Autor Tema: Anima: Un giro vertiginoso del destino [DDI]  (Leído 16640 veces)

Phoenix

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« Respuesta #15 en: Agosto 06, 2010, 10:33:46 pm »
Azira Akisame, Selva de Itzi, interior de Xiappv, cerca de la costa sur, 27 de julio de 957 DC, al filo de la medianoche.


La expresión que embargo el rostro del sujeto, solo hizo reír a Azira con diversión “Creo que nunca ha visto a alguien como yo”, sonrió acercándose un poco más, mientras su larga cola anaranjada con lineas negras, se movía suavemente al compás de sus pasos, llegó a ponerse a unos cuantos metros de distancia, cuando él comenzó a hablar, rió al ver la expresión del chico, independiente de que fuera para que ella entendiera, - jajaja, ka smieklīgi vārda  – dijo mirándolo, “haber, concentrare Azira, Veamos... que trato de decir” pensó mientras lentamente trataba de computar lo que el chico había dicho, al ver que guardo la espada y levantaba las manos Azira se acerco rápidamente a el observandole detenidamente, elevo su dedo índice y toco una de sus muñequeras y diferentes partes de la ropa que traía William, se separo y miro nuevamente tratando de reproducir el nombre de él “dijo un  nombre... lo sé, he visto suficiente de esos nombres para saber que era eso... veré su puedo pronunciarlo” sonrió levemente y apunto al chico -Wi... Willi....William- sonrió mirándolo, luego puso ambas manos sobre su pecho y cerro fuertemente los ojos pensando -Yo... yo... - al no poder recordar, se llevo la manos a la cabeza sacudiendo su cabello hasta que logro acordarse - ¡dažiem!, Yo... llam...llamo... ¡ka! - sonrió alegre de poder completar una oración con mucho esfuerzo - Beru...- continuo, no daría su real nombre, si algo había aprendido, era que su más valiosa posesión era su nombre. Sonrió mientras apuntaba a su cascabel – Beru ir klaburčūska – dijo mirándolo y moviendo su cascabel que pendía de su cuello a modo de dar a entenderle que eso significaba su nombre, alegre, y curiosa sin quitarle la vista de encima, Beru volvió a sentir que su estomago rugía, esta vez más fuerte, se llevo ambas manos al estomago doliéndose - Man ir bads – dijo y sacudió la cabeza, se sentó sobre la arena y la brisa soplo recordando que su ropa estaba mojada después de haber escapado del jabalí, tirito de frió y miro a William – Fri.... - “Maldición, haber...concentrate...”, pensó cerrando los ojos y golpeando suavemente su frente con la palma de su mano – Yo...- dijo volviéndolo a mirar y froto con una mano su estomago y la otra la llevo a uno de sus brazos frotándolo fuertemente queriendo dar a entender que tenía frió y hambre.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Phoenix »
Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.

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Nindalf Firodes Troscard

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« Respuesta #16 en: Agosto 08, 2010, 09:01:54 pm »
Fenrir Greyback, Costas de Ixpatill, 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

Jajajajaja… todos los días son una sorpresa nueva con este capitán.
Camino hasta su camarote con una sonrisa burlona en la cara, se cambio ropajes por unos mas cómodos, tomo una bolsa grande de una tela gruesa que guardaba en su mochila, salio de la habitación y camino hasta la despensa, no quedaba mucho para comer, debían quedarse por lo menos unos tres o cuatro días para recolectar comida y llenar algunos barriles con agua y ron.

Entonces iré por la bolsa de Will, se lo que le encanta recorrer el mapa a pie… -volviendo a surgir la sonrisa burlona en su cara, camino de vuelta a los dormitorios, entro en la habitación del capitán saco su bolsa, iba en camino a la proa cuando se encontró con Jake, quien le dio el mensaje del capitán- ¿No se puede esperar? Es de noche, quiere que le pase algo, estoy seguro… -apresuro el paso y subió a la proa y echo un vistazo para divisar al capitán- ya se hizo un amigo… jajajaja… pero no es un poco pequeño, bueno él es el sociable de aquí

Fenrir bajo y se intento hacer notar lo menos posible, de cuando en cuando miraba de nuevo hacia Will, cuando de pronto se dio cuenta que su acompañante era mujer, y la sonrisa burlona volvió a asomarse en una mueca en la cara de Fenrir, tomo paso apresurado, esta vez sin intención de pasar inadvertido, y cuando estaba a unos metro de William le dijo- veo que tienes amiga nueva –y con un movimiento de cejas y la sonrisa descaradamente en su cara esperando la reacción de su amigo
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Nindalf Firodes Troscard »
Puede que en algun momento se malinterprete lo que diga... en el caso de hacer daño... lo siento no es mi intencion...ser sincero es mi esencia...(y cuando quiera hacer daño lo dire...jajajajajaja...)

