su canción favorita, esa había sido una hora llena de recuerdos.

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Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente.

*Son algunas estrofas de la Canción del Pirata de Espronceda.
Título:
Publicado por: Shen en Agosto 04, 2010, 04:17:07 am
Kadar. Selva de Itzi, costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC,  Tarde.

Luego de la tormenta, la calma...

Llevaba casi un mes en el mar,  gracias a esta maldita tormenta había perdido a mi guía, han pasado meses desde que no tocaba tierra firme,  el barco aunque confeccionado de buenos materiales, estaba averiado, al parecer permanecería en este islote un buen tiempo…

 Me encontraba en un lugar desconocido pero pese a esto y viendo en las circunstancias que me encontraba decidí permanecer un tiempo  en aquel lugar, arrastre el bote a tierra firme y  evalué su estado.


Demonios, la tormenta a destrozado parte del lado derecho de la barca, necesitare una buena cantidad de madera y tiempo para repararla, y lo peor es que no se navegar, pero en cualquier caso, si no lo reparo me quedare varado aquí, al menos lo intentare…

Busque en el bote algunas herramientas pero no encontré nada, no podía repararlo sin un hacha,  así que me las ingenie para construir una, cogí  una gran roca y comencé a alisarla golpeteándola contra otra más grande, cuando por fin obtuve un pedazo mas menos delgado, la lime  y restregué contra el suelo para lograr afilarla.

Ja, quien lo diría   para ser un pedazo de piedra tiene un filo bastante decente, ahora solo me falta el mango...

Busque a mi alrededor algún trozo de madera,  le encontré flotando cerca de la costa era un gran pedazo de madera,  lo cogí y comencé a  tallarlo, haciéndole una hendidura bastante apretada para introducir mi  nueva creación, finalmente cogí una  trozo de cuerda y lo amarre junto con el mango, quedando sumamente ajustado, lo avía conseguido mi propia hacha primitiva.
 

Ya con todo preparado corte algo de madera con mi nueva herramienta y arme una fogata, cogí  un trozo de carne de mi mochila,  con todo listo para pasar la noche me encamine a explorar el nuevo territorio al cual había llegado.
 
Chraa!!  e estado meses sin ver a alguien, el aburrimiento me está matando…Alguien está aquí!!!

Luego mordí con rabia la carne  y seguí caminando y gritando a los vientos, esperando a que alguien o algo me respondiera.
Título:
Publicado por: Nindalf Firodes Troscard en Agosto 04, 2010, 09:04:52 am
Fenrir Greyback "Black Beast" a las costas de Ixpatill, 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

La Tormenta acababa de terminar, Fenrir pensaba frente al intento de mapa que yace inerte sobre la mesa de navegación. Papeles, plumas, reglones, compases y la brújula, no le quitaba la mirada de encima, como si tuviera algo malo.

Tiene que haber sido el cambio en los polos por los truenos, o los rayos… de otra forma es imposible que se moviera así, a menos que  tenga un imán cerca, pero… -en ese instante levanto la mirada para echar un vistazo al timón- es imposible, siempre que conduzco la llevo conmigo, y nunca había pasado algo como esto… deben de ser cosas mías, nada mas…

Terminando su meditación se levanto, tomando su brújula y poniéndose las gafas, caminó saliendo del cuarto, y subiendo a la proa, para ver como iban las cosas, vio a William y recordó algo que le hizo gracia, una sonrisa burlona se le dibujo en la cara y con cara de niño maldadoso se le acerco.

Will, sabes estaba pensando, la próxima vez que quieras hundir el barco en una tormenta avísame, yo te ayudo… -una sonora carcajada salio de su boca- no puedes tirar el ancla en medio de la tormenta, debes maniobrar hasta que la mar este calma, me sorprende que nunca te interesara la navegación, Robert era un excelente tutor. Pero dejándonos de bromas –carraspeo para tomarse un poco de seriedad- es mi idea, o ¿la tierra que tenemos cerca no se parece a la que estábamos llegando…?. Me iré a cambiar de ropa, por si alguien me necesita.
Y bajo nuevamente a su camarote para alistarse.
Título:
Publicado por: Phoenix en Agosto 04, 2010, 10:46:26 pm
Azira Akisame, Selva de Itzi, interior de Xiappv, cerca de la costa sur, 27 de julio de 957 DC, al filo de la medianoche.

EL barco se movía capeando las grandes olas que aun se formaban, la tormenta parecía haber acabado, pero en esta selva, nada es seguro. Mientras que, en la copa de un frondoso árbol, cubierta por el manto de la noche, la figura miraba la escena del barco con curiosidad, haciéndose hacia adelante, la chica estuvo a punto de caer del árbol varias veces, la exitación de lo nuevo la llenaba

“Demonios Azira, no te caigas, ahora no importa esta resbalada, pero cuando ellos llegen comportate”, pensó mientras se volvía acomodar, esta vez en una rama más alta, para observar mejor, En ese momento, la chica miro al cielo, buscando orientación, elevando un brazo y sacando algunos cálculos, se dio cuenta que estaba al sur de la isla, bajo la mirada y pensó un tiempo “si, muy, muy, muy alejada...” suspiro “Ademaro, si es que alguna vez me encuentra, me va a regañar por esto.... O Caleb, quien sabe” se encogió de hombros “ Por lo pronto eso no importa, no están aquí, y ese barco con... mmm....veamos... Veo... dos....¡no!, tres seres se acercan”, sumergida en sus pensamientos se sentó sobre la rama, pensando en que haría si ellos llegaban, llevo la mano al cascabel que pendía de su cuello moviendolo suavemente mientras balanceaba las piernas en lo alto del árbol “pueden que sean de esos tipos, am...¿como era que se llamaban?...am....” llevo la su mano a su frente dándose leves golpecitos con la palma de su mano para recordar “ in... ¡Ah!...Maldición, no recuerdo.... bueno tampoco es novedad, no conosco esa palabra en mi idioma.... Y Hablando de ello, ¿Como me dirigiré a ellos?, ¿Lo haré?, pues claro, estoy como en casa, si se atreven a hacerme algo, me pierdo en la espesura de los árboles, aunque nunca había visto... am...." -¡Mar!- dijo sonriendo alegremente, recordando la palabra -si eso, nunca lo había visto antes, al menos no por mi hogar... entonces...eso.. quiere decir que... ¡ah!- gritó, nuevamente perdió el equilibrio, alcanzando a tomar de una rama cercana la chica se sostuvo, aunque caer, para ella no era un problema – ¡Demons! - exclamó tomándose fuerte de la rama y volviendo a su posición inicial. - Eso si que me dolió- dijo mientras miraba su pierna enrojecida por el fuerte roce entre la madera del árbol y su piel causada por la perdida de equilibrio, llevo un dedo a su boca lamiéndolo suavemente, luego lo llevo a su pierna, - No, no hay.... ¡Sangre!, ¡Dos en una noche!, todo un record- sonrió satisfecha, y volvió a mirar el barco, mientras que su mano tomaba una de las hojas del árbol donde se encontraba y comenzaba a doblarla. - ¡Sudi!, como es que se demoran tanto en llegar, ¡¡¡quiero ver que son!!!- exclamó lanzando la hoja y poniéndose de pie sobre la rama con la mirada clavada en el barco que se acercaba.
Título:
Publicado por: Barack Aurum Draco en Agosto 05, 2010, 02:35:07 am
William Ward,"Black Beast" a las costas de Xiappv (Ixpatill), 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

Seguía pensando en aquel fuerte resplandor. Miró al cielo como ignorando la broma de su amigo y navegante.
- Puedes irte a la mierda, brujo sabelotodo - le dijo con una sonrisa en la cara a Fenrir - Ya sabes que me refería a que pasaríamos la noche aquí, así que para tus bromas. Además, para eso te tengo conmigo, si pudiera hacer todo yo solo, no necesitaría tripulación.

El barco se acercó lo suficiente a la costa, como para anclar. De un salto se lanzó al mar, el agua le llegaba a la cintura. Miró a Jake y Bel: - Decidle a Fenrir que he bajado para reconocer el terreno y ver si hay algún peligro del cual debamos preocuparnos - dijo sonriente - Por cierto, revisen si hay daños importantes en la nave y, ante todo, esperenme para comer... estoy hambriento.

A paso lento se acercó a la costa, sus sentidos estaban atentos a cualquier cosa que pudiera significar un peligro. Talvez no sería un experto navegante o un ingenioso ingeniero, ni tuviera la inteligencia de sus tripulantes, pero tenían sentidos de animal y una gran espada, y no dudaría en usarla de ser necesario. Había perdido la cuenta de cuantas veces había bajado en expedeciones a nuevos territorios y encontrar tesoros. De pronto una idea se posó en su mente: "Y si aquí se hallará ese lugar."

La idea por supuesto no lo abandonó, tendría que convencer a sus amigos de quedarse más de una noche en ese lugar, pero eso, por lo general, no era muy difícil.

