Abadia de orsatelli de peille

Natalia se alej? de la puerta, dark la tom? en sus brazos y le pregunt? al oido....  - ?Sabes quienes son estos t?os? ?Por qu? les temes? -

La peque?a cainita mir? al gangrel a los ojos.. - Bane es un asesino.... Yo.... - en rostro se reflej? el miedo y el temor que sentia por el asesino mezclado con un vestigio de verg?enza - Yo.... Bane es mi padre.... -

En el exterior de la abadia cesaron los gritos del demente hombre joven y fueron sustituidos por palabras de tono amenazador y espeluznante.

- oleuh anu atar.... S?.... huelo una rata escondida cerca.... ven ratita.....  El buen decartier te dara de comer... siiiiiiiii de comer..... no te ocultes en los muros de la abadia..... -

Por el pasillo ensangrentado, y al mismo tiempo, se oy? el ruido pausado de unos pasos tambaleantes que se acercaban..... poco despues matheus dark pudo ver recortado tras el fuego fatuo la silueta de un hombre vestido con alguna especie de traje militar, estaba seguro de que una de las mangas del hombre colgaba libremente sin nada en su interior... indicando que le faltaba un brazo.  

El fuego fatuo desaparecio con un chasquido dejando tras de si un olor fuerte y penetrante, como de azufre.... el hombre en uniforme dio algunos pasos mas y el gangrel pudo ver que se trataba de un hombre joven, de ascendencia hispana, el unifome revelaba que pertenecia al ejercito de legionarios de orsatelli.

Por la manga de la chaqueta goteaba sangre de forma incesante....

Museo de orsatelli de peille

Los asientos de Scai ardieron con rapidez expulsando una espesa humareda negra al exterior del vehiculo, al poco tiempo la gasolina prendi? y las llamas lamieron la carroceria del vehiculo de forma enga?osamente apacible.

Darko pudo ver a Bhrams una vez mas a traves del rojizo fulgor del fuego, de pi?, mirando al vacio sin ver... totalmente ausente, con la cabeza gacha y rodeado de las infernales llamas que comenzaban a extenderse por el edificio.

Las manos del antiguo principe se cerraron sobre la empu?adura de la almadena con fuerza, levanto la cabeza a medias para mirar al justicar y en sus labios pudo leerse una palabra, que aunque muda, resono en la cabeza de Darko con fuerza.

- Adios -

El coche Explot? y la deflagracion acabo de debilitar la estructura del edificio, que ya debil por la colision del vehiculo, acabo desplomandose sobre el antiguo brujah dejando tras de si solamente una espesa cortina de humo y escombros.

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- Si dejamos que sigan, esto no acabara bien, hemos de activar el protocolo ahora mismo -

- Solo era cuestion de tiempo que se dieran las condiciones adecuadas, pondremos a prueba la resistencia de nuestros sujetos-  

- Activare una de las unidades que quedan disponibles. -

- El protocolo es obvio, el protocolo es infalible, el protocolo es implacable.

Da comienzo a schneider, activa la unidad 01

Abadia de orsatelli de peille

El Gangrel qued? estupefacto ante esto, Natalia de golpe comenz? a actuar m?s c?mo una mujer que como una ni?a

Ven conmigo - dijo ella.

El hombre herido segu?a all?, claramente uno de los condenados tambi?n. -No.- le repuso al tiempo que suavemente apart? su rostro.

- No se que sucede, ni que est?s diciendo, pero esto no est? bien, promet? cuidarte, mantenerte a salvo... esto va m?s all? de ello; est?s nerviosa y por ello act?as as?.

Dicho esto, el extranjero se acerc? al otro v?stago, ayudandole a incorporarse.

-Necesito que me digas quien eres y qu? es lo que buscas aqu?... est?s a salvo con nosotros.[color][/color=steelblue]- Con esto, le ofreci? su desnuda mu?eca, acerc?ndosela a sus labios, al tiempo que miraba a Natalia, directo a los ojos, con unamirada que irradiaba amor, pero no un amor lujurioso, mas un amor paternal... y se entreg? al beso

En las calles cercanas al museo de orsatelli de peille

- Pues si lo mas seguro podr?a ser ir por las alcantarillas siempre y cuando no me pierda...- el Tremere hablaba consigo mismo cuando de repente un estruendo reson? en las fr?as calles de orsatelli, el viento tra?a un olor a goma quemada, a gasolina. Y una columna casi tan negra como esa noche se extend?a en el cielo.