Barack Aurum Draco

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« Respuesta #17 en: Agosto 09, 2010, 03:10:22 am »
William Ward, Costas de Xiappv (Ixpatill), 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

La chica había caído de rodillas al suelo sobándose el estomago y los brazos. Era evidente que tenía frío y hambre. William le sonrió y le extendió su mano: - levantate y entra a nuestro barco, allí comeras y te protegeras del frío - le dijo señalando el barco con su mano izquierda y tocándose luego el estomago, tratando de dar a entender que allí comerían.

En ese momento sintió a uno de sus amigos venir por detrás:- veo que tienes amiga nueva. - Escucho a Fenrir decir. Su mirada y sonrisa descarada le dio una tentación de risa que pudo evitar épicamente.
- Te presentó a Beru, mi nueva amiga - le dijo a Fenrir con una sonrisa en la boca - y, como tal, esta invitada a cenar con nosotros y a dormir en nuestro barco. Por cierto, tengo ganas de quedarme unos días en esta isla... ese resplandor, podría ser una señal de que ese lugar esta aquí. Una cosa más, la chica no habla bien el latín, por decir lo menos

Tomo la mano de Beru: - Va-mos al bar-co allí co-me-re-mos. Es-te es Fenrir, un amigo... Pue-des con-fi-ar en no-so-tros - le dijo sonriendo a la chica, mientras caminaban al Black Beast.

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Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente.
« Última modificación: Agosto 26, 2010, 07:21:02 pm por Barack Aurum Draco »
\"El poder del hombre no radica en lo que puede hacer por sí mismo, sino en lo que su voluntad obliga a hacer a los demás\".

Nindalf Firodes Troscard

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« Respuesta #18 en: Agosto 09, 2010, 09:08:15 pm »
Fenrir Greyback, Costas de Ixpatill, 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

Te presentó a Beru, mi nueva amiga  y, como tal, esta invitada a cenar con nosotros y a dormir en nuestro barco. Por cierto, tengo ganas de quedarme unos días en esta isla... ese resplandor, podría ser una señal de que ese lugar esta aquí. Una cosa más, la chica no habla bien el latín, por decir lo menos.

De todas maneras deberíamos de quedarnos una semana a lo menos, recargar los barriles, comida, algo de ron que falta nos hace, y para aprovechar el tiempo, tal vez podamos aprender algo de su cultura y ver los alrededores en busca de “Eso”, por cierto, ¿Qué idioma hablas? –Le pregunto a la chica de rasgos felinos- tal vez yo me pueda entender con ella.

Algo de esto me da mala espina, pero ya que el capitán lo pide… -pensaba esto mientras William ayudada a Beru a levantarse-
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Nindalf Firodes Troscard »
Puede que en algun momento se malinterprete lo que diga... en el caso de hacer daño... lo siento no es mi intencion...ser sincero es mi esencia...(y cuando quiera hacer daño lo dire...jajajajajaja...)

Phoenix

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« Respuesta #19 en: Agosto 09, 2010, 11:12:29 pm »
Azira Akisame, Selva de Itzi, interior de Xiappv, cerca de la costa sur, 27 de julio de 957 DC, al filo de la medianoche.

Azira se tocaba el estomago, de pronto, saco de una pequeña bolsita que colgaba de un lado de su cinto y extrajo una bolita echándoselo a la boca “por lo menos dejara de sonar tan estrepitosamente”, se decía así misma mientras que william hablaba con el recién llegado, La mirada de Beru se clavo en Fenrir analizándolo, curiosa, ladeo su cabeza suavemente “Se...parece...Mm... no... si...no...si...¡ah!, si, un poco, pero no tanto...” pensaba preguntándose  si antes habría visto a seres como Fenrir, mientras que él y william intercambiaban palabras ”debí haber puesto más atención al latín... pero... no lo necesitaba” suspiro suavemente, cuando William le tendió la mano, Beru la tomo con sus dos manos y comenzó a analizarla como su buscara algo, luego volvió a reír suavemente, william volvió a poner esa cara graciosa cuando trataba de hablarle , “¿ir al barco con ellos?”, pensó suponiendo que eso le decía, o al menos lo que lograba entender, “ir... o quedarme a que el Jabalí quiera golpearme... y lo hará, lo sé....”, Tomo la mano de william levantandose, miro a Fenrir y sonrió – Fen... Feeeeeee...Fenrir- logro completar el nombre del muchacho - ¿Jūs esat? ? - pregunto, aunque sabía que no se daría a entender “ Sé que me es familiar... sé que he visto a alguien o algo así... pero a la vez no lo es” pensaba mientras no le quitaba la mirada de encima.

