Sábado 26 de Mayo de 2007, Avión Internacional, 14:00 horas

Llegaba la hora de almuerzo en el avión que tenía como destino Madrid, y un hombre de no mas de 30 años, de tez blanca que revelaba algunas marcas de lo que parecia una alergía cualquiera, quizás marcas de acné, bajo para la gente de su destino: España, promedio para la gente de donde el venía: Chile. Quitaba la vista de la azafata entregando un plato que no parecía muy apetitoso:

- "Gracias" - mientras retiraba la mirada.

De pronto sus ojos se posaron en el cielo que cada vez se oscurecía más, al estar más arriba de las nubes se podía apreciar lo que parecia:

- ¿Un Eclipse? - preguntó al compañero de asiento, pero un hombre dormido poco podía comentar - "...mmm...genial" -

Sábado 26 de Mayo de 2007, Aeropuerto Internacional de Madrid, 17:30 horas

Al terminar el suceso estelar Javier se dio cuenta que ya habia llegado a Madrid y luego de retirar su equipaje y asegurarse de que no olvidaba nada decidió pasar por la cafetería del aeropuerto

- "Debo avisar a Pia y Sam que llegué, sino no cacharé* nada, pero primero unas papas fritas" - Pensó mientras se dirigía a su objetivo: las Lay´s del mostrador, una larga fila le esperaba, al parecer todo el avión sintió hambre - "Debí demorarme menos en sacar las maletas" -

*Modismo Chileno que en este caso significa: "entenderé"

Domingo. Habitación 332 del Hotel Thuras. Madrid. 14:00

Dolor de cabeza... hormigueo en los pies... sensación pulsante en la sienes... habitación desconocida... el tacto de la piel de alguien desconocido y su aliento en la nuca... momento de pánico mientras los ojos se abren y reafirman la suposición: no recuerdo dónde estoy.

Parece ser la habitación de un hotel, con cuidado me levanto y miro para ver la cara de mi acompañante. Una breve oración para que, al menos, no sea alguien del trabajo... Mi suspiro de alivo es audible, es una total desconocida, y que está muy bien, por cierto.
Sonrío por mi buena suerte y eso provoca una ráfaga de dolor en mi cerebro. Apenas recuerdo nada, solo que cuando salí de casa tenía unas ganas enormes de divertirme, por primera vez en meses, por primera vez desde que mi ex mujer... el pensamiento se corta cuando mis pies se ponen en marcha a toda velocidad hacia el baño y vomito todo lo que tengo en el estómago en el retrete.

Media hora más tarde la chica ha salido, parecía extrañada. No es raro, es mucho más guapa que yo y se nota que su posición social también es superior. Yo me quedo aprovechando que al parecer la habitación está pagada todo el día. Tras escuchar las noticias y tomar nota de ir a visitar la exposición de Isaac Méndez cierro las persianas y me dedico a pasar la tarde a oscuras con mi resaca...

Lunes 28 de mayo, Paseo del prado

Jonah caminaba tranquilamente por el paseo, ahora entendia en parte la expectacion levantada por la propietaria del museo para evitar que talasen los arboles y esa clase de temas ecologistas... se estaba bien en pleno madrid con 30 grados calentando el asfalto pero con una amigable sombra de arbol donde resguardarse.

Y en ello se encontraba, en resguardarse bajo un arbol.... pantalones cortos, camisa de mangas cortas, una gorra... las gafas algo sucias... parecía un maldito turista que se rascaba con desden la mal afeitada barba mientras esperaba a que la taquilla del museo abriese.

Bueno, al menos la vista era buena, las mujeres que pasaban cerca tambien iban ligeritas de ropa.... sobretodo las que iban de uniforme, las guias del museo. Desechando esta clase de pensamientos, se acercó por fin a la puerta del thyssen con la mirada perdida y evitando el contacto con la gente.

Lunes 28 de mayo, Paseo del prado. Mediodía.

Era día de trabajo y, tras la resaca del día anterior se levantó con la cabeza espesa. Empeza a tardar más en recuperarse, la edad... Pensó si ir al trabajo o no, una vez más. Se enfadó consigo mismo porque sabía lo que haría.