El intrigante suceso que parec?a provenir de la calle del museo le hizo subir a un tejado pr?ximo desde el cual pudiese divisar lo ocurrido. Sin duda en algo as? y estando tan pr?ximo el pr?ncipe de orsatelli tenia que ver con el. Y seguro que entrar en el museo seria entrar en la boca del lobo ?pero que otra pista tenia?

-entrare por la puerta trasera, este pueblo cada vez esta peor pero no creo que Bhrams se arriesgue a dejarse ver dando una majestuosa demostraci?n de su poder pasando por la zona del aparatoso accidente.-
Aprovechando la oscuridad de esa noche y el accidente Engel saltaba de tejado en tejado ya con la decisi?n tomada.

- Bueno, esa parece ser la puerta trasera,- baj? dej?ndose caer desde el tejado no sin antes mirar como quien mira a un lado y a otro antes de cruzar la carretera. - me apresurare antes de que alg?n polic?a decida hacer algo tan estupido como esto- e intento abrir la puerta

Hora por determinar, sobre el helipuerto de la antigua fortaleza

Diego Olmonegro, renegado Lasombra

Helicoptero, al principio de una noche que promete ser sangrienta...

El piloto sobrevol? la zona de la catastrofe de forma leve antes de partir hacia el castillo de los johannus.

- Esta sufriendo, esta sufriendo mucho... - dijo shevat en un murmullo justo cuando comenzaban a sobrevolar el bosque cercano.

En el horizonte se dibujo pronto la inmensa figura de la antigua fortaleza de piedra.



- Dios quiera que todo esto no sea tan grave como parece. -

Apenas habia terminado de decirle estas palabras elize de baria a Alonso, cuando el sonido del rotor del helicoptero en el exterior capto la atencion de ambos.

-  Parece que ya estan ahi los invitados que esperabamos, ?que te parece si salimos a recibirles?-

La salubri se encamino hacia el lugar del castillo preparado especialmente para estos menesteres, una terraza de piedra amplia y despejada. El piloto pronto comenz? a descender con maestria.

- Parece que he cumplido con mi cometido, buena suerte se?or. - Las iban sin duda dirigidas al lasombra

El viaje en helicoptero parecia haber durado horas, o incluso meses. La impaciencia y la frustraci?n habian atormentado a Diego durante cada minuto del vuelo de forma tan evidente que incluso el locuaz Albar habia guardado un hermetico silencio durante todo el buelo. Conociendo como conocia a su se?or, sabia sobradamente que lo mejor era no decir nada.

Los auriculares chasqueron cuando el piloto les comunic? que estaban a punto de aterrizar. Los ojos de diego, que eran dos ascuas negras animadas por el brillo de la ira, se clavaron en el empleado de Brahms.

- Depues del aterrizaje permaneceras en la pista calentando rotores. Es posible que volvamos a partir de inmediato. - dijo el renegado Lasombra, con un tono de voz no admitia replica alguna.

Aun as?, el piloto se lami? los labios e intento pronunciar las primeras palabras de una protesta. Pero antes de que llegara a decir nada, con un movimiento r?pidisimo, Diego le aferr? por la pechera con una fuerza inusitada para su extrema delgadez.

- No querr?s discutir conmigo, ?verdad mon ami? - gru?? a un par de centimetros del rostro alarmado del hombre. Despues le solt? con suabidad e hizo un gesto imperioso hacia el elipuerto. - Aterrice. En silencio.

En el asiento trasero, Shevat lanz? una mirada atemorizada a Albar, que se limit? a encojerse de hombros con una sonrisa socarrona al tiempo que le daba unas palmaditas tranquilizadoras en las rodillas.

Mientras los enormes muros de piedra se ivan haciendo cada vez mas grandes, Diego introdujo la mano entre los pliegues de su gabardina y apret? con fuerza la empu?adura de su vieja espada. La ultima vez que la habia utilizado habia sido en el tejado de Notre Dame, para batirse con Elize. ?Como ser?a este nuevo encuentro con ella, despues de 500 a?os?

Pronto lo sabria.

En las calles cercanas al museo de orsatelli de peille

El tremere cometio el segundo error de la noche la poner la mano en la puerta de un edificio que ard?a en su interior.... retiro rapidamente la mano cuando noto que ?sta estaba lo suficientemente caliente como para causarle da?os.