-¿Qué idioma hablas? - dijó Fenrir, Beru lo miro algo desconcertada “ ¿Que demonios quiso decirme?”, desvió la mirada nerviosa  tratado de recordar y de asimilar palabras tratando de buscar significados y respuestas, mientras caminaban hacia el barco
« Última modificación: Agosto 13, 2010, 04:45:59 pm por Phoenix »
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Amdukia

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« Respuesta #20 en: Agosto 10, 2010, 03:59:58 am »
Jake H.M, Y el pequeño Bel, “Black Beast” a las costas de Ixpatill, 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

Haciendo las labores de un grumete apeticion de William, trata de olvidar lo sucedido mientras ve los daños insignificantes en la cubierta.
   Fenrir desembarca y a lo lejos ve a Will con una niña -Maldicion, creo que falta Bel y yo, odio bajar-mientras pensaba esto. Belphegor se le acercaba algo huraño –bueno así que quedamos nosotros, cuidaremos del barco,  y además hay que arreglar la vela que ha quedado tirante de un costado, retrasémonos, ya que también odio bajar-
Jake le sonríe respondiendo:  bajaremos de todas formas pero tengo una mala impresión de lo anterior, estoy seguro de ver la tierra moverse como una hoja sobre el agua. De una o otra tendremos que recorrer la cos…ha! ¡pero mira! creo que vienen de vuelta y traen a alguien, si es una... – ¿y para que, ¿quien es? bueno bajare a guardar las cosas para estar listo mas tarde-el pequeño Bel le interrumpe mientras bajaba a la cámara…Y Jake se queda detenido mirando como se acercaban al barco, mientras se acomoda la visera de su sombrero tapando el lado izquierdo de su rostro…
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Amdukia »
Despierta el espíritu, creando un laberinto con más de mil salidas... “Exploradores de las regiones del más allá de los sentidos; demonios para unos, ángeles para otros” pinhead

Glaviar

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« Respuesta #21 en: Agosto 11, 2010, 05:49:02 am »
Selva de Itzi, costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC, Atardeciendo.

Los dos extraños individuos y Kadar llegan a una playa que se encuentra a unos treinta metros más al sur del campamento que había montado éste en el transcurso del día. Al llegar a la playa, el sujeto de nívea piel se aleja unos metros de Kadar y de su compañero para contemplar en el horizonte la puesta de sol, la cual estaba siendo interrumpida por nubes pasajeras de tonalidades violáceas y rojizas que obscurecían a momentos los cielos. Las estrellas comenzaban a ser visibles al ojo humano.

Antorcha perpetua, no serás obscurecida por pasajeras nubes. Tu poder se prologará en aquellos que cultivan tu enseñanza ígnea.

Mientras el extraño sujeto de ropajes negros profería esto, Kadar dejaba su mochila sobre la blanda arena. Se equipa con un yelmo de diseño estigio y empuña un gran mandoble de igual procedencia, que agita en el aire para ejercitar algunos movimientos. El sujeto de tez blanca dirige su voz a Kadar, aunque sin voltearse ni mirarlo, y le dice: ¡Prepárate, que no seré condescendiente! El iris rojizo de sus ojos se iluminaba con los tenues rayos del atardecer. De pronto, el aire se rarifica en torno a éste, tornándose denso; Sin embargo, a cinco metros de él, Kadar no lo nota.

El tipo con aspecto de felino aún porta en la mano el sable y su rostro sigue expresando preocupación. Parecía como si supiese de antemano los acontecimientos que acaecerían.

De un instante a otro, Kadar se abalanza con un rápido movimiento sobre su adversario, quien aún permanecía de espaldas a él. Lanza un potente golpe ascendente con su mandoble, deslizando el filo de su espada por la arena, la cual era desplazada hacia los aires sin oponer resistencia alguna. A pesar de la prodigiosa maniobra, Kadar no pudo asestar en su oponente, tal vez por alguna especie de milagro, ya que éste no se movió un ápice de su lugar. Desde su posición el extraño sujeto le dice: Una jugada sucia por la espalda. Aquel no tarda en responder: Tú dijiste que me preparara, tómalo como un saludo -sonríe Kadar de forma irónica.

El sujeto de inmaculada piel y oscuro cabello gira con una velocidad inusitada, sorprendiendo a Kadar. En ese momento, brota de sus blanquecinas manos una llamarada que, aunque débil, alcanza a herir levemente al imponente hombre. Kadar nunca había visto semejante artilugio, sin embargo permanecía frío y atento al combate: ¿Qué pasó con lo de “jugadas sucias”? Dice esto mientras sacude sus brazos y su torso. El desconocido sujeto le responde: ¿Jugadas sucias? Pues será una de frente.