Una hora más tarde estaba ante su ordenador en su escritorio de su pequeño y más que humilde despacho en la enorme planta destinada a asuntos legales de la Rhusta Corporation, una gigantesca multinacional germana recientemente instalada en la capital de España.
Su enfado había ido aumentado poco a poco y se encontraba realmente cabreado* cuando entró una secretaria a buscar unos informes. Apenas le dirigió la palabra pero, en cuanto ella salió escuchó unos gritos, cada vez más altos y luego un golpe sordo. Salió del despacho y vio a la secretaria en el suelo, sentada encima de una compañera y tirándole del pelo y abofeteándola.
En el caos subsiguiente el jefe de sección le dio el resto del día libre por haber logrado separar a las dos mujeres con solo dos arañazos en el brazo, con órdenes explícitas de no comentar lo ocurrido.

Así, de esta forma, a las 12 del mediodía se bajaba del taxi y sumergía en la marea de seres humanos que había en los alrededores del museo, turistas, paseantes vecinos que disfrutaban del ambiente y del verdor y los inevitables carroñeros a la búsqueda de carteras poco vigiladas.

Tropezó sin querer con un tipo con gorra que parecía abstraído en su mundo y se disculpó de manera automática sin apenas mirarle a la cara.
Lo siento, ha sido culpa mía.

Una vez dentro lo que vio le llenó de asombro. Los cuadros eran de marcada tendencia realista, pero con una aire a estética de cómic que por momentos le recordaban a Andy Wharhol. Sin embargo, la temática era algo totalmente opuesto. La mayoría de las obras versaban sobre catástrofes, autobuses incendiados, choques de trenes, un avión accidentado. Cuanto más tiempo pasaba mirando más le gustaba lo que veía y se estaba preguntando si el autor estaría en la exposición para preguntarle el por qué de su obra cuando su mirada se posó en un cuadro que lo dejó mudo de asombro. No por ser de mejor calidad del resto o más expresivo si no porque el protagonista... ¡¡era él!!

Justo el último de una fila, situado en una esquina, el cuadro lo mostraba con un arma, en lo que parecía un restaurante chino, mientras el resto de comensales estaban arrodillados a su alrededor como si lo estuvieran adorando, sin temer el que estuviera armado. Sin embargo él parecía estar ignorándolos y su mirada se centraba en algo fuera del cuadro.

Se percató que tenía la boca abierta y la cerró pero su incredulidad y asombro no tenían límite, a la par que su fascinación por lo mostrado en el cuadro. Podría ser una simple coincidencia y que el protagonista se pareciera a él, pero es que el traje que llevaba, la corbata, el llavero, el pin que siempre llevaba fuera del trabajo, todo coincidía.
Estaba tan absorto y concentrado en el cuadro que ni se percató de que más gente miraba el cuadro.

*cabreo. Modismo español. Enfado que suele ser visible.

Lunes 28 de mayo. Interior del Múseo Thysen. Exposición de Isaac Méndez . Mediodía.

Alguien le habia empujado y a duras penas habia cogido las gafas al vuelo, !y despues se habia ido tan ancho¡ desde luego la gente ultimamente no tiene ni educacion. Ni siquiera le habia mirado a la cara al disculparse.

Nada... a limpiar las gafas y a ver la exposición, que remedio....

Los primeros cuadros eran un tanto corrientes, mas de lo mismo, dibujos sin sentido alguno pero con cierto "encanto" que hacia que la gente se reuniese a su alrededor para comentar en corrillos los matices de la obra. Pero a medida que Jonah se paseaba por el museo, su intereses por los cuadros comenzó a aumentar, sobretodo al ver uno bastante curioso.

- ¡Este es el tio que me a empujado! - que dijera eso no tenia importancia, lo raro es que lo decia señalando un cuadro de la exposición y la gente a su vez le señalaba con el dedo a él.

La cuota de estupidez diaria estaba cumplida, habia vuelto a hacer el ridiculo publicamente ¿y que? ¡estaba seguro de que era el tio que le habia empujado! Bueno, da igual... habria que seguir paseando, o no veria la coleccion completa.