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Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente.
Título:
Publicado por: Phoenix en Agosto 05, 2010, 04:03:26 am
Azira  Akisame, Selva de Itzi, interior de Xiappv, cerca de la costa sur, 27 de julio de 957 DC, al filo de la medianoche.

En la cumbre del árbol Azira diviso como el barco anclaba, -¡al fin!...creo- exclamó suavemente, con rapidez, y al ver como uno de los seres saltaba al agua, bajo unas ramas y avanzo otras pocas jugando entre el árbol para acercarse más y ver mejor, Azira agudizaba su mirar, ladeando ligeramente la cabeza “ Mmm... No parece ser muy... inusual... No, espera.... nunca había visto a un ser como él...¿o si?” sus recuerdos rápidamente viajaron al pasado, a su pasado, recordando diversas experiencias, la piel de Azira se erizo, al tiempo que el ser pisaba las cosas arenosas del lugar, “ Mmm... alto, moreno... cosa roja en la cabeza... ¡¿Que es?!” pensaba mientras lo miraba intrigada desde su lugar.

En un momento se dispuso a saltar para llegar al suelo y ponerse a su altura, pero la hoja de la espada que era acariciada por la luna la detuvo en seco, provocando que algunas hojas se calleran “¡Shhh!, no me delaten, no tengo ganas de correr", Pensó mientras miraba a las hojas que caían, al tiempo que movía su mano en señal de silencio"Además aún hay seres dentro del barco ¡y no me iré sin verlos a todos!, ahora, si los demás bajan... me ahorran trabajo... bueno... quizás solo un poco”, pensó mientras nuevamente elevaba la mirada, las pupilas de sus ojos se dilataron revelando máxima exitación por lo que veía mientras aquel ser caminaba, “Se parece a esos que querían, quieren encontrarme... y a aquellos que con Ademaro y Leonardo...bueno, esos mismos... pero no viste igual... ¿será?” se pregunto a si misma, mientras se movía en la rama “por otro lado, hablo en ese lenguaje...am...veamos... creo que recuerdo como se llama... La... ¿Lain?, no, no, no” Sacudió su cabeza desechando la idea “¡Latín!” recordó finalmente -¡Ka !- exclamó, e inmediatamente se llevo las manos a la boca, y se hizo hacia atrás escondiéndose en entre las ramas y hojas del árbol “ Maldición, espero que no me haya escuchado”. Pensó alarmada manteniendo sus manos en su boca cubriéndola mientras continuaba apegada a las ramas y tronco del árbol “no me escuches, no me escuches, no me escuches, no me escuches” se repetía así misma una y mil veces mirando al ser desde la oscuridad
Título:
Publicado por: Barack Aurum Draco en Agosto 06, 2010, 12:10:05 am
William Ward, Costas de Xiappv (Ixpatill), 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

Sus piernas estaban entumesidas por el agua helada y la suave brisa que pasaba. La luna iluminaba la costa con su luz plateada y fría y las olas bañaban la arena con su característico sonido. Amaba ese paisaje, esa sensación de libertad. Los brillantes ojos dorados escrutaron la oscuridad de la frondosa selva, nada fuera de lo común se veía allí. Dio media vuelta, mirando alrededor... se sentía observado.

Sus amigos no estaban en cubierta, les escuchaba dentro del barco seguramente viendo si había algún daño como había ordenado. De pronto escuchó movimiento en el follaje de unos de los árboles, su reacción fue felina: media vuelta los ojos dilatados como intentando penetrar en la oscuridad, la mano desenvainó la brillante hoja de acero. Mas, no vio nada.

- Seguramente es mi imaginación... será que aun estoy algo perturbado por ese resplandor. Como siga así no sere útil para nada - se dijo. Comenzó a caminar en dirección a la selva, daría un último vistazo para asegurarse de que no hubiera nada que temer.

¡Ka!

El sonido fue nítido, pero no logro saber si venía de una bestia o de un humano. Dio un salto atrás y habló con voz firme: - Seas lo que seas... sal ahora. Si lo haces no tendremos que luchar, salvo que lo que andes buscando sea justamente eso. - Sus ojos mostraban seguridad y firmeza, la espada no estaba en posición de combate. - Si es un animal, no habrá mayor problema... si es un humano, espero no venga acompañado... - William esperó a ver como se sucedían las cosas, no tenía ganas de luchar, sobre todo porque estaba hambriento y detestaba luchar con el estomago vacío.

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Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente.
Título:
Publicado por: Phoenix en Agosto 06, 2010, 01:35:02 am
Azira Akisame, Selva de Itzi, interior de Xiappv, cerca de la costa sur, 27 de julio de 957 DC, al filo de la medianoche.


Con las manos en la boca y los ojos fuertemente apretados Azira continuaba rogando mentalmente que no fuera escuchada, lentamente abrió un ojo observando al ser ahora más cerca de la selva, sin quitarse las manos de la boca se aferro al árbol “ Nunca soy escuchada, y ahora, justo ahora, me escuchan, estúpida suerte mía”, Azira trago saliva mientras pensaba que hacer, cuando sintió que le hablaba, una voz firme y autoritaria se elevo, no entendía, al menos no en totalidad lo que decía, pero por el tono que se usaba, sabía que era a ella a quien le hablaban.

 - Seas lo que seas... sal ahora. Si lo haces no tendremos que luchar, salvo que lo que andes buscando sea justamente eso. -


Azira escucho atentamente, y trato de deducir que es lo que decía “ Y... habla en latín... si ahora comenzare a odiar esa palabra... De todo lo que dijo, entendí el 'no', me lo dicen seguido y 'luchar' odio esa palabra, creo que... debería esconderme mejor, o cambiarme de árbol, aunque no creo que sea eso lo que quiere... si fuera yo... habría gritado para que saliera... no, en realidad me hubiera lanzado a descubrir que era, y si yo hago eso y él no lo hizo, eso quiere decir que... no pienso salir, al menos, no mientras me mire”. Pensando esto, Azira se quito las manos de la boca, y comenzó a moverse suavemente, pero aquel tipo seguía mirando hacia donde ella estaba “ Demonios,¡¡ gira la cabeza, no me mires!!”, pensaba mientras quedaba en el mismo lugar, Azira se sentía invadida y nerviosa, quería moverse y salir de allí para volver más tarde, pero no lo haría, no quería, en realidad, no podía, sentir los ojos de aquel tipo sobre ella, aunque así no fuera, la ponía nerviosa “Pero no tiene la...am.. espada, eso, levantada...”, miro uno de sus sables “ y si... no, no, no, no, no me ha hecho nada... aún... ¡ah!, odio esto, incertidumbre, Creo recordar que se llama”.
El corazón de Azira palpitaba fuertemente, necesitaba moverse pero no quería ser descubierta “ no llegare a ninguna parte si sigo así... veamos”, miro a su alrededor y sintió su estomago gruñir de hambre “cierto no he comido... ¡Ya sé!”, Azira se acerco a una rama y la sacudió levemente “ Si caen hojas me quedo, si no caen, bajare...” Haciendo esto, Azira miro al aire tratando de ver las hojas cayendo, “Maldita, maldita suerte”, suspiro descubriendo que las hojas estaban sobre la rama, respiro hondo “ esta bien, bajare... pero... ¿como era que se saludaba?... Hol...O...”, se acomodo sobre una rama dispuesta a saltar, mientras pensaba, más bien trataba de recordar como se saludaba en Latín, durante segundos, Azira continuo pensando mientras comenzaba a balancear las piernas desde adelante hacia atrás, una vez más y por descuidada Azira perdió el equilibrio, esta vez sin lograr aferrarse a nada, con movimientos gatunos, llego al suelo, su presencia era indiscutible “¡Nopelt!” Pensó mientras se apoyaba con sus manos en el suelo, “ ¡ah!, claro, ya recordé”, se levanto sonriendo mirando a el tipo que tenía en frente, la luna revelo los cabellos anaranjados y largos de la chica, sus orejas de gato y sus ojos dorados pero con la pupila dilatada por la ansia de conocer lo nuevo,  una sonrisa leve apareció en sus labios elevo la mano y comenzó a sacudirla a modo de saludo – Ho...Hola- dijo con una voz que parecía no ser la de ella, apenas se reconocía cuando hablaba en latín, idioma que practicamente no manejaba “Esta bien, ya estoy aquí, ya salude ¿que hare ahora?” pensó sin quitar su sonrisa del rostro.
Título:
Publicado por: Glaviar en Agosto 06, 2010, 04:11:27 am
Selva de Itzi, cerca de la costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC, En la tarde.

Kadar camina por un claro en medio de la selva. Se encuentra a ciento cincuenta metros aproximadamente de la playa y empieza a escuchar un coro de sonidos emitidos por diversos animales, además de insectos que zumban incesantemente por doquier. Estaba internándose en aquellos inhóspitos lugares y el aire se percibía cada vez más denso por la humedad de la tierra y la abundante vegetación. El terreno irregular hacía lo suyo volviendo dificultoso el desplazamiento.

