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« en: Abril 29, 2005, 06:27:47 am »
Aius Nunn
Copley Square, 21:02
En la farmacia
Esta noche la farmacia estaba de guardia, Aius como siempre se quedar?a all? hasta la ma?ana y leer?a alguno de sus libros para pasar el tiempo. Clarence todav?a no se hab?a marchado y lo m?s probable es que lo hiciera despu?s de cenar. Pese a que eran las 21 horas hab?an tenido mucho trabajo y ninguno pudo disponer de unos minutos para preparar la cena.
La botica de Clarence Hemingway era un lugar acogedor al que Nunn hab?a tomado por su segundo hogar despu?s de haber tenido que abandonar sus tierras natales. Era grande, seguramente hab?a sido anteriormente una casa. Se encontraba en el n?mero 801 de la calle Conley Square y era la esquina con mejor reputaci?n de aquellos lugares. El local estaba separado del laboratorio donde realizaban los preparados por una pared que ten?a una peque?a arcada cubierta por una cortina de madera, a la izquierda de esta se dispon?a una escalera que conduc?a a la parte superior donde se encontraban un peque?o ba?o, una cocina y una modesta habitaci?n donde quien hiciera las guardias pod?a descansar puesto que generalmente pocas personas concurr?an a la farmacia en la noche.
Aius estaba platicando con Clarence quien se hab?a sentido atra?do por el pasado dru?dico que ?l ten?a. As? pues Aius le ense?aba como preparar ciertas p?cimas as? como tambi?n parte del folklore de su cultura, se encontraban en eso cuando alguien llamo a la puerta interrumpiendo la conversaci?n y haciendo que Aius tuviese que ir a atender.
Una rara sensaci?n de intranquilidad hab?a invadido la mente del irland?s cuando mir? a trav?s del cristal. Un sujeto de desalineado aspecto y lleno de polvo se encontraba detr?s de la puerta -extra?as pintas para acudir a una farmacia- pens?. No parec?a un vago ni un indigente, pues sus ropas aunque sucias, aparentaban tener estilo y esto no hac?a mas que confundirlo. Dubitativo y sintiendo latir en su frente a la runa del todo decidi? por fin abrir la puerta, forzando una sonrisa dijo amablemente ?Buenas noches. ?Qu? sea?...- no logr? terminar la frase puesto que Clarence hab?a dejado la habitaci?n trasera para ver que pasaba en el frente ansioso por continuar la charla ? ?Quien es? Aius ?Qu? quiere?-.
-No lo s? a?n- respondi? nerviosamente Aius ?Pero no se haga problema Clarence, vuelva al fondo a terminar los preparados para la se?ora Smith, vendr? a buscarlos por la ma?ana y prefiere que sea usted quien los realice-. Desde el primer d?a que arrib? a aquella farmacia Clarence no par? de decirle, con cierto orgullo ya que lo cre?a propio de alguien sagas e inteligente, que hab?a inventado un c?digo para cuando se presentara alguien sospechoso, era algo realmente simple, solo deb?a mencionar a la se?ora Smith y eso ser?a suficiente para que el otro estuviese atento. Ahora Aius deseaba que el se?or Hemingway recordase aquel c?digo.
Volviendo la vista hacia el caballero que hab?a llamado y mirando por sobre su hombro para ver si hab?a alguien mas con el dijo ?Si, d?game ?En que puedo serle ?til?-.