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« en: Febrero 16, 2005, 10:37:51 pm »
3 de julio de 1999... edificio Schneider
Los ojos de Markio coincidieron con los de la mujer unos instantes... y al antiguo capadocio le empez?a entrar un tremendo mareo. "?Qu? cojones...?" Markio not? como la mirada de la cainita Camilla Urseno cambiaba. Tras eso, pareci? otra. Sus tristezas y melancol?as fueron del todo perceptibles a ojos de Markio. A sus ojos, pareci? que la mujer era m?s fragil. Markio no aguant? ni un segundo m?s la mirada de esa criatura, y apart? de inmediato la suya. El mareo ces?. Markio lade? la cabeza de un lado a otro... "?qu? narices ha sido eso...?" Entonces, Camilla tambi?n apart? su mirada y entonces habl?.
- Mi cabeza... esta noche me arde..... Deberias de empezar por ir a donde estan teniendo lugar los acontecimientos, buscad a William en el murmullo.... Se?or... disculpadme...
La mujer se fue por la trampilla. ?L?grimas? Antes de que Markio pudiese reaccionar, Camilla ya no estaba. Se qued? en pie durante unos segundos, dubitativo. "No entiendo nada de nada... maldita sea... ?William?... ?murmullo?." Mientras Markio intentaba buscar una l?gica a las palabras de la mujer, un hombre fornido se acerc?... proviniente de la sangrinta refriega que ten?a lugar en esa sala.
- Camina en el crep?sculo, sus pasos no hacen ruido, sus pies no dejan huellas en el suelo cubierto de rocio.
Ese hombre recubierto de sangre, de aspecto feroz, habl? de una forma que Markio no se esperaba en absoluto. "No m?s acertijos ni mierdas de estas porfavor..." El hombre continu?.
Susurra tu nombre y sus manos te llaman con dulzura....Pero quienes van con ella arriesgan la cordura.....
?se?or?... tenga cuidado, esa mujer no es como los demas discipulos del sabbath.... ella tiene un extra?o don, o una maldicion... solo viene aqui una vez al mes, los dias de luna llena. Cada hora, cada minuto que pasa agrava su dolencia, marca en su rostro una agonia y tristeza que nadie puede comprender o socavar.. pareciera que el mundo se marchitara a su alrededor, que la vida se acabara con su llegada..... servimos a la oscuridad o bien por miedo o bien por la recompensa que nos promete, pero a ella la servimos por piedad, por que somos incapaz de levantarle la voz o la mano... su profunda pena se apodera cada dia mas de ella y de nosotros, casi suspiramos aliviados cuando nos alejamos de ella o la perdemos de vista.
Se?or, su presencia es insoportable... he visto a viejos cainitas arrepentirse de sus actos y partirse bajo el dolor de sus a?os con solo una de sus miradas, con solo una de sus caricias.... Rezo a los dioses oscuros por que usted a llegado, ahora con un nuevo se?or que supervise nuestro entrenamiento ella no tendra que volver... ?verdad?
El hombre y su voz temblaban. En resumen... Markio no era el primero que recib?a de lleno la visi?n de esa mujer... "Ni siquiera estos desgraciados recubiertos de sangre cuya funci?n es matar han conseguido tocarla... lo entiendo, su mirada era dolorosa y profunda, como dice este hombre... es un milagro que yo no haya enloquecido... yo tambi?n tengo un pasado triste, quiz? sea por eso." Markio dud? por unos momentos para asimilar toda la informaci?n que hab?a recibido... informaci?n... "No se si a esto se le puede llamar informaci?n... me las tendr? que apa?ar". Las ?ltimas palabras del hombre llegaron a la mente de Markio. ?Supervisar su entrenamiento? Ni hablar.
- Tu mirada es propia de un hombre que solo vive para matar. Cuando te hayas vuelto m?s fuerte, volver?. Pero de momento tengo trabajo que cumplir. Tengo que encontrar a...- se par? en seco, pues no ten?a porque dar explicaciones- alguien. Por tus palabras deduzco que no sabes a donde se dirige esa mujer- Markio se encogi? de hombros... " un problema m?s". No creo que vuelva, no tendr?is que sufrir m?s. Me marcho.
El tono con el que Markio se hab?a expresado fue fr?o e inexpresivo tras su m?scara. " As? que otros cainitas se hab?an doblegado ante ella solo por haberla mirado... tendr? que contactar con mi se?ora, pero no sin antes haber encontrado a ese tal William. ?En un murmullo, eh? Emepzar? por los locales de la ciudad".
Mientras pensaba, se acerc? a la trampilla. Mir? por ?ltima vez aquella escena de sangrienta destrucci?n y subi?. La noche empezaba con buen pie.