?Y c?mo perderselo? Todos saben que George Clooney est? metido en el asunto ese de la starlet que jam?s fue contratada por ninguna productora. Tendr?a que averiguar algo sobre eso y como se relacionaba eso con el Gordo Pete, que regentaba el bar en el que los ni?atos consegu?an esa nueva droga. Definitivamente esto era mucho mejor que dedicarse a los t?picos cotilleos de viejas que s?lo viv?an para los programas de la prensa rosa del coraz?n.[/list]

- Menudo trasto!!! - dijo cuando vi? a unos chicos en un Ferrari que al parecer repararon tambi?n en "su" coche. Era obvio las cosas no son de quien las compra, si no de quien puede mantenerlas y retenerlas. Por eso apreciaba este Lamborghini, porque el sujeto al que se lo quit? no se merec?a una belleza como esta.

D?sir?e cogi? el m?vil y volvi? a llamar a Rupert, pues no recordaba bien el nombre del hotel.

- Rupert... Rayos! Otra vez has estado bebiendo... Mira, si recuerdas dime si es que Clooney estar? en el Le Meridien o en el Loews House Of Blues. Son los mejores de la ciudad y no se me ocurre ning?n otro en el que pueda quedarse. - D?sir?e esperaba con un ligero moh?n en su rostro a que Rupert pudiera asimilar lo que le hab?a dicho. Detestaba que bebiera de esa forma, pero sab?a que era su ?nica forma de mantenerse cuerdo. Quiz?s hubiera sido mejor llamar a Sheela, su secretaria y amiga, pero Sheela jam?s hab?a aprobado que descuidara los negocios para andar a la caza de noticias relacionadas con monstruos marinos, ovnis, famosos que en realidad est?n muertos y sucesos del bajo mundo.