Dicho aquello, Kadar se dirige vertiginosamente hacia él con la clara intención de propinarle un golpe con el mandoble. Nueva y sorprendentemente el arma no puede siquiera tocarlo, chocando ¡con el aire! La expresión de Kadar era de una inusitada sorpresa, ¿podía acaso estar pasando eso? El extraño tipo se prepara moviendo sus brazos y sus manos como si quisiera ejecutar una maniobra, sin embargo, nada ocurre. En su rostro se observa muy sutilmente una expresión de frustración y exclama en voz baja: ¡Maldición! Acto seguido, vuelve a intentar la maniobra moviendo con gran destreza sus brazos y sus manos: brota esta vez fuego de ellas, y una llamarada algo mayor que la anterior se cierne sobre Kadar, hiriéndole. En el interior de su yelmo y de su coraza, Kadar podía sentir como la piel ardía como brasa. El blanquecino humanoide le dice: ¿Qué pasa? ¡A combatir!

Kadar advierte lo adverso de la situación y extendiendo su brazo derecho, abre la mano y exclama: Veo que tienes buenos trucos.... Creo que es hora de que nos pongamos algo más serios. El desconocido de ropajes negros lo mira con extrañeza, pero en actitud de espera: parecía esperar algún movimiento extraordinario. Fue entonces cuando algo con forma de bala emerge de la palma de la mano de aquel fornido hombre, proyectándose en dirección al sujeto de rutilantes ojos rojizos. La expresión de este último permuta a asombro cuando aquello ocurre, y en una veloz maniobra extiende sus brazos… la bala, que efectivamente era una, choca en ‘algo’, como si de una barrera invisible se tratase, enterrándose en la arena con inusitada violencia. Ni el sujeto de tez blanca ni su compañero podían creer lo que había sucedido, sus caras reflejaban el asombro de un acontecimiento insólito. Brillaban los ojos del adversario de Kadar, como si la excitación se hubiese apoderado de él.  

Sin perder el tiempo en cavilaciones sobre aquel derroche asombroso pero inútil, Kadar detiene un ataque de su poderoso rival: sentía en cada fibra de su cuerpo que estaba siendo protagonista de un combate sin parangón. Su adversario ya había desenfundado una espada de considerables dimensiones, de tonalidad plateada con matices caoba, un espada singular sin lugar a dudas. En ese momento, el blanquecino sujeto realiza una maniobra con aquella magistral arma, que es detenida asombrosamente con el antebrazo derecho de Kadar.

Acto seguido, Kadar reacciona extraordinariamente: en fracción de segundos logra ver un punto ciego en su defensa, y aplica un movimiento con el cual empuja a su rival, balanceando el peso de su cuerpo hacia delante con el colosal mandoble. El golpe propinado por Kadar hace que su contrincante caiga ferozmente en la arena.

A unos metros del combate, el sujeto con aspecto de felino mueve impacientemente el sable, así como también su extraña cola. Está de pie, y con una aturdida expresión contempla la pelea. Mira a ratos hacia la selva, aunque su actitud no es de huida, tal vez de espera.

Kadar se encontraba de pie junto a su rival caído. Su mandoble era mecido por su mano, cual balanza que determinaría el destino de los eventos. Con ambos brazos blande la espada para asestar el golpe de gracia, mas la habilidad de su oponente le permite en un abrir y cerrar de ojos cubrirse con la espada que todavía sostenía en su mano. Aún derribado, no parece rendirse: en sus ojos se divisa la férrea convicción de un guerrero que no se daría por vencido.

Kadar intenta asestar un golpe más, que el extraño sujeto evita desplazando su cuerpo sobre la arena. Nuevamente lanza su brutal espada, la cual logra herir el rostro níveo de aquel tipo. Inmediatamente el rostro empieza a generar una extraña reacción, dejando una herida horrible en la carne. Los ojos del blanquecino humanoide estallan como dos llamas, y en un santiamén se incorpora y asesta un increíble golpe ascendente y cruzado con su espada.

Tal fue la fuerza de aquel impacto, que logra atravesar la reluciente armadura estigiana de Kadar, haciendo volar pedazos de ella por los aires. Kadar se resintió: esta vez había sido herido en el abdomen. Mira la hendidura en su armadura y observa como la sangre brota por la herida; a pesar de ello, su actitud impetuosa y su brío aún lo mantienen en el combate.

¡No sigas, ya no tiene caso! -dice el desconocido sujeto. Kadar empuña su mandoble con ambas manos en posición de combate.

El cielo da paso progresivamente a una noche estrellada, la luz del sol se hace cada vez más débil.  