29 de Mayo. Hogar, dulce hogar.   Algun momento de la mañana

Tumbado en la cama sin demasiadas ganas de levantarse, Jonah recordaba lo sucedido el dia anterior y realmente por mucho que pensara en el asunto no encontraba una explicacion logica a todo aquello.

Deambulando por la exposición casi se da de bruces con un guardia de seguridad que paseaba por la sala. Cuando iba a recriminarle su actitud, vio el cuadro.

Unos minutos después, Jonathan salía disparado del museo con el rostro preocupado. No le gustaba lo que había visto. Tenía que pensar.

Los cuadros no tenian nada de especial, aunque su estilo era bastante particular.... no obstante un par de esos cuadros si que le habian llamado la atencion.

Volvieron a empujarle, un guardia de seguridad que paseaba distraido por  la sala y que ademas tenia cara de pocos amigos, esta vez pensaba decir bien claro lo que pensaba acerca de la eduacion de la gente, pero cuando iba a abrir la boca, su mirada se posó en unos de los cuadros y  olvidandose del asunto tuvo que acercarse para comprobar que sus ojos estaban en lo cierto y le no engañaban.

- Jod.... - solo pudo decir media palabra, la impresión de verse a si mismo en un cuadro ajeno con toda clase de detalles le habia dejado lo suficiente mente asombrado como para no saber que decir o hacer.

En el cuadro estaba en una especie de restaurante chino, de pie, con las manos en la cabeza y detras de una mujer que parecia estar bastante asustada. Por alguna razón su alterego miraba directamente hacia afuera del enfoque del cuadro, como observando algo o a alguien.

Encima de una mesita habia una pequeña estatua de algo color verde, parecia una especie de lagartija tallada en piedra o algo parecido....

- Vaya, lleva diez minutos el tio este mirando el cuadro, a ver si se quita ya de una put...- Jonah se dió la vuelta y se encontro de cara con una pareja joven, el chico era el que parecía haber hablado.

- Oye, perdona, esto es un sitio publico, eso que has dicho a estado fuera de lugar -

La posible "novia" del chico replico con un  "pero si no a dicho nada" y mas tarde jonah la escuchó añadir "imbecil" pero sin embargo no le vió abrir la boca. De nuevo el guardia de seguridad.... ¡y le preguntó a la pareja si jonah estaba molestandoles! mejor seria salir del museo de una maldita vez....

Había bastante gente en la entrada, todos "hablando" al mismo tiempo, Jonah oía algo parecido a susurros en el interior de su cabeza, palabras ininteligibles que se entremezclaban y poco a poco iba subiendo el tono hasta parecer un concierto de heavy metal.

Lo raro era que parecía que todo estaba "dentro"  de su cabeza, mirase a quien mirase no parecia coincidir la conversación con el movimiento de sus labios. ¿se estaria volviendo loco? Tapandose los oídos se marchó corriendo a casa pensando en tomar un par de aspirinas, acostarse y llamar a un psicologo a la mañana siguiente....

.... y en eso se encontraba, en la mañana siguiente, vagueando en la cama. Al menos parecia que ya no oía voces, quizas fuera solo producto del cansancio, o una pequeña insolación.

Luego llamaría al psicologo a ver...

29 de Mayo. Apartamento prestado.madrugada

Se despertó sudando en la cama, lo habia vuelto a soñar. Desde aquel fatídico dia a veces volvia a soñar con la situación que lo habia dejado con una baja temporal obligada.

Se levantó para ir a por un vaso de agua, pero entonces vió que tenia un corte en el brazo. Tras esto cogió el primer objeto contundente que tenia cerca (el soporte de la luz de la mesita de noche) y examinó el piso en busca de algo fuera de lo normal.

Al estar un rato sin encontrar nada y comprobar que estaba todo cerrado, se fué al botiquin del lavabo para curarse la herida.

Una vez con la venda en el brazo se sentó en una silla de la habitación y no pudo dormir mas.

29 de Mayo. Apartamento prestado.mañana

Con el Sol ya iluminando hacia rato y al ver que no podia dormir, se dispuso a prepararse algo de almurezo, mientras veia la tele.

Luego cogió de la cartera una tarjeta que ponia "Dra Sanchez - 17:00" y una dirección.

"Espero no perderme", pensó.