¡¡Chraa!! He estado meses sin ver a alguien, el aburrimiento me está matando… ¡¡¡Alguien está aquí!!!

Una voz fuerte e increpante lo sorprendió.

Pero, ¿quién eres?

Kadar se da vuelta, y distingue a dos extraños individuos detrás. Uno es levemente inferior en estatura que él. Su tez resplandece blanca como el mármol, cabellos negros que descienden sobre los hombros, orejas en punta y ojos que brillan con un tono rojizo. Lleva ropajes de exploración de color negro que contrastan con su piel. Se ve un tipo de mirada y carácter imponentes. El otro individuo, de menor estatura, tiene el aspecto de un felino: grandes orejas, una cola larga que no deja de moverse, cabello de color rubio y ojos de llamativo color turquesa. Sus ropas, de colores verde pálido y nacarado destacan sus características singulares. Porta un sable en su mano derecha con una empuñadura dorada; lo mueve constantemente, como si estuviese jugando. Se observa además, una curiosidad casi infantil en la mirada de este último.

Al momento de mirar al tipo de tez pálida, Kadar recuerda algo que había estado soñado con frecuencia.

¿Hablas latín? Entonces habla, ¿quién eres? -Preguntó el tipo de tez pálida. Kadar se dio cuenta que la voz era de él. Te hemos vigilado desde que llegaste en tu embarcación. Ahora bien, no te lo preguntaré nuevamente, dime ¿quién eres?
Título:
Publicado por: Shen en Agosto 06, 2010, 04:43:45 am
Kadar, Selva de Itzi, cerca de la costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC, En la tarde.

Por un momento sentí como la emoción fluía por mi cuerpo,  trate de ver de donde provenía la voz, y al darme vuelta lo descubrí a dos sujetos muy peculiares.

El primero de ellos me resultaba extrañamente muy familiar, el segundo me pareció curioso,  aunque sus constantes jugueteos con el sable me provocaban, era como si me llamaran a combatir…
Tranquilo Kadar…Ellos no son tus enemigos…se cordial…estas en tierras  extranjeras tienes que tranquilizarte…


Si lo hablo, Disculpen mis modales…llevo mucho tiempo en el mar,  mi nombre es Kadar, vengo de Estigia, y como sabrán mi barco encallo en este lugar…no tengo muchas nociones de donde me encuentro, podría saber vuestros nombre?

Quizás la ingenuidad me movió a revelar de donde venia pero evidentemente por mis prendas, se podía deducir que no era de estas tierras…los mire y espere su respuesta
Título:
Publicado por: Glaviar en Agosto 06, 2010, 06:30:39 am
Selva de Itzi, cerca de la costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC, En la tarde.

El hombre de cabellos oscuros y tez pálida sonrió sutilmente, no obstante volvió inmediatamente su expresión a la seriedad: agradezco su cortesía, sin embargo, necesito informarle que no podrá saber mi nombre, ni el de mi compañero -le dice a Kadar. Yo le haré las preguntas y usted las responde. Quiero saber, en primer lugar, qué armas trae. Además, ¿qué hace usted en este lugar? No es una tierra que visite cualquier mortal. Por último, y si no tiene algún inconveniente: ¿desearía trabajar para mí? Se trata de un trabajo de búsqueda. De no aceptar esto último, responda las preguntas y yo y mi compañero nos iremos ¿Qué dice? - la tonalidad rojiza de sus ojos se volvió más resplandeciente.

Kadar saca su mandoble y lo clava en suelo. Esto es todo lo que traigo y esa hacha que acabo de construir. Este juguete que he armado hoy -señalando su hacha-, no sé si lo quieras considerar un arma -dice irónicamente. Sobre mi trabajo, tendrías que darme más información, mi situación aquí es bastante precaria. No sé ni dónde me encuentro. El tipo de tez pálida hace un gesto de extrañamiento por el último comentario, mientras que su compañero con aspecto de felino suelta una carcajada que reprime en el acto. Kadar prosigue: no me molesta lo del trabajo, sólo el no saber para quién busco algo. Eso me intriga.

El individuo de ojos rojizos le responde: trabajarás para mí, repito, y el trabajo consiste en una búsqueda. Te daré más información sobre éste si aceptas. Sobre mi, no te diré nada.

Sus palabras imponentes, me desafiaban, podía sentir que él era fuerte, tanto tiempo en el mar hacían que mi cuerpo se sintiera extasiado y teniendo a semejante persona en frente no pude dudarlo más. Te propongo un trato: como verás soy un guerrero, y tanto tiempo en el mar me ha dejado oxidado; si tú quieres que me una a ti, tendrás que demostrarme tu fuerza, si me derrotas aceptaré sin resistirme. Soy un hombre de honor así que no te engañaré, pero si tú resultas ser el perdedor, responderás a todas mis preguntas.

Con una sonrisa y con los ojos prendidos como ascuas, le dice: trato hecho. Su compañero lo mira como diciendo “¿qué estás haciendo?”, pero aquel lo mira y señala: esto para mi es un juego, no te entrometas. Después proseguiré con los objetivos que me encomendaron. Mirando a Kadar le advierte: pues bien, prepárate. Kadar lo detiene y le dice: vamos hacia la playa, este sitio no es apropiado para un duelo. Y sobre las reglas, creo que ya las conoces. El individuo de tez pálida le responde: no, no las conozco, ¿cuáles son? Kadar le replica: si te mato no podré hacerte las preguntas. Así que será mejor que luchemos con la condición de: “me rindo” o "pierde quien quede inconsciente".

Cuando Kadar hubo terminado, los ojos del individuo de blanca piel  hervían, eran dos llamas refulgentes. Sonreía con una confianza inhumana, mientras se dirigía junto a Kadar hacia la playa. Su felino compañero lo acompañó, había dejado de jugar con el sable y su expresión denotaba preocupación.
Título:
Publicado por: Barack Aurum Draco en Agosto 06, 2010, 07:05:50 pm
William Ward, Costas de Xiappv (Ixpatill), 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

William no pudo ocultar su cara de sorpresa. No esperaba encontrar una chica en esa isla que, él creía abandonada, y menos una tan... inusual y bonita, por lo demás. A primera vista, estaba seguro de que no era aborigen (independiente de que se notara en su simple saludo que no manejaba el latín), sobre todo por las pintas que llevaba y las armas que llevaba al cinto.

- Cosas extrañas suceden en el mar... y me lo dicen a mí... - se dijo, intentando recobrar un poco la compostura. Levantó la hoja de acero y la puso en su espalda. - Hola... ¿E-s-t-a-s  p-e-r-d-i-d-a? - Inquirió lentamente, levantando las manos en señal de que no le haría daño. - Mi n-o-m-b-r-e es Wiliam... ¿C-u-á-l  es el  t-u-y-o?- Esperaba de corazón poder darse a entender y, ante todo, poder ayudar a la chica.

El Tirano le había enseñado que un hombre siempre ha de estar presto a ayudar a las mujeres en necesidad o peligro... y a los hombres se les podía dejar morir horriblemente, siempre que no fueran compañeros. De seguro la chica, como él, llevaba tiempo sin comer, aunque no podía estar seguro. - ¿Te  g-u-s-t-a-r-í-a  a-l-g-o  de  c-o-m-e-r?

No sabía si podía confiar o no en ella, pero su intuición le decía que no habría problemas en invitarla a cenar, no parecía de aquellas personas que clavan el puñal por la espalda.

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Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente.
Título:
Publicado por: Phoenix en Agosto 06, 2010, 10:33:46 pm
Azira Akisame, Selva de Itzi, interior de Xiappv, cerca de la costa sur, 27 de julio de 957 DC, al filo de la medianoche.