El blanquecino sujeto atisba un golpe descendente con su poderosa espada, un golpe que a todas luces era mortal: sin embargo, y con una determinación infalible, Kadar bloquea el impacto nuevamente con su brazo derecho, protegiéndose de una muerte segura. El impacto logra dar igualmente en Kadar, quien se resiente del golpe. ¡Es increíble que aun tengas fuerzas para resistir! No te preocupes, esto acabará pronto. -dice el desconocido sujeto.

Como si leyera los movimientos de Kadar, el sujeto de tez blanca impacta nuevamente con su espada. ¡Ríndete! -exclama. Si no te rindes ahora, quedarás agonizando con el siguiente golpe. Kadar mira hacia el sujeto con aspecto de felino, quien mueve la cabeza como indicando que no debe continuar luchando.

Kadar detiene sus acciones y clava la colosal espada estigia en la arena para apoyarse en ella. Permanece un rato en esa posición y comienza a reírse a carcajadas, sonríe finalmente y dice: Bien, lo admito, eres más fuerte que yo… Pero, soy un mal perdedor, así que ten por seguro que te retaré nuevamente, luego de que cumplamos tu “misión”. Acto seguido, Kadar recoge todo los pedazos de armadura repartidos en el suelo y la bala de hierro que se encontraba incrustada en la arena.

Luego de eso, el sujeto de piel blanca se reúne con su compañero y le dice algunas cosas, en tanto Kadar se sienta contra su mochila, retira su yelmo y la armadura y revisa sus heridas: contusiones varias, un corte en la región abdominal, además de algunas quemaduras en la cara por el abrasivo calor del yelmo en contacto con el fuego. Venda la herida abdominal con un trozo de su capa, apretando los dientes en el momento que oprime la carne.

Kadar se dirige posteriormente hacia donde se encuentran los dos sujetos y le dice al tipo de rostro blanco en un tono serio, lo siguiente: Después de esta lucha podrías decirme al menos tu nombre, ya que seremos compañeros después de todo. Después de oírlo, el extraño individuo se ríe y señala: Jajaja, está bien. Su compañero le replica -Pero… -¡A callar! -le responde aquel. Dirigiéndose a Kadar, manifiesta lo siguiente: detuviste dos de mis mejores golpes efectuados con esta poderosa espada sólo con tu brazo y lograste hacerme esto en el rostro -apuntando la herida grosera que tenía en su cara- Me dejó impresionado además aquel proyectil que salió de la palma de tu mano… Pues bien, te diré mi nombre si me revelas qué hiciste para detener aquellos golpes, y además, hacer aparecer una bala de tu mano. Mientras dice esto, y luciendo una artero gesto en su herido rostro, ríe nuevamente. De acuerdo -dice Kadar-, pero sólo te lo diré a ti… te invito a la pequeña nave que se encuentra un poco más allá. -Kadar señala la dirección.

El individuo de nívea piel mira a su compañero con fulgurantes ojos y con una temible expresión le dice: Quédate aquí hasta que yo vuelva. Su compañero sin responder y con una mirada solícita y dócil se sienta sobre la arena. Aquel sujeto y Kadar se marchan caminando por la playa en dirección norte.

En tanto, la oscuridad se va apoderando completamente del lugar, mientras el sonido de las olas del mar colma el silencio de la noche.
« Última modificación: Agosto 31, 2010, 08:38:20 pm por Glaviar »
\"La tristeza no vuelve inteligente. En la tristeza estamos perdidos. Por eso los poderes tienen necesidad de que los sujetos sean tristes. La angustia nunca ha sido un juego de cultura, de inteligencia o de vivacidad.\"

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Shen

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« Respuesta #22 en: Agosto 13, 2010, 05:30:34 am »
Kadar. Selva de Itzi, costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC, Crepusculo.

Kadar se dirigió a su mochila, y cogió algunos utensilios, (un iniciador de fuego y una gran manta de  cuero.) vio a su  nuevo camarada  a los ojos y se dirigió hacia el barco, en el camino cogió algunos palos de la fogata que había preparado previamente.
Al llegar al barco camino tras el ocultado tras su sombra tiro los palos y  encendió una pequeña fogata
Se sentó en el suelo y comenzó lentamente a sacarse la armadura y parte de sus ropas mientras lo hacía dijo:

Créeme que en otras circunstancias  seria más reservado en cuanto a esto…pero  por alguna razón  me pareces confiable, (ríe para sí mismo), por otra parte quizás te parezca algo estúpida esta pregunta, pero ustedes no son humanos verdad?
Y qué diablos  fue lo que hiciste para tirar fuego por tus manos y parar mi mejor golpe, jamás vi a alguien realizar tal hazaña,  jajaj disculpa tantas preguntas, pero soy como un niño  cuando se trata de las batallas, y tu as llamado mi atención…


Al terminar de desvestirse, Kadar dejo su torso desnudo, se podía ver pese a la tenue luz  el pedazo de capa con el cual tapaba su reciente herida, y  comenzó lentamente a sacar una especie de envoltura de cuero que cubría sus dos brazos y al terminar extendió su brazo derecho, lo extendió y dijo.

