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« en: Octubre 23, 2004, 02:10:57 pm »
Nikos Vergara, titiritero.
Posada del Viajero Errante. Inminente tragedia.
Ten?a que haber imaginado que esto no saldr?a bien, pens? Nikos. La situaci?n se le estaba yendo de las manos a pasos agigantados. Primero un druida, luego un man?aco con una espada. A su fingida borrachera ahora hab?a que sumarle un acceso de fiebre naranja. Todo un reto interpretativo. Y todo por impresionar a una mesonera.
Nunca intentes un timo sin c?mplices. Era una m?xima que hab?a intentado seguir toda su vida y ahora, en medio de la nada, en una taberna de mala muerte, recordaba por qu?.
-Son m?os.- Dijo a a quel individuo enorme de la no menos enorme espada con su mejor voz de borracho. -Y no estoy enfermo, me encuentro perfectamente. Lo has dicho por compasi?n, druida, para intentar que se libren de la paliza que les voy a dar, pero no va a serviros de nada.
Nikos se atus? las gre?as de su calva cabezota y se puso en guardia ante la guardia. No sab?a si le prestar?an atenci?n y si alguien m?s intervendr?a a?adiendo un poco m?s de caos a la ya compleja situaci?n. Belvedere saltaba de su brazo a su hombro y vuelta a su brazo. El tit? estaba claramente nervioso y Nikos no dej? pasar la oportunidad.
-Preparaos para la lecci?n de vuestra vida.- Y se orin? encima. Mir? la mancha que se formaba en sus pantalones, mir? a la guardia y dijo:
- ?Joder! Decidme que ha sido el mono.- Y cay? de espaldas al suelo.