La expresión que embargo el rostro del sujeto, solo hizo reír a Azira con diversión “Creo que nunca ha visto a alguien como yo”, sonrió acercándose un poco más, mientras su larga cola anaranjada con lineas negras, se movía suavemente al compás de sus pasos, llegó a ponerse a unos cuantos metros de distancia, cuando él comenzó a hablar, rió al ver la expresión del chico, independiente de que fuera para que ella entendiera, - jajaja, ka smieklīgi vārda  – dijo mirándolo, “haber, concentrare Azira, Veamos... que trato de decir” pensó mientras lentamente trataba de computar lo que el chico había dicho, al ver que guardo la espada y levantaba las manos Azira se acerco rápidamente a el observandole detenidamente, elevo su dedo índice y toco una de sus muñequeras y diferentes partes de la ropa que traía William, se separo y miro nuevamente tratando de reproducir el nombre de él “dijo un  nombre... lo sé, he visto suficiente de esos nombres para saber que era eso... veré su puedo pronunciarlo” sonrió levemente y apunto al chico -Wi... Willi....William- sonrió mirándolo, luego puso ambas manos sobre su pecho y cerro fuertemente los ojos pensando -Yo... yo... - al no poder recordar, se llevo la manos a la cabeza sacudiendo su cabello hasta que logro acordarse - ¡dažiem!, Yo... llam...llamo... ¡ka! - sonrió alegre de poder completar una oración con mucho esfuerzo - Beru...- continuo, no daría su real nombre, si algo había aprendido, era que su más valiosa posesión era su nombre. Sonrió mientras apuntaba a su cascabel – Beru ir klaburčūska – dijo mirándolo y moviendo su cascabel que pendía de su cuello a modo de dar a entenderle que eso significaba su nombre, alegre, y curiosa sin quitarle la vista de encima, Beru volvió a sentir que su estomago rugía, esta vez más fuerte, se llevo ambas manos al estomago doliéndose - Man ir bads – dijo y sacudió la cabeza, se sentó sobre la arena y la brisa soplo recordando que su ropa estaba mojada después de haber escapado del jabalí, tirito de frió y miro a William – Fri.... - “Maldición, haber...concentrate...”, pensó cerrando los ojos y golpeando suavemente su frente con la palma de su mano – Yo...- dijo volviéndolo a mirar y froto con una mano su estomago y la otra la llevo a uno de sus brazos frotándolo fuertemente queriendo dar a entender que tenía frió y hambre.
Título:
Publicado por: Nindalf Firodes Troscard en Agosto 08, 2010, 09:01:54 pm
Fenrir Greyback, Costas de Ixpatill, 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

Jajajajaja… todos los días son una sorpresa nueva con este capitán.
Camino hasta su camarote con una sonrisa burlona en la cara, se cambio ropajes por unos mas cómodos, tomo una bolsa grande de una tela gruesa que guardaba en su mochila, salio de la habitación y camino hasta la despensa, no quedaba mucho para comer, debían quedarse por lo menos unos tres o cuatro días para recolectar comida y llenar algunos barriles con agua y ron.

Entonces iré por la bolsa de Will, se lo que le encanta recorrer el mapa a pie… -volviendo a surgir la sonrisa burlona en su cara, camino de vuelta a los dormitorios, entro en la habitación del capitán saco su bolsa, iba en camino a la proa cuando se encontró con Jake, quien le dio el mensaje del capitán- ¿No se puede esperar? Es de noche, quiere que le pase algo, estoy seguro… -apresuro el paso y subió a la proa y echo un vistazo para divisar al capitán- ya se hizo un amigo… jajajaja… pero no es un poco pequeño, bueno él es el sociable de aquí

Fenrir bajo y se intento hacer notar lo menos posible, de cuando en cuando miraba de nuevo hacia Will, cuando de pronto se dio cuenta que su acompañante era mujer, y la sonrisa burlona volvió a asomarse en una mueca en la cara de Fenrir, tomo paso apresurado, esta vez sin intención de pasar inadvertido, y cuando estaba a unos metro de William le dijo- veo que tienes amiga nueva –y con un movimiento de cejas y la sonrisa descaradamente en su cara esperando la reacción de su amigo
Título:
Publicado por: Barack Aurum Draco en Agosto 09, 2010, 03:10:22 am
William Ward, Costas de Xiappv (Ixpatill), 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

La chica había caído de rodillas al suelo sobándose el estomago y los brazos. Era evidente que tenía frío y hambre. William le sonrió y le extendió su mano: - levantate y entra a nuestro barco, allí comeras y te protegeras del frío - le dijo señalando el barco con su mano izquierda y tocándose luego el estomago, tratando de dar a entender que allí comerían.

En ese momento sintió a uno de sus amigos venir por detrás:- veo que tienes amiga nueva. - Escucho a Fenrir decir. Su mirada y sonrisa descarada le dio una tentación de risa que pudo evitar épicamente.
- Te presentó a Beru, mi nueva amiga - le dijo a Fenrir con una sonrisa en la boca - y, como tal, esta invitada a cenar con nosotros y a dormir en nuestro barco. Por cierto, tengo ganas de quedarme unos días en esta isla... ese resplandor, podría ser una señal de que ese lugar esta aquí. Una cosa más, la chica no habla bien el latín, por decir lo menos

Tomo la mano de Beru: - Va-mos al bar-co allí co-me-re-mos. Es-te es Fenrir, un amigo... Pue-des con-fi-ar en no-so-tros - le dijo sonriendo a la chica, mientras caminaban al Black Beast.

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Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente.
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Publicado por: Nindalf Firodes Troscard en Agosto 09, 2010, 09:08:15 pm
Fenrir Greyback, Costas de Ixpatill, 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

Te presentó a Beru, mi nueva amiga  y, como tal, esta invitada a cenar con nosotros y a dormir en nuestro barco. Por cierto, tengo ganas de quedarme unos días en esta isla... ese resplandor, podría ser una señal de que ese lugar esta aquí. Una cosa más, la chica no habla bien el latín, por decir lo menos.

De todas maneras deberíamos de quedarnos una semana a lo menos, recargar los barriles, comida, algo de ron que falta nos hace, y para aprovechar el tiempo, tal vez podamos aprender algo de su cultura y ver los alrededores en busca de “Eso”, por cierto, ¿Qué idioma hablas? –Le pregunto a la chica de rasgos felinos- tal vez yo me pueda entender con ella.

Algo de esto me da mala espina, pero ya que el capitán lo pide… -pensaba esto mientras William ayudada a Beru a levantarse-
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Publicado por: Phoenix en Agosto 09, 2010, 11:12:29 pm
Azira Akisame, Selva de Itzi, interior de Xiappv, cerca de la costa sur, 27 de julio de 957 DC, al filo de la medianoche.

Azira se tocaba el estomago, de pronto, saco de una pequeña bolsita que colgaba de un lado de su cinto y extrajo una bolita echándoselo a la boca “por lo menos dejara de sonar tan estrepitosamente”, se decía así misma mientras que william hablaba con el recién llegado, La mirada de Beru se clavo en Fenrir analizándolo, curiosa, ladeo su cabeza suavemente “Se...parece...Mm... no... si...no...si...¡ah!, si, un poco, pero no tanto...” pensaba preguntándose  si antes habría visto a seres como Fenrir, mientras que él y william intercambiaban palabras ”debí haber puesto más atención al latín... pero... no lo necesitaba” suspiro suavemente, cuando William le tendió la mano, Beru la tomo con sus dos manos y comenzó a analizarla como su buscara algo, luego volvió a reír suavemente, william volvió a poner esa cara graciosa cuando trataba de hablarle , “¿ir al barco con ellos?”, pensó suponiendo que eso le decía, o al menos lo que lograba entender, “ir... o quedarme a que el Jabalí quiera golpearme... y lo hará, lo sé....”, Tomo la mano de william levantandose, miro a Fenrir y sonrió – Fen... Feeeeeee...Fenrir- logro completar el nombre del muchacho - ¿Jūs esat? ? - pregunto, aunque sabía que no se daría a entender “ Sé que me es familiar... sé que he visto a alguien o algo así... pero a la vez no lo es” pensaba mientras no le quitaba la mirada de encima.

-¿Qué idioma hablas? - dijó Fenrir, Beru lo miro algo desconcertada “ ¿Que demonios quiso decirme?”, desvió la mirada nerviosa  tratado de recordar y de asimilar palabras tratando de buscar significados y respuestas, mientras caminaban hacia el barco
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Publicado por: Amdukia en Agosto 10, 2010, 03:59:58 am
Jake H.M, Y el pequeño Bel, “Black Beast” a las costas de Ixpatill, 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

Haciendo las labores de un grumete apeticion de William, trata de olvidar lo sucedido mientras ve los daños insignificantes en la cubierta.
   Fenrir desembarca y a lo lejos ve a Will con una niña -Maldicion, creo que falta Bel y yo, odio bajar-mientras pensaba esto. Belphegor se le acercaba algo huraño –bueno así que quedamos nosotros, cuidaremos del barco,  y además hay que arreglar la vela que ha quedado tirante de un costado, retrasémonos, ya que también odio bajar-
Jake le sonríe respondiendo:  bajaremos de todas formas pero tengo una mala impresión de lo anterior, estoy seguro de ver la tierra moverse como una hoja sobre el agua. De una o otra tendremos que recorrer la cos…ha! ¡pero mira! creo que vienen de vuelta y traen a alguien, si es una... – ¿y para que, ¿quien es? bueno bajare a guardar las cosas para estar listo mas tarde-el pequeño Bel le interrumpe mientras bajaba a la cámara…Y Jake se queda detenido mirando como se acercaban al barco, mientras se acomoda la visera de su sombrero tapando el lado izquierdo de su rostro…
Título:
Publicado por: Glaviar en Agosto 11, 2010, 05:49:02 am
Selva de Itzi, costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC, Atardeciendo.

Los dos extraños individuos y Kadar llegan a una playa que se encuentra a unos treinta metros más al sur del campamento que había montado éste en el transcurso del día. Al llegar a la playa, el sujeto de nívea piel se aleja unos metros de Kadar y de su compañero para contemplar en el horizonte la puesta de sol, la cual estaba siendo interrumpida por nubes pasajeras de tonalidades violáceas y rojizas que obscurecían a momentos los cielos. Las estrellas comenzaban a ser visibles al ojo humano.