Este es mi secreto…

Se trataba de un brazo metálico, que relucía con tenues matices azules, se podía ver que su tecnología era elevada y que   realmente era un objeto bastante extraño.

No me preguntes de donde lo saque, o que es, porque no tengo idea,   por alguna extraña razón solo tengo recuerdo de mi último año de vida
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Shen »

Glaviar

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« Respuesta #23 en: Agosto 13, 2010, 07:01:10 am »
Selva de Itzi, costa noroccidental de Xiappv, 26 de julio de 957 DC, Crepúsculo.

El individuo de oscuros ropajes y blanca piel se sentó sobre la arena, aunque en su expresión no se observara atisbos de relajación. Mostraba en su mirada la severidad de alguien que no se perdona un error.

Créeme que en otras circunstancias seria más reservado en cuanto a esto… pero  por alguna razón me pareces confiable (ríe para sí mismo), por otra parte quizás te parezca algo estúpida esta pregunta, pero ¿ustedes no son humanos verdad?

Desearía no hablar de ello. – Su expresión no mostró signos de alteración.

Y qué diablos fue lo que hiciste para tirar fuego por tus manos y parar mi mejor golpe, jamás vi a alguien realizar tal hazaña, jajaja disculpa tantas preguntas, pero soy como un niño cuando se trata de las batallas, y tu has llamado mi atención…

Lo mira por unos segundos con una expresión un poco menos rigurosa, y comenta: digamos que es parte de mi habilidad y arte más propio. Yo diría que es un regalo con el que me han favorecido fuerzas supremas y voluntades perfectas, desconocidas para mí -en ese momento, sus ojos brillaron tenuemente en la obscuridad de la noche-, que han trazado mi destino.

Este es mi secreto…

El misterioso individuo no dejaba de observar aquella pieza pulida y reluciente que Kadar acababa de revelar.

No me preguntes de dónde lo saqué, o qué es, porque no tengo idea, por alguna extraña razón sólo tengo recuerdo de mi último año de vida.

Después de decir esto, el desconocido sujeto se levanta raudamente, como alguien que recuerda algo importante de modo repentino, y con una actitud formal, fría y distante, le dice a Kadar:

Tengo que irme… pero antes te diré lo siguiente:

Tu misión consistirá en recorrer la selva y buscar a alguien. Es imperioso que puedas localizarla dentro de cinco días y la traigas hasta este lugar. Cuando regrese donde mi compañero, le diré que te dé su descripción y te guíe por la selva para facilitar la búsqueda. Será mejor así.

Sin ablandar sus gestos ni su mirada, dice finalmente:

Mi nombre es [las palabras que emite son impronunciables], pero puedes llamarme Lekter…

Lekter Dargt.

Dicho esto, Lekter se retira del lugar.
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Amdukia

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« Respuesta #24 en: Agosto 13, 2010, 08:53:54 am »
Jake H.M, “Black Beast” a las costas de Ixpatill, 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

Jake estiro su cabeza para mirar más de cerca a la nueva amiga de los filibusteros quien los considera como sus mejores amigos o camaradas, él podía confiar en ellos mas que en si mismo, es lo que pensaba.
-¿Y  de quien es el tesoro esta vez?- lo dice con tono de burla mirando a William  y a la joven extraña.
-Recuerda que las mujeres a bordo atraen las tempestades…jajaja, algo que no vendría nada mal con lo sucedido anteriormente, jajaja!-  
Su risa se escuchaba mezclada con sonidos de metales retorciéndose bajo su ropaje.

La miraba con curiosidad, inspeccionándola solo con uno de sus ojos cubriéndose el otro con su gorro, mientras escucha a Fenrir preguntarle -¿Qué idioma hablas? –

Así que no habla nuestro idioma, jajaja, Que recuerdos, es igual cuando estábamos bajo el mando del Valiente Bartholomew. Con varias naciones bajo una misma bandera, en un principió parecía un caos pero en realidad era la mejor comunicación de toda Gaia…

Al recordar este momento nostálgico para él, le dice a William. -Hasta el momento no hubieron daños mayores al navío, así que espero nuevas ordenes- Se lo dice Sonriendo aunque No se ve en su rostro, en parte cubierto, lo consigue expresar en su tono de voz.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Amdukia »
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Barack Aurum Draco

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« Respuesta #25 en: Agosto 13, 2010, 08:53:54 pm »
William Ward, Costas de Xiappv (Ixpatill), 27 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), al filo de la medianoche.

