Hijogusano el ausente en la posada de las celebraciones- Por un mundo equilibrado. Donde nadie est? por encima de los dem?s. Donde el hombre madure en armon?a con el cosmos.
Mir? fijamente a los ojos del que parec?a el jefe de la guardia.
- Un mundo donde el fuerte proteja al d?bil.
Dicho esto, bebi? un largo trago de la cerveza.
- Salud, amigos.
Aunque se hab?a pasado buena parte del tiempo abstra?do fij?ndose en las sombras del lugar (algunas de las m?s amenazadoras correspond?an a gente de aspecto fam?lico), Hijogusano no hab?a se hab?a perdido todos los detalles de las acciones de sus compa?eros.
La absurda conversaci?n sobre la maldad de orcos y drows le hab?a pillado siguiendo con la mirada el rastro de lo que parec?a una serpiente de las arenas persiguiendo una v?ctima joven y que finalmente hab?a resultado ser una ni?a arrastrando una mu?eca mugrienta por el barro. Por supuesto que todos los orcos eran malignos y deb?an ser exterminados hasta el ?ltimo de ellos y los drows merec?an un destino similar. La existencia del "drow bueno" no era m?s que un cuento para calmar a los ni?os y que se durmieran sin armar demasiado jaleo. Sin embargo, la parte que trataba sobre el orco gris can?bal resultaba interesante. Jodidos monstruos...
Levantando su jarra tras o?r las palabras del druida, Hijogusano no dud? en continuar los v?tores.
- Por una tierra libre de orcos apestosos!Mientras beb?a, Hijogusano not? que Pah Quall parec?a haberse atragantado con su bebida. Puede que hubiera gritado demasiado despu?s de tanto tiempo en silencio, o tal vez deber?a haber agitado un poco menos la jarra.