Antorcha perpetua, no serás obscurecida por pasajeras nubes. Tu poder se prologará en aquellos que cultivan tu enseñanza ígnea.

Mientras el extraño sujeto de ropajes negros profería esto, Kadar dejaba su mochila sobre la blanda arena. Se equipa con un yelmo de diseño estigio y empuña un gran mandoble de igual procedencia, que agita en el aire para ejercitar algunos movimientos. El sujeto de tez blanca dirige su voz a Kadar, aunque sin voltearse ni mirarlo, y le dice: ¡Prepárate, que no seré condescendiente! El iris rojizo de sus ojos se iluminaba con los tenues rayos del atardecer. De pronto, el aire se rarifica en torno a éste, tornándose denso; Sin embargo, a cinco metros de él, Kadar no lo nota.

El tipo con aspecto de felino aún porta en la mano el sable y su rostro sigue expresando preocupación. Parecía como si supiese de antemano los acontecimientos que acaecerían.

De un instante a otro, Kadar se abalanza con un rápido movimiento sobre su adversario, quien aún permanecía de espaldas a él. Lanza un potente golpe ascendente con su mandoble, deslizando el filo de su espada por la arena, la cual era desplazada hacia los aires sin oponer resistencia alguna. A pesar de la prodigiosa maniobra, Kadar no pudo asestar en su oponente, tal vez por alguna especie de milagro, ya que éste no se movió un ápice de su lugar. Desde su posición el extraño sujeto le dice: Una jugada sucia por la espalda. Aquel no tarda en responder: Tú dijiste que me preparara, tómalo como un saludo -sonríe Kadar de forma irónica.

El sujeto de inmaculada piel y oscuro cabello gira con una velocidad inusitada, sorprendiendo a Kadar. En ese momento, brota de sus blanquecinas manos una llamarada que, aunque débil, alcanza a herir levemente al imponente hombre. Kadar nunca había visto semejante artilugio, sin embargo permanecía frío y atento al combate: ¿Qué pasó con lo de “jugadas sucias”? Dice esto mientras sacude sus brazos y su torso. El desconocido sujeto le responde: ¿Jugadas sucias? Pues será una de frente.

Dicho aquello, Kadar se dirige vertiginosamente hacia él con la clara intención de propinarle un golpe con el mandoble. Nueva y sorprendentemente el arma no puede siquiera tocarlo, chocando ¡con el aire! La expresión de Kadar era de una inusitada sorpresa, ¿podía acaso estar pasando eso? El extraño tipo se prepara moviendo sus brazos y sus manos como si quisiera ejecutar una maniobra, sin embargo, nada ocurre. En su rostro se observa muy sutilmente una expresión de frustración y exclama en voz baja: ¡Maldición! Acto seguido, vuelve a intentar la maniobra moviendo con gran destreza sus brazos y sus manos: brota esta vez fuego de ellas, y una llamarada algo mayor que la anterior se cierne sobre Kadar, hiriéndole. En el interior de su yelmo y de su coraza, Kadar podía sentir como la piel ardía como brasa. El blanquecino humanoide le dice: ¿Qué pasa? ¡A combatir!

Kadar advierte lo adverso de la situación y extendiendo su brazo derecho, abre la mano y exclama: Veo que tienes buenos trucos.... Creo que es hora de que nos pongamos algo más serios. El desconocido de ropajes negros lo mira con extrañeza, pero en actitud de espera: parecía esperar algún movimiento extraordinario. Fue entonces cuando algo con forma de bala emerge de la palma de la mano de aquel fornido hombre, proyectándose en dirección al sujeto de rutilantes ojos rojizos. La expresión de este último permuta a asombro cuando aquello ocurre, y en una veloz maniobra extiende sus brazos… la bala, que efectivamente era una, choca en ‘algo’, como si de una barrera invisible se tratase, enterrándose en la arena con inusitada violencia. Ni el sujeto de tez blanca ni su compañero podían creer lo que había sucedido, sus caras reflejaban el asombro de un acontecimiento insólito. Brillaban los ojos del adversario de Kadar, como si la excitación se hubiese apoderado de él.  

Sin perder el tiempo en cavilaciones sobre aquel derroche asombroso pero inútil, Kadar detiene un ataque de su poderoso rival: sentía en cada fibra de su cuerpo que estaba siendo protagonista de un combate sin parangón. Su adversario ya había desenfundado una espada de considerables dimensiones, de tonalidad plateada con matices caoba, un espada singular sin lugar a dudas. En ese momento, el blanquecino sujeto realiza una maniobra con aquella magistral arma, que es detenida asombrosamente con el antebrazo derecho de Kadar.

Acto seguido, Kadar reacciona extraordinariamente: en fracción de segundos logra ver un punto ciego en su defensa, y aplica un movimiento con el cual empuja a su rival, balanceando el peso de su cuerpo hacia delante con el colosal mandoble. El golpe propinado por Kadar hace que su contrincante caiga ferozmente en la arena.

A unos metros del combate, el sujeto con aspecto de felino mueve impacientemente el sable, así como también su extraña cola. Está de pie, y con una aturdida expresión contempla la pelea. Mira a ratos hacia la selva, aunque su actitud no es de huida, tal vez de espera.

Kadar se encontraba de pie junto a su rival caído. Su mandoble era mecido por su mano, cual balanza que determinaría el destino de los eventos. Con ambos brazos blande la espada para asestar el golpe de gracia, mas la habilidad de su oponente le permite en un abrir y cerrar de ojos cubrirse con la espada que todavía sostenía en su mano. Aún derribado, no parece rendirse: en sus ojos se divisa la férrea convicción de un guerrero que no se daría por vencido.

Kadar intenta asestar un golpe más, que el extraño sujeto evita desplazando su cuerpo sobre la arena. Nuevamente lanza su brutal espada, la cual logra herir el rostro níveo de aquel tipo. Inmediatamente el rostro empieza a generar una extraña reacción, dejando una herida horrible en la carne. Los ojos del blanquecino humanoide estallan como dos llamas, y en un santiamén se incorpora y asesta un increíble golpe ascendente y cruzado con su espada.

Tal fue la fuerza de aquel impacto, que logra atravesar la reluciente armadura estigiana de Kadar, haciendo volar pedazos de ella por los aires. Kadar se resintió: esta vez había sido herido en el abdomen. Mira la hendidura en su armadura y observa como la sangre brota por la herida; a pesar de ello, su actitud impetuosa y su brío aún lo mantienen en el combate.

¡No sigas, ya no tiene caso! -dice el desconocido sujeto. Kadar empuña su mandoble con ambas manos en posición de combate.

El cielo da paso progresivamente a una noche estrellada, la luz del sol se hace cada vez más débil.  

El blanquecino sujeto atisba un golpe descendente con su poderosa espada, un golpe que a todas luces era mortal: sin embargo, y con una determinación infalible, Kadar bloquea el impacto nuevamente con su brazo derecho, protegiéndose de una muerte segura. El impacto logra dar igualmente en Kadar, quien se resiente del golpe. ¡Es increíble que aun tengas fuerzas para resistir! No te preocupes, esto acabará pronto. -dice el desconocido sujeto.

Como si leyera los movimientos de Kadar, el sujeto de tez blanca impacta nuevamente con su espada. ¡Ríndete! -exclama. Si no te rindes ahora, quedarás agonizando con el siguiente golpe. Kadar mira hacia el sujeto con aspecto de felino, quien mueve la cabeza como indicando que no debe continuar luchando.

Kadar detiene sus acciones y clava la colosal espada estigia en la arena para apoyarse en ella. Permanece un rato en esa posición y comienza a reírse a carcajadas, sonríe finalmente y dice: Bien, lo admito, eres más fuerte que yo… Pero, soy un mal perdedor, así que ten por seguro que te retaré nuevamente, luego de que cumplamos tu “misión”. Acto seguido, Kadar recoge todo los pedazos de armadura repartidos en el suelo y la bala de hierro que se encontraba incrustada en la arena.

Luego de eso, el sujeto de piel blanca se reúne con su compañero y le dice algunas cosas, en tanto Kadar se sienta contra su mochila, retira su yelmo y la armadura y revisa sus heridas: contusiones varias, un corte en la región abdominal, además de algunas quemaduras en la cara por el abrasivo calor del yelmo en contacto con el fuego. Venda la herida abdominal con un trozo de su capa, apretando los dientes en el momento que oprime la carne.