-¿Y  de quien es el tesoro esta vez?-

- Vete al demonio Jake. Por cierto, preparemos todo para cenar... muero... digo, morimos de hambre - Le dijo a su tripulación mirando a Beru.

William Ward, Costas de Ixpatill, 28 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), Madrugada.

Habían comido, bebido y cantado. Cuando hubieron terminado, tomó la mano de Beru y la condujo a su cuarto. Abrió la puerta y sin dirigirle la mirada le dijo: - Pequeña, dormiras aquí por hoy. Este es mi camarote, así que nadie te molestara... esperó puedas dormir tranquila. - Sacaba una manta y una lona de una mochila que estaba tirada en una esquina. - Si me necesitas... Pues, estare en cubierta... - Le dijo sonriendo. - Que idiota que soy... de seguro no entiendes nada de lo que digo. Bueno, me largo... que descanses - Tocó la cabeza de la chica mientras salía por la puerta.

Avanzó con paso seguro hacia cubierta. La noche estaba bellamente estrellada y la luna resplandecía con fulgor inusual, corrían suaves brisas de un lado al otro. Puso la lona cerca de uno de los mastiles y se arruyó con su manta. Estaba deseoso de bajar a la isla, talvez... sólo talvez encontrará la ciudad legendaria.

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« Última modificación: Agosto 26, 2010, 07:21:38 pm por Barack Aurum Draco »
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Nindalf Firodes Troscard

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« Respuesta #26 en: Agosto 15, 2010, 02:25:13 pm »
Fenrir Greyback, Costas de Ixpatill, 28 de julio de 957 DC (16 de noviembre de 989 DC), madrugada.

Fenrir, después de la cena se fue a su camarote a descansar un poco.

Despertó a mitad de la noche, estuvo un rato contemplando el techo de su recamara y luego se levanto, fue a revisar si estaban bien anclados a la costa, y salio a cubierta para mirar el cielo en caso de que se avecine tormenta, y encontró a Will sentado junto al palo mayor- debe de tener frío, ese idiota caballero -pensaba esto mientras entraba nuevamente para llegar a la cocina y tomar una de las botellas de ron que había en la despensa, nuevamente subió y se acerco al capitán.

¿Tienes insomnio, o no te dejaron entrar a tu propia habitación? –Fenrir levanto la botella y tomo un poco, alegremente miro a William para ver la cara que había puesto después de su broma extendiendole su botella-
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Nindalf Firodes Troscard »
Puede que en algun momento se malinterprete lo que diga... en el caso de hacer daño... lo siento no es mi intencion...ser sincero es mi esencia...(y cuando quiera hacer daño lo dire...jajajajajaja...)

Phoenix

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« Respuesta #27 en: Agosto 15, 2010, 10:08:32 pm »
Azira Akisame, Selva de Itzi, interior de Xiappv, cerca de la costa sur, 27 de julio de 957 DC, medianoche.

La velada de la cena con su nueva compañía, había transcurrido con “normalidad”, Beru sonreía y aunque confusa, se sentía bien, aunque algo incomodaba su ser, lo deshecho, la curiosidad de los seres que la rodeaban eran más grande, durante todo el transcurso de la velada sus ojos divagaban entre Fenrir y Jake, el sonido repentino de metal proveniente de Jake la alertaba, pero además Fenrir la desconcertara, ya que no era nada de lo que había visto en ni ningún ser con los que había vivido se parecía y a la vez era diferente a ellos, durante todo el tiempo  que duro la cena los ojos de Beru divagaban entre estos seres.