El primer error habia sido acercarse demasiado a la escena que representaba un principe fuera de control y pese haberlo hecho con toda precaucion y cuidado... no habia utilizado sus habilidades sobrenaturales sin pensar que le serian necessarias para ocultarse de cualquiera que pudiese o quisiese estar cerca de brahms por cualquier motivo.

No obstante, su primer error habia pasado desapercibido para el mismo y no noto que alguien le observaba desde algun rincon del oscuro callejon ahora cubierto de humo y cenizas mezclados con el polvo de la torre.

Escucho un leve siseo, como el de una serpiente al olfatear el aire con su legua bifida. Un fuerte hedor de suciedad y pudredumbre se adue?o de la estrella callejuela haciendo aun mas dificil respirar para cualquier humano que quisiera penetrar en ella.

El tremere miro en direccion al siseo serpentino que provenia del extremo del callejon mas alejado del cordon policial..... el humo y la cenizas no le dejaban ver correctamente lo que alli se ocultaba, pero finalmente forzando su vista al maximo y tras unos segundos pudo distinguir dos figuras, una de estatura baja vestido y recubierta totalmente de harapos, de aspecto insignificante. La otra era una mola de mas de dos metros de altura, vestido hoscamente con una gabardina tan grande que podria taparse una furgoneta con ella... en su cara solo parecia haber un ojo que brilaba con un tenue fulgor verdoso parecido al de los ojos de los chavales en las frias noches de los desiertos. Engel creyo ver vendas desgajadas flotar bajo la gabardina abierta y le parecio que pese a ser demasiado oscura la noche y estar el callejon tiznado por las cenijas, la piel del gigante era demasiado negra.

El tremere escucho entonces un gemido cercano a la puerta y como si siempre hubiese estado ahi, las sombras se apartaron y dejaron ver a un hombre de unos 20 a?os de edad, vestido solo con unos pantalones vaqueros, que se acurrucaba contra la pared intentando pasar desapercibido. Su piel era cadaverica, y estaba inusitadamente esqueletico.

- Vaya, parece que aprende nuevas habilidades cada dia que pasa. - dijo el de menor estatura. El gigante parecio tambalearse mientras intentaba dar un paso hacia el frente con una mano extendia.

Partisans hideout. Sede del sindicato de Orsatelli de Peille

Alejandro de la Vega esperaba a su contacto, que seg?n Fernando, ten?a que llegar a no mucho tardar. El cainita miraba a su alrededor mientras disfrutaba de su bebida. Seguro que el due?o del bar era comunista, pens? el Lasombra. Recuerdos del comunismo poblaban el bar.

Distra?do, se qued? mirando un cuadro de Lenin. Alejandro sab?a valorar la pintura, y aquel cuadro no le gustaba, precisamente. ?Quiz? si lo hubiesen colocado al otro lado del bar se ver?a mejor? En fin, tampoco le importaba demasiado.

De repente, escuch? a alguien detr?s suyo que le habl? de una forma brusca.

- Eh, tu - le espet? alguien desde detras mientras alejandro observaba distraido un cuadro de lenin. El lasombra se dio la vuelta y vio a un hombre medio borracho en una mesa centrica del local. Tenia abundante barba, era ancho como un ropero empotrado y sus manos eran tan bastas que se le adivinaba el oficio de alba?il o carpintero. Iba vestido con un mono negro bastante gastado por el uso y al lado de su silla habia una caja azul de herramientas. - ?Has visto las estrellas esta noche? Mi padre cuando vino de rusia me dijo que algunas veces la luna se veia roja desde los paramos helados, ?no quieres sentarte conmigo y escuchar las historia de las grandes guerras? parece que te gustan los viejos cuadros.

Alejandro se gir? para observar a aquel individuo. Era un hombre grande e iba borracho. Pero al cainita no le molest? la extra?a amabilidad que mostraba aquel hombre. El Lasombra clav? la mirada en la caja de herramientas que ese sujeto ten?a sobre la mesa. ?Carpintero? ?Obrero? ?Qu? m?s daba?

- Ese cuadro... ?no crees que si lo hubiesen puesto en otra parte se ver?a mejor?- pregunt? el cainita - Estoy esperando a alguien, pero mientras tanto, no me desagradar?a escuchar tu historia, buen hombre- Alejandro se sent? en la misma mesa que aquel hombre ocupaba, le distraer?a hasta que llegase el contacto... estar?a atento a su llegada.