Kadar se dirige posteriormente hacia donde se encuentran los dos sujetos y le dice al tipo de rostro blanco en un tono serio, lo siguiente: Después de esta lucha podrías decirme al menos tu nombre, ya que seremos compañeros después de todo. Después de oírlo, el extraño individuo se ríe y señala: Jajaja, está bien. Su compañero le replica -Pero… -¡A callar! -le responde aquel. Dirigiéndose a Kadar, manifiesta lo siguiente: detuviste dos de mis mejores golpes efectuados con esta poderosa espada sólo con tu brazo y lograste hacerme esto en el rostro -apuntando la herida grosera que tenía en su cara- Me dejó impresionado además aquel proyectil que salió de la palma de tu mano… Pues bien, te diré mi nombre si me revelas qué hiciste para detener aquellos golpes, y además, hacer aparecer una bala de tu mano. Mientras dice esto, y luciendo una artero gesto en su herido rostro, ríe nuevamente. De acuerdo -dice Kadar-, pero sólo te lo diré a ti… te invito a la pequeña nave que se encuentra un poco más allá. -Kadar señala la dirección.

El individuo de nívea piel mira a su compañero con fulgurantes ojos y con una temible expresión le dice: Quédate aquí hasta que yo vuelva. Su compañero sin responder y con una mirada solícita y dócil se sienta sobre la arena. Aquel sujeto y Kadar se marchan caminando por la playa en dirección norte.

En tanto, la oscuridad se va apoderando completamente del lugar, mientras el sonido de las olas del mar colma el silencio de la noche.
Título:
Publicado por: Shen en Agosto 13, 2010, 05:30:34 am
Kadar. Selva de Itzi, costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC, Crepusculo.

Kadar se dirigió a su mochila, y cogió algunos utensilios, (un iniciador de fuego y una gran manta de  cuero.) vio a su  nuevo camarada  a los ojos y se dirigió hacia el barco, en el camino cogió algunos palos de la fogata que había preparado previamente.
Al llegar al barco camino tras el ocultado tras su sombra tiro los palos y  encendió una pequeña fogata
Se sentó en el suelo y comenzó lentamente a sacarse la armadura y parte de sus ropas mientras lo hacía dijo:

Créeme que en otras circunstancias  seria más reservado en cuanto a esto…pero  por alguna razón  me pareces confiable, (ríe para sí mismo), por otra parte quizás te parezca algo estúpida esta pregunta, pero ustedes no son humanos verdad?
Y qué diablos  fue lo que hiciste para tirar fuego por tus manos y parar mi mejor golpe, jamás vi a alguien realizar tal hazaña,  jajaj disculpa tantas preguntas, pero soy como un niño  cuando se trata de las batallas, y tu as llamado mi atención…

Al terminar de desvestirse, Kadar dejo su torso desnudo, se podía ver pese a la tenue luz  el pedazo de capa con el cual tapaba su reciente herida, y  comenzó lentamente a sacar una especie de envoltura de cuero que cubría sus dos brazos y al terminar extendió su brazo derecho, lo extendió y dijo.

Este es mi secreto…

Se trataba de un brazo metálico, que relucía con tenues matices azules, se podía ver que su tecnología era elevada y que   realmente era un objeto bastante extraño.

No me preguntes de donde lo saque, o que es, porque no tengo idea,   por alguna extraña razón solo tengo recuerdo de mi último año de vida
Título:
Publicado por: Glaviar en Agosto 13, 2010, 07:01:10 am
Selva de Itzi, costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC, Crepúsculo.

El individuo de oscuros ropajes y blanca piel se sentó sobre la arena, aunque en su expresión no se observara atisbos de relajación. Mostraba en su mirada la severidad de alguien que no se perdona un error.

Créeme que en otras circunstancias seria más reservado en cuanto a esto… pero  por alguna razón me pareces confiable (ríe para sí mismo), por otra parte quizás te parezca algo estúpida esta pregunta, pero ¿ustedes no son humanos verdad?

Desearía no hablar de ello. – Su expresión no mostró signos de alteración.

Y qué diablos fue lo que hiciste para tirar fuego por tus manos y parar mi mejor golpe, jamás vi a alguien realizar tal hazaña, jajaja disculpa tantas preguntas, pero soy como un niño cuando se trata de las batallas, y tu has llamado mi atención…

Lo mira por unos segundos con una expresión un poco menos rigurosa, y comenta: digamos que es parte de mi habilidad y arte más propio. Yo diría que es un regalo con el que me han favorecido fuerzas supremas y voluntades perfectas, desconocidas para mí -en ese momento, sus ojos brillaron tenuemente en la obscuridad de la noche-, que han trazado mi destino.

Este es mi secreto…

El misterioso individuo no dejaba de observar aquella pieza pulida y reluciente que Kadar acababa de revelar.

No me preguntes de dónde lo saqué, o qué es, porque no tengo idea, por alguna extraña razón sólo tengo recuerdo de mi último año de vida.

Después de decir esto, el desconocido sujeto se levanta raudamente, como alguien que recuerda algo importante de modo repentino, y con una actitud formal, fría y distante, le dice a Kadar:

Tengo que irme… pero antes te diré lo siguiente:

Tu misión consistirá en recorrer la selva y buscar a alguien. Es imperioso que puedas localizarla dentro de cinco días y la traigas hasta este lugar. Cuando regrese donde mi compañero, le diré que te dé su descripción y te guíe por la selva para facilitar la búsqueda. Será mejor así.

Sin ablandar sus gestos ni su mirada, dice finalmente:

Mi nombre es [las palabras que emite son impronunciables], pero puedes llamarme Lekter…

Lekter Dargt.

Dicho esto, Lekter se retira del lugar.
Título:
Publicado por: Amdukia en Agosto 13, 2010, 08:53:54 am
Jake H.M, “Black Beast” a las costas de Ixpatill, 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

Jake estiro su cabeza para mirar más de cerca a la nueva amiga de los filibusteros quien los considera como sus mejores amigos o camaradas, él podía confiar en ellos mas que en si mismo, es lo que pensaba.
-¿Y  de quien es el tesoro esta vez?- lo dice con tono de burla mirando a William  y a la joven extraña.
-Recuerda que las mujeres a bordo atraen las tempestades…jajaja, algo que no vendría nada mal con lo sucedido anteriormente, jajaja!-  
Su risa se escuchaba mezclada con sonidos de metales retorciéndose bajo su ropaje.

La miraba con curiosidad, inspeccionándola solo con uno de sus ojos cubriéndose el otro con su gorro, mientras escucha a Fenrir preguntarle -¿Qué idioma hablas? –

Así que no habla nuestro idioma, jajaja, Que recuerdos, es igual cuando estábamos bajo el mando del Valiente Bartholomew. Con varias naciones bajo una misma bandera, en un principió parecía un caos pero en realidad era la mejor comunicación de toda Gaia…

Al recordar este momento nostálgico para él, le dice a William. -Hasta el momento no hubieron daños mayores al navío, así que espero nuevas ordenes- Se lo dice Sonriendo aunque No se ve en su rostro, en parte cubierto, lo consigue expresar en su tono de voz.
Título:
Publicado por: Barack Aurum Draco en Agosto 13, 2010, 08:53:54 pm
William Ward, Costas de Xiappv (Ixpatill), 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

-¿Y  de quien es el tesoro esta vez?-

- Vete al demonio Jake. Por cierto, preparemos todo para cenar... muero... digo, morimos de hambre - Le dijo a su tripulación mirando a Beru.

William Ward, Costas de Ixpatill, 28 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), Madrugada.

Habían comido, bebido y cantado. Cuando hubieron terminado, tomó la mano de Beru y la condujo a su cuarto. Abrió la puerta y sin dirigirle la mirada le dijo: - Pequeña, dormiras aquí por hoy. Este es mi camarote, así que nadie te molestara... esperó puedas dormir tranquila. - Sacaba una manta y una lona de una mochila que estaba tirada en una esquina. - Si me necesitas... Pues, estare en cubierta... - Le dijo sonriendo. - Que idiota que soy... de seguro no entiendes nada de lo que digo. Bueno, me largo... que descanses - Tocó la cabeza de la chica mientras salía por la puerta.

Avanzó con paso seguro hacia cubierta. La noche estaba bellamente estrellada y la luna resplandecía con fulgor inusual, corrían suaves brisas de un lado al otro. Puso la lona cerca de uno de los mastiles y se arruyó con su manta. Estaba deseoso de bajar a la isla, talvez... sólo talvez encontrará la ciudad legendaria.

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Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente.
Título:
Publicado por: Nindalf Firodes Troscard en Agosto 15, 2010, 02:25:13 pm
Fenrir Greyback, Costas de Ixpatill, 28 de julio de 957 DC (16 de noviembre de 989 DC), madrugada.

Fenrir, después de la cena se fue a su camarote a descansar un poco.

Despertó a mitad de la noche, estuvo un rato contemplando el techo de su recamara y luego se levanto, fue a revisar si estaban bien anclados a la costa, y salio a cubierta para mirar el cielo en caso de que se avecine tormenta, y encontró a Will sentado junto al palo mayor- debe de tener frío, ese idiota caballero -pensaba esto mientras entraba nuevamente para llegar a la cocina y tomar una de las botellas de ron que había en la despensa, nuevamente subió y se acerco al capitán.