Al acabar, William, tomo de la mano a Beru conduciéndola hacia el camarote, en donde la dejo, Beru, respondió con una sonrisa ante aquella amabilidad que reconocía y luego de que William desapareciera por la puerta la cerro con suavidad y comenzó a recorrer la habitación, objetos varios que llamaban la atención de Beru fueron victimas de sus análisis curiosos, luego dejados en donde estaban, minutos después, Beru fue hacia la ventana en donde se dejo caer al suelo sentada frente a ella, miro El cielo nocturno y se concentro en las estrellas “lo siento… me volví a perder… pero no estoy sola he … me he encontrado con estas personas y…” sus pensamientos se acallaron y esa inquietud que había experimentado antes volvió , sacudió su cabeza tratando de desechar aquel sentir, “no… no son como ellos… y él… me dejo este lugar… no, no son iguales..”, Beru se levanta con rapidez comenzando a sentirse ansiosa, camina por la habitación sin comprender exactamente que ocurría, miro a su alrededor e imágenes de recuerdos pasados agolparon su mente, tomándose la cabeza volvió a echarse al suelo angustiada “¡No!, ellos no son así!… y si no… y si se que no… ¡¿Qué rayos me pasa?! “, De pronto una lágrima apareció en uno de sus ojos, y rodó por su mejilla -Ademaro…- susurro con tristeza llamando a quien no le respondería, conciente de ello, Beru suspiro y respiro hondamente sin abandonar su posición, con los ojos cerrados agachada en posición fetal, luego de unos minutos, más tranquila, se da cuenta que el temor y la inquietud estaban, al parecer, infundadas. “ no sé porqué.. Debo dejarlo estar… ya sabre…¿verdad? “, quitando sus manos de su cabeza y elevando levemente la mirada, la habitación que le había parecido oscura y grande volvía a verse como cuando William la dejo en ella “ no me preocupare, no sé nada, no los veo como a ellos… William y los demás son diferentes… ¿verdad?… si,… lo son… deben de...” suspiro mientras caminaba hacia la cama “ no quiero volver a pensar… si algo pasa… ya veré que hago… Olvidare esto…” continuo pensando mientras se acomodaba sobre la cama con la mirada en el techo “no seguiré pensando en esto… o… eso espero” Azira cerro los ojos esperando a que el sueño y el olvido llegaran a ella.
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Phoenix »
Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.

Albert Einstein

Barack Aurum Draco

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« Respuesta #28 en: Agosto 22, 2010, 12:42:06 am »
William Ward, Costas de Xiappv (Ixpatill), 28 de julio de 957 DC (15 de noviembre de 989 DC), Madrugada.

¿Tienes insomnio, o no te dejaron entrar a tu propia habitación? –Fenrir levanto la botella y tomo un poco, alegremente miro a William para ver la cara que había puesto después de su broma extendiendole su botella.

William extendió su mano y tomó la botella de ron, se llevó la botella a la boca y dio un sorbo, no muy largo, no muy corto... solo un sorbo. Se arruyó lo mejor que puedo con su manta mientras le decía a su amigo: -Ni lo uno ni lo otro, amigo. Si me hubiera querido quedar en mi habitación lo hubiese hecho, pero sabes que las damas han de dormir solas en sus camarotes... no soy un puto depravado. - Sonrió intentando que el frío no le afectara y se llevo otra vez la botella a la boca.

- Tengo el presentimiento de que lo que buscamos esta aquí. Esperó así sea, sería una linda forma de que Bartholomew descansará en paz... Bueno, brujo de mierda, ve a tu cuarto y descansa... estudia o lo que sea que hagas en las noches con tu falta natural de sueño. Yo debo dormir y sabes que salvo en mi camarote y cubierta, no puedo dormir en otros lugares del barco. - Le regresó la botella sonriendo. Cerró los ojos intentando conciliar el sueño, pero su mente iba una y otra vez a la ciudad formada de cristal que podría estar cerca.

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Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente.
« Última modificación: Agosto 26, 2010, 07:22:08 pm por Barack Aurum Draco »
\"El poder del hombre no radica en lo que puede hacer por sí mismo, sino en lo que su voluntad obliga a hacer a los demás\".

Nindalf Firodes Troscard

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« Respuesta #29 en: Agosto 23, 2010, 11:56:48 pm »
Fenrir Greyback, Costas de Ixpatill, 28 de julio de 957 DC (16 de noviembre de 989 DC), madrugada.

Tengo el presentimiento de que lo que buscamos esta aquí. Esperó así sea, sería una linda forma de que Bartholomew descansará en paz... Bueno, brujo de mierda, ve a tu cuarto y descansa... estudia o lo que sea que hagas en las noches con tu falta natural de sueño. Yo debo dormir y sabes que salvo en mi camarote y cubierta, no puedo dormir en otros lugares del barco. - Le regresó la botella sonriendo. Cerró los ojos intentando conciliar el sueño.

Tienes razón, Bartholomew lo hubiese querido así, pero vete a dormir a mi camarote, hoy no tengo ganas de proseguir mi experimento, me falta inspiración, de todas maneras no tengo sueño, y seguiré con la guardia de esta noche… pero cambiando de tema, me parece algo extraña la chica que recogiste esta tarde… me da un mal presentimiento todo esto –terminaba de decir esto para llevarse la botella a la boca y dar un sorbo de ella-
« Última modificación: Enero 01, 1970, 01:00:00 am por Nindalf Firodes Troscard »
Puede que en algun momento se malinterprete lo que diga... en el caso de hacer daño... lo siento no es mi intencion...ser sincero es mi esencia...(y cuando quiera hacer daño lo dire...jajajajajaja...)