¿Tienes insomnio, o no te dejaron entrar a tu propia habitación? –Fenrir levanto la botella y tomo un poco, alegremente miro a William para ver la cara que había puesto después de su broma extendiendole su botella-
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Publicado por: Phoenix en Agosto 15, 2010, 10:08:32 pm
Azira Akisame, Selva de Itzi, interior de Xiappv, cerca de la costa sur, 27 de julio de 957 DC, medianoche.

La velada de la cena con su nueva compañía, había transcurrido con “normalidad”, Beru sonreía y aunque confusa, se sentía bien, aunque algo incomodaba su ser, lo deshecho, la curiosidad de los seres que la rodeaban eran más grande, durante todo el transcurso de la velada sus ojos divagaban entre Fenrir y Jake, el sonido repentino de metal proveniente de Jake la alertaba, pero además Fenrir la desconcertara, ya que no era nada de lo que había visto en ni ningún ser con los que había vivido se parecía y a la vez era diferente a ellos, durante todo el tiempo  que duro la cena los ojos de Beru divagaban entre estos seres.

Al acabar, William, tomo de la mano a Beru conduciéndola hacia el camarote, en donde la dejo, Beru, respondió con una sonrisa ante aquella amabilidad que reconocía y luego de que William desapareciera por la puerta la cerro con suavidad y comenzó a recorrer la habitación, objetos varios que llamaban la atención de Beru fueron victimas de sus análisis curiosos, luego dejados en donde estaban, minutos después, Beru fue hacia la ventana en donde se dejo caer al suelo sentada frente a ella, miro El cielo nocturno y se concentro en las estrellas “lo siento… me volví a perder… pero no estoy sola he … me he encontrado con estas personas y…” sus pensamientos se acallaron y esa inquietud que había experimentado antes volvió , sacudió su cabeza tratando de desechar aquel sentir, “no… no son como ellos… y él… me dejo este lugar… no, no son iguales..”, Beru se levanta con rapidez comenzando a sentirse ansiosa, camina por la habitación sin comprender exactamente que ocurría, miro a su alrededor e imágenes de recuerdos pasados agolparon su mente, tomándose la cabeza volvió a echarse al suelo angustiada “¡No!, ellos no son así!… y si no… y si se que no… ¡¿Qué rayos me pasa?! “, De pronto una lágrima apareció en uno de sus ojos, y rodó por su mejilla -Ademaro…- susurro con tristeza llamando a quien no le respondería, conciente de ello, Beru suspiro y respiro hondamente sin abandonar su posición, con los ojos cerrados agachada en posición fetal, luego de unos minutos, más tranquila, se da cuenta que el temor y la inquietud estaban, al parecer, infundadas. “ no sé porqué.. Debo dejarlo estar… ya sabre…¿verdad? “, quitando sus manos de su cabeza y elevando levemente la mirada, la habitación que le había parecido oscura y grande volvía a verse como cuando William la dejo en ella “ no me preocupare, no sé nada, no los veo como a ellos… William y los demás son diferentes… ¿verdad?… si,… lo son… deben de...” suspiro mientras caminaba hacia la cama “ no quiero volver a pensar… si algo pasa… ya veré que hago… Olvidare esto…” continuo pensando mientras se acomodaba sobre la cama con la mirada en el techo “no seguiré pensando en esto… o… eso espero” Azira cerro los ojos esperando a que el sueño y el olvido llegaran a ella.
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Publicado por: Barack Aurum Draco en Agosto 22, 2010, 12:42:06 am
William Ward, Costas de Xiappv (Ixpatill), 28 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), Madrugada.

¿Tienes insomnio, o no te dejaron entrar a tu propia habitación? –Fenrir levanto la botella y tomo un poco, alegremente miro a William para ver la cara que había puesto después de su broma extendiendole su botella.

William extendió su mano y tomó la botella de ron, se llevó la botella a la boca y dio un sorbo, no muy largo, no muy corto... solo un sorbo. Se arruyó lo mejor que puedo con su manta mientras le decía a su amigo: -Ni lo uno ni lo otro, amigo. Si me hubiera querido quedar en mi habitación lo hubiese hecho, pero sabes que las damas han de dormir solas en sus camarotes... no soy un puto depravado. - Sonrió intentando que el frío no le afectara y se llevo otra vez la botella a la boca.

- Tengo el presentimiento de que lo que buscamos esta aquí. Esperó así sea, sería una linda forma de que Bartholomew descansará en paz... Bueno, brujo de mierda, ve a tu cuarto y descansa... estudia o lo que sea que hagas en las noches con tu falta natural de sueño. Yo debo dormir y sabes que salvo en mi camarote y cubierta, no puedo dormir en otros lugares del barco. - Le regresó la botella sonriendo. Cerró los ojos intentando conciliar el sueño, pero su mente iba una y otra vez a la ciudad formada de cristal que podría estar cerca.

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Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente.
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Publicado por: Nindalf Firodes Troscard en Agosto 23, 2010, 11:56:48 pm
Fenrir Greyback, Costas de Ixpatill, 28 de julio de 957 DC (16 de noviembre de 989 DC), madrugada.

Tengo el presentimiento de que lo que buscamos esta aquí. Esperó así sea, sería una linda forma de que Bartholomew descansará en paz... Bueno, brujo de mierda, ve a tu cuarto y descansa... estudia o lo que sea que hagas en las noches con tu falta natural de sueño. Yo debo dormir y sabes que salvo en mi camarote y cubierta, no puedo dormir en otros lugares del barco. - Le regresó la botella sonriendo. Cerró los ojos intentando conciliar el sueño.

Tienes razón, Bartholomew lo hubiese querido así, pero vete a dormir a mi camarote, hoy no tengo ganas de proseguir mi experimento, me falta inspiración, de todas maneras no tengo sueño, y seguiré con la guardia de esta noche… pero cambiando de tema, me parece algo extraña la chica que recogiste esta tarde… me da un mal presentimiento todo esto –terminaba de decir esto para llevarse la botella a la boca y dar un sorbo de ella-
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Publicado por: Barack Aurum Draco en Agosto 29, 2010, 03:39:26 am
William Ward, Costas de Xiappv (Ixpatill), 28 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), Madrugada.

- Eres un cabrón bastante testarudo. Sabes que no puedo dormir en otro lugar de este barco solo en mi habitación o en cubierta. Así que deja de parlar y largate, que quiero dormir. - Le dijo seriamente, aunque en su cara había algo que indicaba que era todo una broma. Fenrir le dejó solo, y luego de unos minutos el terror de los mares durmió.

William Ward, Costas de Xiappv (Ixpatill), 28 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), Al despuntar el alba.

Despertó unas horas después del despunte del alba. Se estiró y bostezo, mientras se levantaba. Camino un par de pasos por cubierta y se llevó la mano derecha a la cara y con la yema de los dedos se resfregó los ojos. El sol bañaba el barcó con rayos aureo rojizos. Bajo a la cocina del barco y tomó un pan y un poco de agua, eso solía ser su desayuno. Al poco rato vio a Fenrir y luego Jake y Belphegor.

- Hay que alistarse, la aventura nos espera - su rostro se iluminó con el solo pensar en las cosas podrían descubrir en esa isla. - Iremos a pie, claro... - la última frase la dijo mientras se llevaba el trozo de pan completo a la boca.

Debía entrar a buscar su mochila, cuando se percató de que en toda la mañana no había visto a la chica de la noche anterior. Un poco preocupado corrió a su camarote. Para su sorpresa la chica aun estaba dormida encima de su cama. Los rayos del sol caían sobre ella. Que manera más rara de vestir, ni siquiera se ha sacado esa cola y esas orejas que lleva de adorno pensó William, mientras se acercaba a la chica.

- Hey... Beru, oye... ya es hora de despertar... - dijo meciendo suavemente a la chica. - Vamos... despierta... debemos partir y, aunque sola no puedas hacer mucho no te pienso dejar acá con nuestro barco - dijo como si ella pudiera escucharle. Pero la chica, definitivamente, no contestaba. Finalmente, se decidió a zamarrearla, aunque solo fuera un poco, para que la chica despertara. Beru abrió los ojos de a poco, y casi un minuto luego de haberlos abierto profirió un gritó y saltó fuera del alcance de William en un parpadeo. El joven quedo perplejo, en primer lugar por la falta de reacción de Beru, en segundo lugar por el ágil movimiento de la misma: era un movimiento absolutamente felino. - Tranquila... vamos a salir... - le dijo pausadamente mientras apuntaba al exterior.

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Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente.
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Publicado por: Glaviar en Agosto 29, 2010, 07:47:24 am
Selva de Itzi, costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC, Noche.

Después de que Lekter se hubiera marchado dejando a Kadar por un momento solo, aparece un individuo de baja estatura en la oscuridad de la playa. Era aquel tipo con aspecto de felino quien saluda a Kadar de un modo cordial: ¡Hola!

Aquel hombre-felino se sienta en la arena y comienza pidiendo disculpas a Kadar por la actitud egoísta y arrogante de su compañero. Comenta que no puede decirle quiénes son ni qué están haciendo en este lugar. Le dice, sin embargo, que puede llamarle Eyne (se pronuncia ‘Ain’). Además le advierte que no está obligado a buscar a nadie, que es algo de incumbencia propia y de su compañero (esto último lo dice mirando hacia un lado).

Le extraña que Kadar no sepa en qué lugar se encuentra, pero a la vez le parece razonable porque ha sabido que varias embarcaciones se han extraviado y han aparecido por estos territorios. Le explica que la región en la que se encuentran es una zona de grandes extensiones de selva llamada Itzi, ubicada en el sector sur del denominado Nuevo Continente. Le informa ademas que esta es una gran isla de la parte sur de la región, llamada Xiappv. Comenta que es algo inusual encontrarse con personas en una región inhóspita y tan alejada de la civilización como esta, por eso lo habían vigilado desde el momento que había arribado a la isla. Por último, le aconseja tener cuidado en un lugar como Itzi, nunca se sabe con qué animales o criaturas se puede encontrar uno en la selva, sobre todo para el viajero desprevenido.

Eyne comprendía la gravedad de las lesiones de Kadar, por lo cual le ofrece unas hierbas que, según señala, tienen propiedades analgésicas que calmarían parcialmente su dolor. Le pide que a Kadar las mastique, mientras revisa sus heridas para curarlo, a lo cual éste acepta.

Como agradecimiento, Kadar invita a Eyne a beber. Con expresión de curiosidad le pregunta: ¿Qué es esto? Y lo prueba. Termina tosiendo, y confiesa que no le gusta. Finalmente termina bebiendo igual con Kadar durante un tramo de la noche.

Conversan sobre la pelea a la luz de la fogata, y le dice que le impresionó los hábiles movimientos que demostró en combate con aquella formidable espada. Sin embargo, lo que más le impactó fue aquel momento en que Kadar libera un proyectil de su mano, que él nunca había visto algo ni remotamente parecido. Cree sinceramente que Kadar es un tipo fuerte, pero reconoce también que su compañero no peleó con todas sus fuerzas. Mirándolo a los ojos, Eyne le manifiesta a Kadar que lo que hizo fue sumamente arriesgado, independiente de su fuerza y talento en combate, que la persona contra la que se enfrentó no es un luchador común y corriente. Después de señalar esto, y con una sonrisa simpática en su cara le pregunta: Ahora, ¿puedes decirme cómo disparaste esa bala de tu mano? Kadar le responde: Si me cuentas más cosas te lo diré. Eyne lo mira, sonríe y baja la cabeza.

Kadar se marchaba a dormir, en ese momento Eyne le dice: Me iré antes de que amanezca a buscar a mi compañera extraviada. Agradezco su hospitalidad y aquella bebida que me sirvió, ¡si que estuvo fuerte! Antes de irse, Eyne manifiesta, algo inquieto y mirando hacia el bosque: Si quiere, sólo si quiere, puede venir conmigo. Nunca está de más tener compañía en el viaje, tener a alguien con quien conversar es algo bueno para el espíritu, y ya que mi arisco compañero no está…

Pese a sus heridas, Kadar desiste de irse a dormir y recoge sus cosas para ponerse en marcha junto a su extravagante compañero. Aún estaba emocionado por su duelo con Lekter, no sabía que le deparaban aquellas extrañas tierras, pero de seguro habrían tipos más fuertes que él, se preguntaba cómo  aquel sujeto podría poseer tal poder y si él podría ser igual de fuerte que él…

Mientras Kadar carga su equipo, no sin algo de dificultad, Eyne lo mira indulgentemente y con un gesto solícito le ofrece su ayuda para llevar parte de éste.

Cuando comenzaron a adentrarse en la selva, Kadar le pregunta: ¿Por qué tanta prisa, hay algo de lo que no que no me has dicho? ¿Qué te preocupa? Eyne, con algo de nerviosismo, le responde: ¿Notas preocupación en mí? Pues debe ser el combate que tuviste con mi compañero, me emocionó bastante (desciende la mirada). Kadar le responde: Además de eso, el hecho de que nos fuéramos tan rápido del campamento pese a mis heridas... no es que me esté quejando, pero fue algo apresurado. Eyne se detiene, lo mira a los ojos con una expresión incómoda: Es posible, pero necesitamos ganar tiempo, avancemos un poco y nos detendremos para conversar y descansar en un lugar que conozco (mientras dice esto mira en todas direcciones de la espesa y oscura selva).

Kadar siguió al tipo con aspecto de felino sin antorcha alguna, en tanto éste, a pesar de moverse rápido por el bosque, intenta no alejarse demasiado y con gestos de ánimo alienta al malherido Kadar a seguirlo.
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Publicado por: Phoenix en Agosto 30, 2010, 02:01:52 am
Azira Akisame, Selva de Itzi, interior de Xiappv, cerca de la costa sur, 27 de julio de 957 DC, Al despuntar el alba.

La noche había pasado de manera apacible y tranquila para Azira, dejando sus preocupaciones y recuerdos de lados , se hundió en un profundo sueño, como era de costumbres, imágenes de antiguos tiempos y otras tantas inventadas por su imaginación llenaron su mente, sin preocupación de despertar en algún momento, Azira olvido donde estaba sumiéndose en el más delicioso sueño que había tenido desde hacia tiempo.

Cuando William llego al cuarto, Ni siquiera los suaves rayos de sol colados por la ventana lograban despertarla, su cola quieta y sus oídos relajados, nada ni nadie sería capaz de moverla o de despertarla.
- Hey... Beru, oye... ya es hora de despertar... – Dijo William, pero Beru, si no fuera por el movimiento de su caja torácica, estaba como muerta, el sueño era dueño de ella y ella no hacía nada por remediarlo, al contrario, estaba complacida de aquel estado, el silencio se apodero de la habitación y un pequeño ronroneo se dejo escuchar desde la garganta de Beru. Fue cuando William comenzó a zamarrearla, Beru, abrió los ojos lentamente, para luego dar un grito acompañado de un salto poniéndose lejos del alcance de William y haciendo un estrepitoso ruido tirando al suelo unas cuantas pertenencias de este, apoyándose contra una pared mirándolo temerosa, hasta que su cabeza recordara su situación.
- Tranquila... vamos a salir... – dijo él mientras apuntaba hacia afuera, Beru siguió el dedo de William que apuntaba hacia afuera, y luego volvió a mirarlo a él “Claaaaro… ahora recuerdo… estoy en un Barco y él es William… “ pensó volviendo a acercarse a él, mientras lo hacia otras pocas cosas caían, el ruido asusto a Beru quien volteo rápidamente poniéndose lejos de la situación, suspiro, se encogió de hombros y se volteo a William, recupero su sonrisa y se sento en la cama mirándolo – Hol… Hooooo… hola- sonrió diciendo alegre mientras movía su mano a  modo de Saludo – William…- digo tocándole el hombro con el dedo índice a modo de recordar su nombre - Žalostan par throwing visu, kas- dijo apuntando hacia las cosas que habían caído- per… perdón…- repitió sonriente, movió  levemente su cola y con una mano acomodó su cabello suavemente.
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Publicado por: Barack Aurum Draco en Septiembre 02, 2010, 12:34:42 am
William Ward, Costas de Xiappv (Ixpatill), 28 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), Madrugada.

La chica había tirado cuanto se puso en su camino al suelo y, aunque eran sus cosas las que habían sido lanzadas sin misericordia al piso, no pudo sino sonreír. Por alguna razón, sentía que Beru no era como ellos ni como cualquier otra persona del mundo, su inocencia y su extraño dialecto la hacían parecer un ser absolutamente indefenso ante un mundo tan cruel como en el que estaban... Por primera vez cabilo sobre lo extraño del resplandor y luego la aparición de tan simpática, pero rara, visitante ¿sería solo coincidencia o todo aquello estaba entrelazado? Con todo estaba seguro de que ella no era tan indefensa como le parecía.

Sin darse tiempo a contestar nada le acarició la cabeza - No te preocupes... ahora salgamos de aquí, asegurate de llevar tus cosas - le dijo mientras apuntaba con su otra mano a sus cosas. Esto no parece ser un cinto entonces son... ¿son reales? ¿Existen personas con orejas y cola de felino? La miró sorprendido, fuese lo que fuese... de seguro no era humana. A cualquier otro se le hubiera venido el mundo abajo, pero él, él había visto muchas cosas "anormales"... magos y criaturas increibles, poderosos hombres capaces de todo con su energía anímica y él, claramente, no escapaba a aquellas descripciones.

Se acercó a uno de sus muebles y de ellos saco una manta de color negro y se la puso a modo de capa, era la bandera pirata de un navio olvidado por el mundo, pero no por él. Esperó que la chica tomará sus cosas, y salió junto a ella. Revisó sus cosas para cerciorarse de que llevaba todo lo necesario: cuerdas, su catalejo, sus bolsas, cuchillas, mantas... todo estaba en su lugar.

Atravesaron la cubierta, bajaron del barco a la costa para luego adentrarse en la selva de aquella extraña isla del sur del mundo.

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Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente.